De La Torre es un doble agente en CAMBIEMOS, un espía e infiltrado: Fiorini y Kicillof

Si la política muestra sus propias miserias durante el armado de listas, el descomedido e impresentable acto de hacer un pedido público, impertinente, a modo de pacto con el intendente electo Guillermo Montenegro, marcó un episodio que debería ser el último en Juntos por el Cambio, de personajes de este tipo en el proceso de encolumnar la oposición.

 

Se refugian en una agrupación CREAR, desconocida, sin votos, una pseudo formación política, que busca vivir de la burocracia parasitaria estatal, que reclama cargos por servicios que no presta, pero que si la dan posibilidad, apelan al sobreprecio.

El senador provincial, puesto a dedo por María Eugenia Vidal, Lucas Fiorini, es un sinuoso personaje de la mala política, que arribó sin quilates a una banca por la cual ni siquiera trabajó ni se comprometió. CREAR no tiene votos ni representación.

 Lucas Fiorini fue detectado recientemente buscando acercamientos con Axel Kicillof, en una conducta propia de otra traición política, como ya experimentó dentro del Frente Renovador, desde el cual fue expulsado como un delincuente, por la diputada nacional Graciela Camaño en compañía de Facundo Moyano.

De La Torre produce un rechazo generalizado, en el esquema de la gobernadora María Eugenia Vidal, en especial de su jefe de Gabinete Federico Salvai, quien en privado denuesta a De La Torre.

 Fue una clara expresión del juego a dos puntas que no sólo inspiró, sino que demandó e instrumentó en los 24 partidos del conurbano bonaerense, donde la fórmula presidencial de Juntos Por el Cambio fue claramente postergada, desde la base San Miguel, una comuna que fue duhaldista, massista y kirchnerista.

En esas 24 municipalidades, el Frente de Todos sacó el 81 % de la ventaja que los Fernández tuvieron en el total general, para lograrlo Joaquín De La Torre elaboró un instructivo, a modo de tutorial para que intendentes de esos  municipios induzcan al corte de boletas, para lograr la continuidad y sumar votos en detrimento de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.

La antidemocrática irrupción de Joaquín De La Torre, ya un ministro sin funciones reclamando cargos, responde a una sobreactuación que adelanta una ruptura a través de un pretexto. Cuánto pueden durar en una coalición que abiertamente votó por otros valores, en las antípodas del kirchnerismo, que ha tomado claramente el manejo del gobierno que asumirá el 10 de diciembre.

Ya el factor sorpresa de Montenegro con las designaciones, se agotó con Santiago Bonifatti, y tiene en su poder la decisión de abstenerse de prolongar disgustos a la ciudadanía, que eligió otro camino y perfil de los políticos que los representen.

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