Un tire y afloje llamado Lavagna

Un tire y afloje llamado Lavagna

Massa y Urtubey lo elogian pero lo bajan de la pelea presidencial y lo ubican como un asesor estrella. Duhalde y el progresismo lo suben a la competencia. El economista esquiva actos y definiciones. 

Una dirigencia variopinta peregrinó durante todo enero, primero hasta Cariló y luego hasta Saavedra, para intentar convencerlo de que se suba a la carrera hacia la Casa Rosada. El kirchnerismo lo invita ahora a participar de una gran primaria. Pero en el espacio Alternativa Federal, la posible candidatura presidencial de Roberto Lavagna no despierta las mismas emociones: tanto Sergio Massa como Juan Manuel Urtubey se deshacen en elogios hacia la figura del ex ministro de Economía, pero lo bajan de la pelea electoral.

"Es como tener a (Cesar Luis) Menotti en la Selección", graficó Urtubey este martes, en un almuerzo del que participó Letra P, en referencia al rol de asesor estrella en materia económica que podría tener Lavagna dentro del espacio Alternativa Federal, donde por ahora se anotan como posibles precandidatos presidenciales el propio salteño, Massa y Miguel Ángel Pichetto.

El salteño no ahorró elogios para con el ex ministro de Economía de Néstor Kirchner pero relativizó claramente las posibilidades de que vaya a participar de una primaria dentro del espacio Alternativa Federal y, sobre todo, puso en duda que Lavagna tenga intenciones de subirse al desgaste de la campaña y, eventualmente, de la gestión de gobierno, en caso de que resulte victorioso.

El economista tiene 76 años, un dato que algunos dirigentes resaltan para bajarlo de la competencia. Sin embargo, dicen quienes alientan su posible candidatura, sobran ejemplos en el mundo de dirigentes que a esa edad ejercen cargos relevantes.

En el Frente Renovador, las opiniones están divididas. El espacio trabaja por la candidatura de Massa y algunos operadores de su mesa chica afirman que las especulaciones sobre la posible candidatura de Lavagna "son un globo de ensayo, humo, no tienen sentido". Pero la diputada Graciela Camaño, jefa del bloque massista e incondicional del ex intendente de Tigre, dijo que, si bien Massa es "el mejor candidato a presidente", Lavagna es "perfectamente competitivo". Su marido, el gastronómico Luis Barrionuevo, ya anunció públicamente que apoyará al ex ministro de Economía en la carrera hacia la Rosada. A Massa no le cayó en gracia, aunque después anunció que él será, junto a Lavagna, "la solución a los problemas" del país. 

Barrionuevo organizó esta semana un almuerzo en Mar del Plata con dirigentes sindicales para manifestar su adhesión al posible proyecto lavagnista. El ex ministro de Economía no asistió, pero en su lugar fue su hijo, Marco Lavagna, economista de referencia de Massa. El diputado nacional reiteró que su padre quiere construir un espacio "de unidad nacional", aunque no confirmó si será candidato a presidente.

Esa unidad incluye a sectores no peronistas, que estarían dispuestos a apoyar la candidatura presidencial de Lavagna, pero que nunca se encolumnarían detrás de otro dirigente identificado con el PJ, por más relación amistosa que haya. Tal es el caso del socialista Miguel Lifschitz, uno de los dirigentes que, seducidos por la tercería vía que propone el ex ministro, lo visitó en su casa de Cariló a mediados de enero.

Para hablar sobre el posible proyecto presidencial de Lavagna, el gobernador de Santa Fe viajó esta semana a Buenos Aires, donde el miércoles se reunió con Eduardo Duhalde. El ex presidente fue el primero en postular al economista como candidato, hace más de un año, cuando nadie lo tenía en su horizonte. Ese hecho despierta suspicacias en algunos dirigentes del peronismo más cercanos al kirchnerismo, que aseguran que "el proyecto Lavagna" está fogoneado por el Gobierno y por el Grupo Clarín para dividirlos. 

Para Lifschitz, sin embargo, Lavagna sería el único dirigente capaz de juntar votos por fuera de la grieta y de sumar apoyos extra peronistas, como el del progresismo que encarnan el socialismo santafesino, Margarita Stolbizer y hasta radicales disidentes, como Ricardo Alfonsín. También de votantes desencantados de Cambiemos, incapaces de votar a alguien demasiado identificado con el peronismo. El gobernador cree que el proyecto presidencial es real, está lejos de ser "humo" y que, por eso mismo, Lavagna acepta reuniones con un sinfín de dirigentes, con los que empieza a tejer estrategias.   

El ex ministro escucha a todos y no hace anuncios concretos pero sí se encarga de dejar una idea clara, en la que coincidieron ante Letra P al menos tres de sus interlocutores: en caso de aceptar su proclamación como candidato, no se meterá en el barro de la campaña a pelear contra Urtubey y Massa, con quien mantiene una excelente relación y se reúne en forma frecuente. Tampoco participará de actividades como la que Alternativa Federal hará este lunes en Mar del Plata, donde fue invitado. Solo habrá carrera presidencial si la pista está despejada. 

Las definiciones llegarán sobre la hora, al filo del cierre de listas. Antes, Lavagna cree que hay que trabajar en la construcción del espacio, fortalecerlo. En ese proceso, se ofrece como "vaso comunicante" con los sectores no peronistas que confían en sus buenos oficios. El economista cree que cualquiera al que le toque gobernar a partir de diciembre de 2019 necesitará hacer un gran acuerdo nacional que permita salir de la crisis económica profunda que heredará.

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