Las subas de precios sacuden en forma homogénea los bolsillos de los consumidores. Pero esta vez, el tomate picó en punta y su precio, subió más allá de lo razonable. En algunos comercios, llegó a pagarse hasta $ 25.

Los comerciantes estiman que en unos 20 días el precio va a bajar. “El aumento en el valor del tomate es normal a esta altura del año ya que hay menos cantidad en el mercado. Hay poco tomate porque el que viene del norte del país se está acabando”, dicen los productores para justificar su alto precio.

En los restaurantes, aseguran que el cajón ya se paga entre 120 y 140 pesos. Sin embargo, los empresarios dicen que “la voluntad del sector gastronómico es no tocar precios, esto quiere decir no va a haber subas de precios en los menúes”, pretenden tranquilizar.

Las fuertes lluvias de las últimas semanas, principalmente en Buenos Aires y el norte del país, fueron determinantes para que las zonas productoras de tomate se vieran afectadas y no pudieran levantar la producción, lo que derivó en una suba estrepitosa de este producto.

El Mercado Central había advertido sobre la escasez en la oferta de tomate. Por eso, sugirió reducir su consumo por espacio de dos semanas, hasta que ingrese la nueva producción proveniente del cinturón verde del Gran Buenos Aires.

Según ese mercado mayorista, “de las 36 especies frutihortícolas que integran la canasta básica, la única que -momentáneamente- podría ver disminuida su oferta es el tomate”.

Sin embargo, los precios, subieron en todos los casos. Según el propio INDEC, las frutas acumulan en el último año, una suba del 36,24% y las verduras, del 43,31%.