Un testigo dijo que Novoa mató a su amigo porque “lo tenía cansado”

Un testigo dijo que Novoa mató a su amigo porque “lo tenía cansado”

Comenzó el juicio por el crimen y descuartizamiento de Walter Farías. La defensa sostendrá que el acusado tenía disminuida la imputabilidad por el consumo de drogas.

De los siete testimonios previstos para la primera jornada del juicio, el más esperado era el de Juan Marchall, cuya declaración permitió en enero de 2012 descubrir que había pasado con Walter Farías. En su testimonio dijo que Juan Ignacio Novoa “lo mató porque lo tenía cansado” y que le había pedido ayuda para deshacerse del cadáver.

Los jueces Pablo Viñas, Facundo Gómez Urso y Aldo Carnevale comenzaron el debate en el que se juzga a Novoa por el delito de crimen agravado y a su amigo Adrián Galluzo por encubrimiento agravado. Tras la primera audiencia, la defensora oficial Carla Auad, el defensor particular Sergio Fernández y el fiscal Juan Pablo Lódola acordaron bajar drásticamente la cantidad de testigos, que pasó de 80 a solo 16.

Los testimonios que se escucharon este lunes confirmaron que Farías vivía circunstancialmente en la casa de Novoa y que juntos compartían grupos de amistad similares. La adicción a las drogas –pastillas en la víctima y cocaína en el imputado- fueron en algunos de las declaraciones, el eje central para intentar conocer cómo era la relación entre ambos.

No hay dudas de que Novoa mató a Farías en el interior del negocio ubicado en Alvarado casi Córdoba. Tampoco que lo descuartizó para hacer desaparecer su cuerpo. Hoy se confirmó que actuó solo y que antes de obtener la ayuda de Galuzzo para transportar los restos, había solicitado la colaboración de otra persona: Juan Marchall.

En su declaración –que duró más de cuarenta minutos- Marchall contó que Novoa fue a visitarlo y le contó que “había matado al Dibu (Farías) porque lo tenía cansado y que el cuerpo estaba en el negocio”. Si bien pensó que era una broma, a partir de ese momento no pudo comunicarse con la víctima y confirmó que era verdad cuando un día se acercó al local y no se animó a entrar por el “olor a descomposición que salía del interior”.

Ante la consulta del fiscal, relató que después de dos o tres días sin hablar con nadie decidió contárselo a un amigo. Este joven se comunicó con el tío y amigos de Farías, antes quienes Marchall volvió a contar lo que dijo Novoa antes de prestar declaración en la Dirección Departamental de Investigaciones. A partir de allí, el esclarecimiento y la detención.

Durante la audiencia del lunes, los otros seis testigos detallaron la personalidad de la víctima y del imputado, la característica de la amistad y la manera en que el arma de Farías –un revólver calibre .22- terminó en las manos de Novoa el día del homicidio.

Este martes en el séptimo piso de Tribunales será el turno de otros seis testigos, entre ellos la novia de Farías al momento del crimen. Además será el tiempo de los peritos psiquiátricos, fundamentales para laestrategia de la defensa que apunta a lograr una pena menor por la severa adicción a la cocaína que tenía Novoa

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