Qué tiene en mente Mario Quintana

Qué tiene en mente Mario Quintana

El hombre de más bajo perfil del gabinete responde a todo: el consumo, el rol del Banco Central, las perspectivas y hasta la candidatura de Elisa Carrió

 

Nuestro rol no es andar con el lápiz rojo. Es asegurar que todo el gabinete pueda funcionar como equipo y colaborar con los ministros, con las empresas públicas, para que cada una cumpla su foco, que es cómo poner al Estado al servicio de la gente. Esa es nuestra única obsesión".

Así resume Mario Quintana la misión que junto a Gustavo Lopetegui encaran en el gabinete. Los ex McKinsey se reparten entre ambos 22 ministerios, 13 organismos descentralizados y 16 empresas en las que el Estado es accionista principal. Reportan directamente al jefe de Gabinete, Marcos Peña, aunque el Presidente también los definió como sus ojos y oídos. Es común verlos llegar a las 8.30 a Balcarce 50 y partir poco después de las 20.30, siguiendo el ritmo de la agenda del día que, a diferencia de lo que se pensaba al principio, excede la órbita económica. Un dato de color es que justamente no existe ningún lápiz rojo entre los 45 negros que reposan sobre la mesa contigua al escritorio de Lopetegui.

"Con respecto al Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), no hubo ningún lápiz rojo, no hubo recortes presupuestarios ni un desvío de fondos. Sí hubo una decisión del ministro Avelluto que nosotros apoyamos, y que tiene que ver con dotar de transparencia a este organismo, como tenemos también una batalla por la transparencia y el mérito en todos los organismos del Estado", agrega respecto de la última polémica por los supuestos recortes en el mundo de la cultura. La nueva cruzada, admite, está en la nueva etapa del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), dedicado a la capacitación de los empleados públicos.

El rol del Banco Central no forma parte de sus cuestionamientos. "Por primera vez se ha planteado un proceso de estabilización de la economía sin un tipo de cambio fijo. Muchas veces se usa el atajo del ancla cambiaria para frenar las expectativas inflacionarias de golpe, y la verdad es que al comienzo luce bien, pero termina mal", gráfica en diálogo con LA NACIÓN. El esquema de metas de inflación es para él la opción correcta. "Esas metas marcan las expectativas de todos los agentes económicos, y desde allí van tomando decisiones. La idea de subir la tasas tiene como origen reconocer el cáncer de la inflación, que es el que pagan los que menos tienen, los asalariados, los jubilados, las amas de casa, etcétera, que sienten que al ir al supermercado, sus ingresos valen cada vez menos", define.

Y agrega: "Poner a la inflación como el enemigo a vencer le da sustentabilidad a este crecimiento equilibrado que yo planteaba de la economía y, además, protege al que menos tiene, ya que los más sofisticados sí tienen herramientas para cubrirse frente a la inflación. Entonces, el hecho de que el BCRA se ponga como objetivo derrotar la inflación es lo mejor que podemos hacer para preservar el salario de la gente".

La entidad que preside Federico Sturzenegger se planteó el objetivo de 12 al 17% para este año. "Va a hacer todo lo posible para que así sea, y la verdad es que no creo que lo relevante sea si la inflación es 18,5 o 19. Esto es un proceso de normalización: nosotros nos comprometimos a llegar a tasas internacionales de inflación del 5% anual para 2019, y no nos cabe ninguna duda de que estamos en el proceso correcto para dar, de una vez por todas, fin a esta lacra de la inflación", afirma convencido.

Su optimismo respecto del crecimiento de la economía se mantiene firme. "Tenemos algunos predictores que nos permiten calcular que en marzo la economía creció, y para el cierre del primer trimestre de este año, creemos que la economía habrá crecido un poco por encima que en el último trimestre del año pasado", agrega. Sabe que todavía es tenue y que mucha gente no lo percibe en el día a día. "Es prioridad que los beneficios del crecimiento lleguen a la gente. Es decir, la foto de febrero no fue buena, la foto del trimestre confirmará el crecimiento y estamos entusiasmados porque abril arrancó bien", destaca.

Para el creador de Farmacity y del grupo Pegasus, el consumo tiene un rol preponderante. "Es un síntoma del bienestar de la gente, que es algo que todo Gobierno pretende. Lo que sí, nuestra intención, a diferencia de años anteriores, es que queremos que la economía crezca de modo sostenible, y no que crezca un año y se caiga al otro. Queremos que lo haga durante 20 años consecutivos, algo que la Argentina no logró en cien años. Y para eso, no puede haber una base sólo en el crecimiento del consumo, sino que debe haber algo equilibrado, con inversión como factor de crecimiento, y con las exportaciones de empresas argentinas que sean competitivas", dispara.

Las elecciones tampoco le pasan inadvertidas. "Representan la oportunidad de que el pueblo argentino refrende el rumbo que nosotros tomamos, y que se manifestó espontáneamente el 1° de abril en todos los pueblos y ciudades del país. Para nosotros fue un apoyo muy emocionante, y que tiene que ver con que este nuevo rumbo no depende del Presidente, sino que es una decisión de los argentinos, y que eso sea refrendado es muy relevante para que esta transformación siga".

Con respecto al rol de Elisa Carrió en la ciudad asegura que su candidatura "es una gran alegría. En el último año he logrado una relación de afecto y de admiración profesional por las banderas de ética y transparencia, de defensa de la república, que ella ha levantado", afirma.

"Nosotros trabajamos con todos los ministerios para que la gran maquinaria del Estado no sea un botín de la política, no sea al servicio de los funcionarios, sino al servicio de la gente", agrega quien cuando era más joven trabajó en Ciudad Oculta. "Cuando uno ve que casi un tercio de la población sufre la pobreza, sí, es un llamamiento a ponernos en acción. Vengo de una familia de clase media de barrio; mi madre venía de una familia pobre, mi abuela materna fue mucama con cama adentro. Venimos bien de abajo y eso me hace ser agradecido con la Argentina, que tuvo una movilidad social gracias a la educación pública, a que mis padres pudieron estudiar y fueron médicos. Yo nací en Mataderos, nunca me faltó nada, La verdad es que esa cuna te hace tener los pies sobre la tierra. El Gobierno de ricos es una falacia", concluye el hombre de más bajo perfil del gabinete. ß

Los billetes de $ 100 que circulan en el país ascienden a 4063,6 millones y siguen siendo, por lejos, los que representan el mayor volumen. Alcanzan el 65% de la masa monetaria, aunque la cantidad es la menor desde fines de 2015.

Más aún, constituyen un valor de $ 406.360 millones, lo que duplica el monto total que suman todos los billetes del resto de las denominaciones ($ 183.149 millones), pese a la emisión de los nuevos papeles de $ 200 y $ 500. Así surge de los datos que obtuvo y analizó LA NACIÓN Data del Banco Central.

Al 17 de marzo, en la Argentina había en circulación 6242,2 millones de billetes, un elevado número que se explica por la inflación de los últimos años. Algunos ejemplos sirven para graficar las dimensiones: al 15 de marzo del año pasado ese total ascendía a 6077,9 millones. Pero si se va atrás en el tiempo, la diferencia es casi el doble de circulante. Hace cinco años, al 31 de diciembre de 2012, era 3526 millones y, en 2011, 2186 millones.

Cada billete pesa un gramo, según informaron fuentes del Central a LA NACIÓN. Si se pusiesen todos juntos en una balanza pesarían 6,2 millones de kilos o, si se prefiere, 6242,2 toneladas. Para imaginar la cantidad alcanza con una simple comparación: equivale a unas 2152 camionetas pick-up.

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