En la reciente Inta Expone, realizada en Posadas, el recordado atleta especializado en la investigación apícola, dialogó con El Eco de Tandil, ocasión en la que no solo se refirió a su presente profesional sino que expresó sus profundos sentimientos hacia la ciudad de Tandil. Enumeró inicialmente entre los cambios organizacionales del Inta el enrique territorial y destacó que “me toca integrar -bajo el concepto de innovación- a la extensión, la investigación y la innovación tecnológica, que históricamente estuvieron funcionando como compartimentos estancos dentro el Inta”. El recordado atleta serrano añadió que “tomamos el desafío de integrarlos, con mucho entusiasmo por esa tarea, luego de haber pasado casi cuatro años por Castelar y ya volviendo a la Pampa Húmeda y empezando a visitar más seguido Tandil, volviendo a los orígenes”. 

- ¿Cuáles son las líneas de acción que va encarando en su nueva función?

- Una de las cosas que estamos haciendo y -que creo que es innovadora- es visualizar el enfoque territorial como el verdadero desafío institucional, que en realidad es un desafío de país: cambiar la realidad de los territorios. Vengo con una vivencia de más de 20 años de estar pisando el Norte Grande Argentino, que es otro país. Luego, desde esa premisa de integrar todo el accionar en el territorio, lo que nos quedaba es unir dos acciones que históricamente en el Inta estuvieron divididas. El Inta es quizás a única entidad en el mundo de este tamaño que tiene dentro de la misma organización la investigación y la extensión, lo que ya es un cambio importante. En general en el mundo las organizaciones hacen investigación o extensión. Durante la década del 90 hubo un esfuerzo muy grande por sacarle la extensión al Inta. El Inta y el sector hicieron un esfuerzo porque esto quedara así y hoy con mucho orgullo mostramos a una de las pocas del mundo que lo tienen. El desafío es que esas dos acciones vitales y estratégicas del Inta -investigación y extensión- funcionen articuladas en los territorios. Ya cuando estudiábamos en Balcarce -hace unos cuantos años- se decía que no podía ser que funcionaran aisladas. Una evaluación externa que encargamos hace cinco años llevó a un plan de mejora institucional y los consultores externos nos dijeron que sería mucho más eficiente si la extensión, la investigación y la innovación tecnológica funcionaran juntos. Una de las características del Inta es que tiene un control social y que todas las regiones tienen consejos, al punto tal que el máximo organismo de decisión es un Concejo Directivo, donde están inclusive organizaciones que tienen diferencias con el Gobierno y funcionamos muy bien. Ese consejo directivo decidió armar una dirección nacional que se encargue de esta tarea y me encargó armarla, por lo que estoy en un desafío verdaderamente apasionante.  

- Ser su titular es un hito más que importante dentro de una carrera ascendente...

- Pienso lo mismo que pensaba cuando tenía 15 ó 16 años y decía que en el podio entre el primero y el tercero no había diferencia, y que en la carrera entre el primero y el último el esfuerzo había sido el mismo. Sigo pensando lo mismo. No busco una carrera ascendente. La vida me ha puesto mayores responsabilidades, lo que en algunos momentos me genera piel de gallina por el peso de la responsabilidad. Pero estoy agradeciendo a Dios y a la gente que confía en uno, que nos está dando la oportunidad de ser útiles, que es lo único que vamos a dejar en la vida.  

- ¿Cuál es su mensaje para los tandilenses?

- Tandil sigue siendo mi ciudad. De hecho en las redes trato de que me sigan como 'El Vasquito de Tandil', pensando en volver. La otra vez, charlando con la gente de la facultad de Ciencias Veterinarias y mi grupo de investigación de 20 ó 25 años les decía que sueño con jubilarme un día y volver a hacer investigación. Volver a la investigación básica que algún día hicimos desde Tandil. Cuando alguna vez se dice que conozco en la realidad al territorio y la investigación -es decir varias cosas- siempre dejo en claro que no hablo de la realidad del Norte Argentino desde el Olimpo metropolitano, sino que me fui al norte y siempre digo lo mismo: me fui al norte desde Tandil, quizás desde el mejor lugar que tiene argentina para vivir.  No me contaron los problemas, hicimos un sacrificio grande en calidad de vida. Dios decide, pero el sueño nuestro es -una vez retirados- es volver a Tandil, vivir tranquilos, aplicar la experiencia y a hacer investigación básica, que es lo que soñaba cuando tenía cinco años.