Una tragedia enlutó al barrio Marianetti de Las Heras, cuando el techo de la casa donde vivían se desplomó sobre una abuela y su nieta. Cuando los cuerpos sin vida fueron rescatados, la consternación les ganó a los familiares y vecinos. 

El lamentable episodio ocurrió pasadas las 23 del sábado, en una humilde vivienda ubicada en calle Cornelio Moyano al 747 de Las Heras. En una de las habitaciones estaban Rosa María Ibáñez (42) y su nieta Leila, de 3 años. El resto de la familia se encontraba fuera de la casa por diferentes motivos. 

 Los dueños de todo el terreno, quienes vivían al fondo, ya les habían advertido a sus inquilinos del mal estado en el que estaban las instalaciones y les recomendaban que por seguridad buscaran otro lugar para seguir viviendo. 

Ante esto, la hermana de Ibáñez (residía adelante) se mudó el sábado 18. Con el lugar ya vacío, se hicieron algunas demoliciones y se sospecha de que esto puede haber resentido la estructura de la vivienda de Rosa, ya que estaban pegadas y parecían prácticamente una casa. 

A pesar de la recomendación la víctima no tomó la misma decisión que su hermana y el sábado se produjo la tragedia. 

Los propietarios del terreno contaron que sienten temor porque han recibido amenazas por parte de los familiares de Ibáñez, recriminándoles el lamentable final de sus parientes.

 Una tragedia enlutó al barrio Marianetti de Las Heras, cuando el techo de la casa donde vivían se desplomó sobre una abuela y su nieta. Cuando los cuerpos sin vida fueron rescatados, la consternación les ganó a los familiares y vecinos. 

El lamentable episodio ocurrió pasadas las 23 del sábado, en una humilde vivienda ubicada en calle Cornelio Moyano al 747 de Las Heras. En una de las habitaciones estaban Rosa María Ibáñez (42) y su nieta Leila, de 3 años. El resto de la familia se encontraba fuera de la casa por diferentes motivos. 

Posible causa

“Se escuchó un ruido muy fuerte. Salimos y vimos el humo que salía de la casa”, contó uno de los vecinos que vive a escasos metros del hogar de las víctimas. A los pocos minutos llegaron la policía, los bomberos y algunas ambulancias para socorrer a los heridos. Inclusive la propia gente del barrio entró para colaborar. 

Lamentablemente ya era tarde. Rosa y Leila fueron sacadas entre los escombros, aunque ya no tenían signos vitales. Los médicos del SEC constataron el deceso de las dos. 

La causa del siniestro sería el mal estado general de la vivienda. El techo se derrumbó y aplastó a la señora y a la niña cuando estaban en una de las piezas. Más allá de esta hipótesis inicial, se esperan las pericias finales para determinar exactamente qué pasó. En principio no hay sospechas de que alguien haya tirado intencionalmente el techo. 

En la casa vivían once personas. Rosa Ibáñez, sus 8 hijos,su nieta Leila que falleció y el papá de esta nena. Cuando se desató el accidente sólo se encontraban las víctimas fatales, ya que algunos estaban en el Centro y otros habían ido a hacer unas compras a un comercio cercano. 

Rosa era el sostén de toda la familia. Era empleada doméstica y con su trabajo le daba de comer a todos. 

Su vecinos hablan de Pety, como la conocían, como una mujer muy trabajadora, y a la cual se la veía poco por el barrio porque permanentemente se abocaba sus tareas laborales. 

El terreno en el que vivían estaba divido en tres partes. En el sector de adelante residía una hermana de Rosa, luego todos ellos, y en la parte final de la propiedad unos familiares lejanos que le cobraban el alquiler a la mujer fallecida.