No tienen agua pero se inundan

La situación de un numeroso grupo de familias del barrio Villa del Busto es difícil de explicar. Con la llegada de cada verano viven una situación ciertamente contradictoria: las roturas en el acueducto los dejan sin agua potable y, al mismo tiempo, las lluvias estivales inundan sus casas, en algunos casos con líquidos cloacales y siempre con barro y desperdicios que la correntada trae de otros barrios.

Hartos de ver el agua hacer estragos en sus viviendas, los vecinos decidieron ayer redactar una nueva nota para elevarla al municipio. A su vez, se comunicaron con este diario para hacer público su malestar. "Este problema viene desde la época que (Raúl) 'el Tuti' Rodríguez estaba en la comuna, mirá si hará años", dijo una vecina de la calle Neuquén, entre Chaco y Tomás Mason. 

Otro recordó una fuerte discusión que tuvo en el año 2003 con el entonces secretario de Obras Públicas de la comuna, Jorge Varela, actual asesor del gobierno provincial. De esa época conservaba las notas que enviaron al municipio pidiendo una solución.

El grupo se reunió en la casa de Jorge Sánchez, en Chaco al 700. Tanto el portón de su garaje, como el del ingreso a su hogar cuentan con unas guías de metal que sirven para colocar las compuertas. Ese sistema puede verse en otras viviendas de esa calle y a la vuelta, en la calle Neuquén. 

Lluvias.

"Aun con las compuertas cuando llueve nos ingresa el agua al interior de nuestros hogares", se lamentó. Si la lluvia no se prolonga en el tiempo, la inundación llega minutos después de haber cesado el aguacero. "El agua viene desde la calle Buenos Aires, es agua que viene desde el barrio Aeropuerto y otras zonas que están más altas. Llega por pendiente e inunda toda nuestra calle desde Santa Cruz hasta Neuquén", explicó otro frentista.

A partir de una obra realizada por la comuna local hace tres o cuatro años, la corriente de agua no sigue por Chaco hacia la calle Mendoza con la velocidad que antes lo hacía. Ese escurrimiento era un alivio para los frentistas, ya que en la intersección de Chaco y Mendoza hay una boca de tormenta. El alteo realizado hace que el agua demore mucho más en llegar a ese desagüe pluvial y, por la diferencia de alturas, baja una cuadra por Neuquén hasta toparse con otro alteo a la altura de Tomás Mason.

La carta que presentarán esta mañana está dirigida al intendente Luis Larrañaga. En ella aseguran que sufren una verdadera pesadilla, que los mantiene pendientes de los pronósticos meteorológicos. "No podemos salir de nuestras viviendas ni planificar nuestras vacaciones ante el temor de que suceda lo relatado (el anegamiento de las casas)", explicaron.

Autos.

Los días en que la calle se inunda se producen cruces entre los vecinos y los automovilistas que al pasar producen un oleaje que envía más agua hacia el interior de las propiedades. Junto a la salud de los vecinos, el fenómeno deteriora pisos y paredes: la humedad hace estragos. 

Los vecinos reclamaron a Larrañaga que se llegue al lugar con sus funcionarios para verificar el problema. "Pagamos, cumplimos con nuestras obligaciones, por lo tanto exigimos que se nos dé la tranquilidad que merecemos", dijeron. Pidieron la realización de obras de desagües que drenen el agua, a la vez que recordaron la cantidad de intendentes que pasaron por el municipio sin concretar la obra de los desagües pluviales de la calle Santa Cruz.

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