“Trabajamos para una salida definitiva de la pobreza”

“Trabajamos para una salida definitiva de la pobreza”

Entrevista: Carolina Stanley habla de la ayuda social y el combate a los narcos

 

La charla se da en medio de máquinas de coser. Con el sonido de fondo de niños jugando. Viendo por el pasillo a adolescentes que van a su clase de computación. La charla se desarrolla en la llamada Casa del Futuro, en medio de Villa Jardín, un barrio humilde de Lanús.

“Esta Casa se abrió primero pensando en los jóvenes del barrio, crear un espacio para que asistan a distintos talleres, pero a la gente del barrio le gustó tanto que terminó abriéndose a todos”, explica la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. En una de las habituales recorridas por barrios carecientes y centros comunitarios, la funcionaria utilizó esta Casa del Futuro como ejemplo: “Hoy podés ver a los hijos de mamás que están haciendo el taller de salud reproductiva, jóvenes aprendiendo a hacer su currículum, se trata de eso. Es lo que hacemos desde el ministerio: gestar, entender y saber qué necesitan, porque esto es parte de escuchar y saber qué es lo que les pasa, qué buscan, y a partir de eso trabajar”.

“Siempre es importante hablar con la verdad. Hay que poder decirle a una persona esto puedo y esto no. Yo sé que es difícil a veces escuchar un no como respuesta, a nadie le gusta escucharlo. Pero siempre hay maneras cuando uno va con la verdad”

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—Este ida y vuelta lleva a un fuerte compromiso con la gente, ¿cómo lo entienden desde la gestión?

—Sin duda genera un compromiso. Recién hablaba con la gente del barrio y les agradecía la confianza, esta posibilidad de venir y proponerles distintas cosas, que el barrio haya creído que lo podíamos hacer. Esto era un terreno baldío. Y esto es hoy una realidad, la vida que tiene la casa es la que los vecinos le dan. Esto tiene que ver con generar vínculos de confianza, escucharnos y creer en el otro.

—Que la llevan a toda la gestión...

—Esta es la propuesta para todo el país. Es entrar, poder escuchar, entender quién es el otro, qué necesita, qué quiere y a partir de ahí empezar a trabajar juntos para la construcción de esta Argentina que realmente puede ser.

—¿Cómo se hace?

—Bueno, creyendo mucho en lo que hago. Soy una apasionada de las políticas sociales, creo que mi cargo tiene que ver con estar al servicio de la gente, entonces de alguna manera es poder transmitir eso y a partir de ahí ir construyendo.

—Pasión y eficiencia se les debe pedir a todos los ministerios, pero en el suyo hay que agregar la sensibilidad social...

—Sí, claramente. Ponerse en el lugar del otro es lo principal que tenemos que aprender y saber hacer. Mirar a la otra persona a los ojos y poder entender qué es lo que le pasa, qué necesita, porque cuando nos animamos a escuchar, lo que muchas veces produce angustia, nos estamos dando la posibilidad de transformar. Yo siempre digo, la verdad ilumina y la verdad te permite transformar las distintas situaciones.

—Escuchar, pero también dar una respuesta. ¿Qué ocurre cuando no pueden darla?

—Siempre digo que es importante hablar con la verdad. Es muy importante poder decirle a una persona, esto puedo y esto no. Yo sé que es difícil a veces escuchar un no como respuesta, a nadie le gusta escucharlo.

—Me imagino que tampoco darlo.

—Exacto, pero siempre hay maneras cuando uno va con la verdad. Les dice ahora no, ahora puedo esto y sigamos caminando juntos para poder hacer esto otro, y entonces se empieza a generar ese vínculo de confianza.

—¿Cómo enfrentan el problema del narcotráfico aprovechándose de las situaciones de pobreza?

—Estando, por sobre todas las cosas. Una de los hechos que empezamos a transformar en estos tres años es un Estado presente. Con cosas concretas, como lugares como éste, y programas que le faciliten la vida a las personas. Y además de estar presente, hay un combate claro contra el narcotráfico. Ni somos cómplices ni lo avalamos, lo combatimos porque sabemos lo que significa para las familias que viven en los barrios tener el narcotráfico metido adentro. Y se combate no sólo desde la cartera de Seguridad, que logró muchísimo en estos tres años, sino también estando en los barrios, acompañando a estos jóvenes que necesitan una oportunidad.

—Cuando se habla de capacidad de gestión, de pronto hay temas urgentes y otros a largo plazo, que requieren de una estrategia. ¿Cómo resuelven esto en la gestión diaria?

—Sin ninguna duda, nuestra política es trabajar en la urgencia, pero también trabajar en lo importante a mediano y largo plazo. Esto permite que la transformación sea sincera. Trabajamos todos los días para una salida definitiva de la pobreza, y eso se hace ocupándonos de las necesidades, por eso trabajamos en la primera infancia, para que cada chico que nazca en cualquier lugar de la Argentina tenga la posibilidad en sus primeros tres años de ser debidamente cuidado. Lo mismo pasa cuando transformamos realidades a través de obras como el asfalto, las cloacas, los servicios. Eso es transformar realidades para siempre.

—¿Cómo es su relación con las organizaciones sociales y sus diferentes posiciones políticas?

—El diálogo tiene que ser siempre abierto a todos los actores sociales. No hay partidos políticos cuando nos sentamos a hablar sobre la realidad social y la posibilidad concreta de transformarle la vida a la gente. Y en ese sentido, así como con los movimientos sociales, trabajo con muchas otras organizaciones, también con intendentes y gobernadores de distintos signos políticos, y nada de eso es un obstáculo para poder hablar de políticas sociales. Lo que sí no voy a compartir nunca es el tratar de hacer un uso clientelar de la política social, para esto somos muy firmes en el ministerio.

—Usted utiliza permanentemente la frase “acompañar a la gente”, ¿Qué entiende por eso?

—Es estar, es escuchar, es animarme a ver al otro a los ojos, a ponerme en el lugar de la otra persona y comprometerme con lo que esa persona me cuenta para poder transformar esa realidad. Nosotros acompañamos en situaciones de vulnerabilidad y pobreza, pero también en situaciones de violencia y maltrato. Entonces acompañar es estar al lado, es agarrar de la mano y decirle no estás solo, sobre todo en este momento del país donde estamos atravesando todavía una situación difícil, con familias con angustia, con incertidumbre. El acompañar es estar y transmitirle que vamos a transitar este momento juntos y que tenga la tranquilidad de que estamos en el camino correcto. Que vamos a seguir trabajando codo a codo para que la Argentina sea el lugar que todos nos merecemos.

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