El proyecto ingresó ayer al Senado. Por la baja de aportes, lo asocian a Cavallo.
Desde el radicalismo, el jujeño Miguel Giubergia, secretario de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados, recordó que la rebaja de los aportes patronales a las empresas “forma parte de las recetas que implementaron en la década del 90 Carlos Menem y Domingo Cavallo”. Y se preguntó: “¿Será esto lo que consiguió (Axel) Kicillof en su visita al Fondo Monetario Internacional? ¿Seguirá después la flexibilización laboral?”.
Giubergia adelantó que la UCR va a impulsar un fuerte debate en el ámbito de las comisiones. “Vamos a pedir que el ministro de Trabajo Carlos Tomada venga al Congreso a explicar el proyecto, como así también a las centrales obreras: antes de aprobar la iniciativa debemos conocer cómo impactará en los trabajadores”, detalló.
A su vez, el diputado del Frente Renovador Alberto Roberti, también líder de la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles; cuestionó que el Gobierno “después de once años (el Gobierno) se dé cuenta que en el país hay una economía informal y trabajadores no registrados”. Y, si bien, se mostró conforme de que se avance con el proyecto, advirtió: “Ojalá no sea un parche ni un anuncio vacío”.
Mientras, Claudio Lozano, presidente del bloque de Unidad Popular en la Cámara Baja, disparó diversas críticas.
“Tiene la lógica de Cavallo: con la excusa de blanquear el mundo laboral, beneficia a los patrones”, apuntó. También, aseguró que “es mentira que el proyecto sólo beneficia a las PYMES, porque le abre la ventana a las grandes empresas”. Y, por último, puso en duda su implementación. “¿Cómo se va a controlar? Esto no se resuelve con inspectores del Ministerio de Trabajo, que en su mayoría son trabajadores contratados, por lo tanto son absolutamente vulnerables a las intenciones de las grandes empresas”, graficó.
En el Senado, donde comenzará a tratarse la iniciativa, con la Comisión de Trabajo y Previsión Social como cabecera, el socialista Rubén Giustiniani admitió que “es un hecho positivo que se reconozca el problema del trabajo en negro y que hay que combatirlo”, aunque se mostró cauteloso respecto al contenido del proyecto y adelantó que desde su espacio analizarán a fondo el texto antes de decidir su voto.
De todos modos, en línea con Giubergia y Lozano, advirtió: “El camino de quitar aportes patronales ya se implementó en los 90 y quedó demostrado que no es correcto.
Fue la solución que implementó Cavallo y fue un beneficio para las empresas y no para los trabajadores”.
También desde UNEN, Fernando “Pino” Solanas consideró positivo que se ataque el trabajo no registrado, aunque insistió en la necesidad de discutir el tema a fondo” advirtió el legislador. Y concluyó en que hay que implementar una desgravación impositiva por regiones y estimular el apoyo tecnológico
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