Tras caer ante Chacarita el margen de error para el Tolo es cada vez más chico

Tras caer ante Chacarita el margen de error para el Tolo es cada vez más chico

Gallego lleva el peso de la responsabilidad por la falta de resultados. Los jugadores no están al margen por su bajo nivel. En este combo, los dirigentes también tienen su cuota.

 

"Tengo espalda para bancar esto", dijo Américo Gallego tras la eliminación de la Copa Argentina a manos de Chacarita, un equipo que milita en la B Nacional. La frase no le salió por azar, sino porque es consciente de que cada vez tiene menos espacio para lograr lo que hace rato viene intentando. Que Newell's, principalmente, gane y después afianzar una propuesta futbolística que hoy brilla por su ausencia. Porque aunque duela y moleste, la Lepra no encontró su estilo. Tampoco la regularidad en resultados para opacar los reclamos. Pero en este mundo del fútbol en el que los resultados son duros jueces, el Tolo está en una situación de obligación de sumar de a tres para comenzar a tranquilizar a la gente y, a la vez, a los dirigentes. "Porque está en juego su continuidad", según dejaron en claro desde la entidad del Parque. ¿Es la solución? La comisión directiva debe realizar un replanteo general y una profunda autocrítica. Tampoco el punto está, otra vez, en cambiar por cambiar.

Por las dudas, Gallego se anticipó y mencionó que "algunos medios me castigan mucho", tirando la pelota lejos. ¿Autocrítica? Cero. La responsabilidad no es de los periodistas, sino del propio conductor que precisamente hasta el momento no pudo meter el "cambio" para hacer andar a Newell's. Los resultados han sido esquivos, aunque la mayor preocupación en el mundo leproso es el fútbol ausente. El es el principal responsable como jefe de grupo, aunque también en todo esto los futbolistas no quedan al margen. Porque el nivel de juego de la mayoría es realmente preocupante por su displicencia. Porque no entienden el mensaje —la excusa menos potable— o porque no están en su nivel. Casco —por citar un ejemplo, aunque se puede incluir a casi la totalidad del plantel— no es aquel del Tata Martino que supo deslumbrar. Tampoco el cotizado en alrededor de tres millones de dólares, que era lo que estaba dispuesto a pagar Boca hace seis meses (a pesar de su momento hoy está en la lista preliminar de la selección nacional). Se pueden seguir mencionando nombres, pero no sería ningún descubrimiento de lo que desnuda la realidad. Y hasta se pueden recordar los entrenadores que fueron pasando en esta última etapa.

El punto en cuestión ahora está instalado en el futuro. ¿Qué pasará? ¿Cuáles serán los movimientos de la CD? Gallego tiene una vida en el fútbol y en su interior sabe lo que pasa en el mundo interno de Newell's. También debe estar al tanto de lo que dicen algunos dirigentes y que lo expresaron en voz baja antes del juego con Chacarita. Seguramente a los oídos del Tolo llegó que era indispensable que clasificara en la Copa Argentina porque el crédito comenzaba a agotarse. Debe saber que días atrás los que mandan en el club dijeron que "si pierde en la Copa y con Argentinos su estadía se complica". Todo esto le tiene que haber llegado, de eso no hay dudas, ya que propias fuentes dirigenciales lo hicieron llegar a la prensa. El Tolo, como conocedor del fútbol, debe ser consciente de esto. Y no mirar al exterior culpando al periodismo, si no observando a sus alrededores.

Gallego quedó en el centro de las críticas y está apuntado. Algo que él conoce muy bien de estas situaciones cuando los resultados no aparecen. Fue contratado para encauzar el rumbo que no logró Newell's en anteriores etapas y hasta el momento no lo consiguió. Fracasó, hasta ahora, en el intento.

Para recordar. Gallego nunca encajó en el ideal de la conducción de Newell's. Y como para refrendar lo dicho hay que retroceder en el tiempo y mencionar aquel momento en el que la dirigencia —falló en sus elecciones salvo con Sensini y Martino— buscaba técnico y en la lista figuraban más de catorce nombres. En esa nómina nunca estuvo el Tolo y cuando se consultaba al respecto la respuesta fue siempre la misma: "No encaja en el estilo". Los directivos escucharon la tribuna y eligieron en función de eso.

La apuesta fue con Raggio y la experiencia no fue buena. Ante el clamor de la tribuna los dirigentes fueron a la carga por Gallego a pesar de que no encajaba. Pero era el nombre ideal para tranquilizar las aguas y por eso su contratación fue más por conveniencia que por ideales. Con esa determinación se dejó de lado la línea futbolística que se iba a seguir y se cambió rotundamente. Todo por pedido de la mayoría —no todos, claro está— de los hinchas.

Si hubiese funcionado sería un acierto, hoy no lo es tanto. Por eso ese matrimonio sellado hace seis meses nada más puede llegar a su fin y firmar la separación si las victorias no llegan. Esto piensan en el club y no es cuestión de la prensa, a la que apunta siempre el Tolo quizás intentando desviar la atención. Aunque, si utiliza la inteligencia, los fantasmas los debe buscar en otra parte. Claro que todo va más a allá de un cuerpo técnico y la lectura debe ser mucho más profunda. Y es ahí donde los dirigentes deben mostrarse como tales.

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