Taekwondo con impulso dorado

Según los datos de la Asociación Mendocina en la provincia hay, en toda la historia, 976 personas certificadas con cinturón negro. Los valores y principios de una actividad deportiva que suma adeptos luego de los Juegos Olímpicos de Londres.
De la mano de la obtención de la medalla de oro en Londres 2012, el taekwondo continúa atrayendo adeptos en nuestra provincia y el país, a una disciplina que además de ocupar el cuerpo, involucra en su práctica a la mente y el alma.

Sebastián Crismanich, el taekwondista que besó el oro olímpico, representó a una Argentina en la que más de 20 mil personas practican aquel deporte. En Mendoza, son 2 mil los federados y la historia dice que dos mendocinos fueron campeones mundiales con los colores celeste y blanco.

El taekwondo, además de ser una disciplina para los deportistas consagrados que llegan a competir en los Juegos Olímpicos, durante los últimos años se ha transformado en un estilo de vida, creciendo notablemente en la cantidad de mendocinos chicos y adultos mayores que encuentran en la llamada “ciencia de los deportes de contacto”, la posibilidad de aplicar una estrategia y un por qué a cada ataque, defensa o encadenamiento de golpes.

“La gente grande que llega a practicar nuestro deporte lo hace por los valores y principios con los que cuenta el taekwondo, con la familia como núcleo de todo. Además es un deporte, una herramienta de defensa y un arte marcial, con todo lo que esto implica a nivel físico y humano.

Y otro segmento que ha crecido mucho es el de los más chiquitos, quienes incorporan conceptos de respeto y disciplina. Los amantes de nuestro deporte festejamos mucho el oro de Crismanich, porque eso hace que el interés llegue a gente nueva y sigamos creciendo como deporte en Mendoza”, aseguró Trentacoste, director técnico de la Asociación Mendocina de Taekwondo.

Pero el crecimiento siempre va de la mano del apoyo gubernamental y de las buenas políticas en torno al deporte. Lo cierto es que hace poco tiempo el Estado comenzó a aplicar acciones que tienen como fin prepara deportistas a conciencia de cara a los Juegos Olímpicos del año 2020.

“Siempre trabajamos a pulmón con poco apoyo, un gran sacrificio y mucho amor por el deporte. Lo bueno es que ahora se produjo un quiebre muy importante con un programa en el que se busca tener espacios de entrenamiento para alto rendimiento, con un cambio en la manera de pensar la disciplina y preparando mucho mejor a los deportistas, sobre todo con mayor tiempo de trabajo”, agregó Trentacoste.

Y como afirmó el propio director técnico de la Asociación que reúne a los taekwondistas locales, la “otra pata” del deporte es aquella que hace mayor hincapié en las formas que en el espacio de lucha y los golpes.

“En Mendoza, tenemos en toda la historia, 976 personas certificadas con cinturón negro y se estima que de cada 10 personas que practican el deporte apenas una llega a tal objetivo. Pero lo positivo es que se trata de una disciplina que no tiene edad para el comienzo de las actividades, porque no se agota todo en la lucha”, el especialista.

Según afirman desde la Asociación Mendocina de Taekwondo, “el objetivo es trabajar sobre los valores que exceden lo deportivo, ayudando a las personas a ser mejores seres humanos desde la óptica del arte marcial. Es nuestra manera de colaborar con la sociedad”.

Silvana Cubells, una de las tantas mujeres taekwondistas mendocinas es cinturón negro tercer Dan, instructora de Taekwondo y estudiante de Leyes. “Entreno desde los 9 años, porque era hiperactiva y necesitaba canalizar adecuadamente toda esa energía. Puedo decir que el objetivo se cumplió y que lo que empezó como un juego, hoy es parte de mi vida”, aseguró orgullosa.

Ramiro vive en Godoy Cruz, tiene 8 años y practica el deporte porque su mamá lo llevo cuando cumplió los 6. “Uno de mis mejores amigos es taekwondista y me insistió hasta que decidí que nos acercáramos. Hoy no hay forma de que falte a una clase y lo bueno es que aprende valores de suma importancia para entender el mundo de hoy”, contó.

Lo cierto es que el taekwondo en Mendoza continúa su franco crecimiento y además de seguir sumando adeptos que buscan la comunión entre el cuerpo y el alma, intentará afianzarse en lo deportivo con la preparación quienes hoy son serias promesas y pretenden imitar a otros mendocinos que hicieron historia en la disciplina como Juan Ongay, campeón mundial en el año 93 y Soledad Montenegro, quien obtuvo el mismo logro en 1997.

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