­—Nos quedan los medallones de carne o el pan de carne…

El cocinero volcó la última porción de carne picada sobre la balanza. Observó la aguja: "Alcanza para el pan de carne pero no tenemos harina", sentenció. Varios platos atrás faltaban tomates y cebollas; y los 700 gramos de pollo restantes no alcanzaban para ninguna de las cuatro recetas que faltaban y lo tenían como ingrediente esencial.

A la misma disyuntiva se deben haber enfrentado quienes el pasado lunes 24 de agosto, tras la presentación del ministro de Economía, Amado Boudou, de una iniciativa privada fueron al supermercado Carrefour por su "menú económico y nutritivo". Con una compra de un máximo de $ 308, la cadena francesa asegura que una familia tipo, de dos adultos y dos niños, puede alimentarse durante dos semanas.

PERFIL hizo la prueba. Un chef profesional, muy reconocido, que pidió que su identidad fuera mantenida en reserva, aceptó participar de este test. Durante seis horas intentó preparar los 14 almuerzos y las 14 cenas siguiendo al pie la letra el recetario ofrecido por Carrefour. Por la falta de ingredientes y la calidad de algunos, sólo pudo cocinar 22 de los 28 platos.

Para distribuir la compra de 14 días, un equipo de nutricionistas contratados por Carrefour elaboró para cada plato un menú tan pero tan estricto que las cantidades de huevo, por ejemplo, deben medirse en gramos.

"Yo las puedo respetar porque tengo una balanza. ¿Pero cuántos tienen una en su casa?", se preguntó el chef mientras analizaba los menús en su restaurante.

El domingo pasado, PERFIL adquirió los 32 productos que propuso Carrefour, con las cantidades y marcas identificados con un cartel de la promoción en las góndolas del supermercado. Y le pidió al chef que, más allá de su gusto o arte, siguiera al pie de la letra las recetas de cada plato.

Para los desayunos y las meriendas se alternan dos paquetes de 360 gramos de galletitas surtidas, tres potes de queso crema Mendicrim, un frasco de mermelada, un sachet de dulce de leche y pan. Equivalen a 116 galletitas (dos diarias por persona) y 186 tostadas untadas (tres por día).

Grasa. "Esta carne picada es mitad grasa mitad carne", se quejó el chef en el primer plato. "No tienen en cuenta los desperdicios", concluyó más tarde. Por ejemplo, de 760 gramos de carnaza, quitándole el exceso de grasa, quedaba medio kilo. Lo mismo ocurrió con el pollo: como la mayoría de los platos lo lleva trozado y los menudos se tiran, los 5,5 kilos de la canasta no son suficientes.

La cena del lunes presentó el primer problema. La carne a la romana con zapallo asado pedía perejil picado, no incluido en la canasta. La sal es el único de los 32 productos que puede servir para condimentar.

"Un adulto se come tres de éstas", reflexionó el chef al ver los 100 gramos de la hamburguesa casera que le correspondería a cada familia en la cena del jueves. Lo mismo opinó del almuerzo del viernes: las 12 albóndigas de tres centímetros de diámetro, escasas para una familia.

La última comida de la primera semana presentó el primer faltante importante: la pizza fue hecha sin tomate ni cebolla. El pollo se acabó antes de completar las cuatro recetas que faltaban. Los 150 gramos de carne picada que había no bastaron para los medallones con batatas fritas. Para el almuerzo del segundo jueves no había papas para sumar a la acelga y al huevo. "Aclará que no lo hago por la calidad del producto, están todas picadas", pidió el chef.

Al cabo de seis horas, poco sobró. Mañana, Carrefour estrenará un nuevo menú para otras dos semanas.

Tal vez con ése sí se puedan elaborar las 28 comidas.