Tragedia en Campo Quijano: Se conocieron los nombres de los amigos que acompañaban al conductor del Fiat Uno

Tragedia en Campo Quijano: Se conocieron los nombres de los amigos que acompañaban al conductor del Fiat Uno
Se trata de jóvenes de entre 21 y 29 años, todos de la ciudad de Rosario de Lerma. Algunos de los cuales incluso se conocieron en esa madrugada.
De manera exclusiva, pudo conocer la identidad de los cinco jóvenes que acompañaban a Jorge Barrientos, el conductor que el domingo pasado mató a los hermanos Juan y Ana Jurado cuando compartían un asado en el camping de Campo Quijano.

De acuerdo a las actuaciones judiciales que se llevan a cabo en torno a este fatal accidente, la madrugada de aquel domingo trágico Barrientos, al volante de su automóvil Fiat Uno rojo, apareció en la casa de Mario Liendro, en el barrio 22 viviendas. Poco después de las 6.

En cuanto a la hora en que el grupo se reunió, las versiones no son todavía del todo claras, pues algunos dijeron que se juntaron después del horario de cierre del boliche mientras que otros dijeron que fue a eso de las 7 del domingo.

Lo que si se pudo establecer, según las fuentes, es que el lugar de confluencia fue la casa de Liendro. Sobre este inmueble, los acompañantes de Barrientos fueron coincidentes al señalar que al llegar a la casa ya había gente. “un montón” dijo uno de los amigos.

El común denominador fue que en dicha vivienda “todos estaban tomando”, por lo que los seis amigos, a medida que aparecían, se unieron a la ingesta alcohólica que se desarrollaba en la casa de Liendro.

Algunos revelaron que salieron de la Disco “Transas”, en Rosario de Lerma, y se dirigieron a seguir la ingesta en la casa de Liendro, lugar hasta donde llegó Barrientos, apodado “Rimba”, junto a un amigo, Martín Romero.

Ambos se unieron a la fiesta alcohólica, en la que abundaban las cajas de vino y botellas de gaseosas, las que ninguno aseguró haber pagado por ellas. Cerca de las 10 de la mañana, y lejos de darse por vencido después de horas de beber, el grupo de armó por esas cosas del destino tal vez, pues para algunos de ellos era la primera vez que se veían.

La inconciencia, producto de la abundante ingesta, generó en el grupo la idea de seguir la fiesta en el dique Las Lomitas, en Campo Quijano, siendo Barrientos, y claro su automóvil, la persona que todos vieron para extender la “joda”.

De pronto, el auto se llenó. Iban Barrientos, Romero, Liendro y por detrás de éste Pablo “Milanesa” Rasjido, Luis Orlando Aguirre y Pablo “Lana” Herrera. Uno de ellos se acomodó en la falda de otro y todos salieron rumbo a Quijano.

Las declaraciones que ellos mismos dieron a la policía indican que estuvieron en el dique por dos horas, tras lo cual decidieron buscar más acción en la finca del Río Blanco, un sector muy frecuentado por su hermosura y sus aguas frescas que atraviesan los cerros.

En este lugar, como en el dique, la ingesta siguió sin detener un momento. Si bien algunos dijeron que se durmieron o que sus amigos lo mandaron a dormir al auto mientras ellos seguían, nadie dejó de beber. Siendo el vino tinto mezclado con gaseosa la fórmula trágica de ese domingo.

Después de dos horas y media, y al ver que el lugar se llenaba de familias y con ello era muy posible que llegara la policía, Barrientos y sus amigos volvieron al auto y salieron con dirección a Rosario de Lerma, al parecer, a seguir la ingesta en la casa de Liendro.

A poco salir del puente sobre el río Toro, y cuando ya se acercaban al camping municipal, Barrientos perdió el control del automóvil y así el derrotero que siempre tuvo al alcohol como protagonista principal, tuvo un resultado trágico, aunque no para el conductor y sus amigos sino para dos hermanos que, por designio divino, pagaron con sus vidas los pecados ajenos.

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