Ley de talles: mujeres que sin ser obesas, no consiguen ropa a su medida en los comercios mendocinos

Ley de talles: mujeres que sin ser obesas, no consiguen ropa a su medida en los comercios mendocinos
No poder comprar la ropa que les gusta por no encajar en los modelos que se venden es cotidiano. A esas clientas las miran y les dicen, sin vueltas, que para ellas no hay prendas ni tampoco lencería.

“¡Es una vergüenza! Pasé por Buenos Aires hace 15 días y recorrí varios lugares y vidrieras. Hay talles grandes con modelos espectaculares y juveniles que en Mendoza no se ven. Acá, las gorditas debemos vestirnos de gente mayor porque no hay modelos lindos y, encima, los precios varían un montón”, comentó Nancy Gaud en Diario UNO digital.

La sanción de la Ley de Talles echó luz sobre una situación que existe y que afecta no sólo a personas que padecen obesidad y que necesitan talles especiales. El no poder dar con la prenda buscada es una cuestión que le toca también a mujeres que buscan, por ejemplo, un 46 y que no encuentran.

Una frase que se repite entre quienes no encajan en el modelo de cuerpo que venden y promocionan las publicidades es que las prendas que les ofrecen siempre son más chicas de lo que en verdad deben ser. “Es real, no hay talles. Ni siquiera el 42 es un 42. Ni qué decir si una es rellenita: no pasás de un 46. Depende de la ocurrencia de cada marca, podés ser talle de pantalón desde 42 hasta 50. Es una locura. Si no tenés buena autoestima, podés caer en depresión”, comentó Alicia Cerezo, otra lectora.

Estas mujeres reales son más que un ejemplo. Son las que todos los días caminan por la calle y, aunque ven algo en la vidriera que les gusta, no pueden acceder a comprarlo por más que cuenten con el dinero para hacerlo. “Hace 15 años que vivo el mismo problema”, cuenta una de ellas, quien a sus 43 años no quiere vestirse como una mujer de 60. Y ésos son los modelos que consigue en casas de talles especiales. Y agrega: “Ropa linda no vas a encontrar. De lo que a mí me gusta nunca hay. La ropa de gente gorda tiene otros diseños”, dice. Y ésta es sólo una de las situaciones a las que se enfrenta. Para esta mujer, salir a comprar no es algo placentero. De hecho, afirma que después de tantos rechazos terminó por cambiar sus gustos.

Usa pantalón talle 52 o 54 y lo consigue, llamativamente, sólo en los supermercados que venden ropa y que son, para ella, los únicos que venden talles reales. “Conseguir algo para una fiesta es realmente imposible y cuando se encuentra es muy caro”, asegura. Y agrega que otras prendas con las que tampoco logra dar por ser talle

XXL son camperas impermeables de abrigo, lo que la condena a usar todo “tipo poncho”.

A sus 38 años, otra mujer cuenta que con 75 kilos no puede, por ejemplo, comprarse lencería. “Conseguir ropa interior es difícil. En los supermercados tenés hasta el talle

100 o 110 de corpiño, y con suerte. Y en las lencerías no hay talle y lo que conseguís es de vieja, grande, lleno de puntillas”, añade.

Rechazo

“Apenas te ven en un comercio, ya te dicen que para vos no tienen. Ni siquiera se fijan. Los vendedores son muy crueles”, comenta una de ellas, quien dice que tras una innumerable cantidad de rechazos, al final, se siente desalentada.

Otra de las entrevistadas relata que durante su embarazo llegó a arreglarse sólo con dos o tres prendas porque, dado que no conseguía talles, dejó de comprar. “En un punto te convencés de que nadie se da cuenta de si repetís la ropa o no”, dice con resignación.

Muy difícil de cumplir

La Federación Económica de Mendoza (FEM) considera que lograr que todos los comercios de Mendoza puedan cumplir con lo que marca la Ley de Talles es un objetivo muy difícil.

Adolfo Trípodi, desde esa institución, advirtió que los locales minoristas no estarán en condiciones de poseer stock necesario para cumplir con la reglamentación. La Ley de Talles fija que cada negocio deberá poseer una variedad de ocho medidas de cada prenda.

“Si un negocio tiene veinte modelos y debe tener todos los talles, es una inversión muy importante que no podrá recuperar”, dijo. Y sugirió que ésa es una idea que debería “pulirse”, para que el que ejerza el control “no termine clausurando negocios a diestra y siniestra”.

Aunque, para Trípodi, la ley “tiene buenas intenciones, no es verdad que se van a traer 30 modelos en todos los talles y se van a vender”.

“Voy a despachar el corazón de esa colección, el resto se vendería esporádicamente”, ejemplificó Trípodi.

La FEM invitará al autor de la legislación, el diputado Hugo Babolené, del Partido Demócrata, para que les explique el alcance de la norma a los comerciantes que integran esa federación.

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