Tiene esclerosis múltiple y "como no mejora", Ioma le sacó la internación domiciliaria

Tiene esclerosis múltiple y

La familia de Graciela Vega se manifestó nuevamente en la sede de la obra social estatal en reclamo de las prestaciones que la paciente recibió hasta abril del 2016 y que los médicos suspendieron porque la mujer no mejoraba su estado de salud.

Primero fue Roberto Vega, el padre de Graciela, que desesperado se encadenó en la puerta de Ioma durante la primera semana de este año. Y este miércoles fue el turno para Claudia Vega, su hermana, que decidió volver a la sede de la obra social, -esta vez con la propia paciente en silla de ruedas-, para reclamar por la atención que ya no recibe ante la esclerosis múltiple que sufre desde hace más de dos décadas.

Según contó, Graciela tiene Ioma desde el año 2000, como pensionada del estado provincial y a partir de ese período comenzó a recibir las prestaciones necesarias para su salud. “La enfermedad, se sabe, es progresiva y degenerativa con el paso del tiempo, por eso desde hace unos años comenzó la etapa más regresiva, en la que en vez de sacar prestaciones los pacientes necesitan sumar más. Desde el 2010 tuvimos internación domiciliaria, que es una prestación que va prescribiendo el médico, junto a la fonoaudióloga, una terapia ocupacional y demás”, explicó Claudia.

Los problemas, sin embargo, comenzaron en el otoño pasado. “En abril del 2016 le cortaron de manera intempestiva el tema de la internación domiciliaria y el argumento, notificado por Ioma recién meses después, en julio, es que hay un reglamento interno en el que se señala que, transcurridos los dos años y medio, si la paciente no tiene una respuesta relacionada a una mejora, debe cambiar el tipo de prestación. Esto es una negligencia de parte de los médicos, que saben que no hay una mejora en este tipo de enfermedad y deberían pensar en lo que resuelven”, sentenció la mujer.

En esa línea, Claudia agregó: “El responsable de toda esta situación es el que firma esta suspensión. Empezamos a gestionar la reincorporacion de esa prestación pero nadie nos daba respuestas. En un momento nos dijeron que la contratemos por nuestra cuenta y que luego sería devuelto el dinero. Fueron no menos de 15 mil pesos por mes para las cuidadoras, sin llegar a brindar ningún tipo de prestación más porque a nuestro bolsillo no le alcanza”, reconoció la hermana.

A partir de allí, Claudia y Roberto comenzaron a presentar las facturas “que nunca logramos cobrar de modo continuo”. “En enero de este año, mi papá vino a encadenarse porque ya nos debían seis meses. Nos pagaron tres facturas, pero recién ahora en marzo logramos que nos reintegren cuatro meses más. La solución definitiva es la reincoporación para que no tengamos que dejar de pagar a los cuidadores y tener que venir a pedir el reintegro constantemente, no puede ser que tengamos que reiterar este reclamo siempre”, sentenció la mujer.

La firma de un acta compromiso con los directivos de Ioma, fijó que “a partir del 1 de abril, comience nuevamente la internación domiciliaria y que durante el mismo mes mi familia reciba lo adeudado hasta el momento”, detalló Claudia, preocupada por la concreción efectiva del acuerdo: “Quedará a criterio de Ioma”, concluyó, en clave de interrogante hacia el futuro.

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