Los graves incidentes que se produjeron el pasado jueves en La Bombonera en el entretiempo del partido que por Copa Libertadores jugaban River y Boca, se metió de lleno en la campaña nacional. Ayer, y mientras desde Buenos Aires discutían acerca de lo complejo que sería jugar el amistoso previsto por los dos equipos para el 9 de junio en Córdoba, el gobernador José Manuel de la Sota salió a confirmar que el juego se hará “sí o sí”. Pese a la preocupación que reina en la cúpula de ambos clubes y al clima enrarecido que quedó después de lo del jueves. 

Desde su confirmación, se sabe que el choque entre las dos entidades más importantes del país, forma parte de la campaña no sólo del gobernador y su dificultosa carrera a las Paso, sino del resto de UPC en la búsqueda de retener la conducción de El Panal. Por lo tanto, y avizorando los mensajes que venían desde los medios porteños,  el titular del Ejecutivo provincial urgió por confirmar el superclásico. 

Sin embargo, y pese a la afirmación del gobernador, hasta anoche no había un nuevo comunicado desde World Eleven, la empresa organizadora que tiene un contrato firmado incluyendo además a la banca privada que es patrocinadora de ambos equipos. Es cierto que el antecedente, en el que también se apoya tanto De la Sota como los organizadores, es bueno: en el verano de 2013 como en la misma época de 2014 y sin incidente alguno, en el Kempes jugaron ambos equipos. Argumento que le sirvió al Gobierno provincial -y la Policía en particular- para sacar a relucir que acá se jugaba sin inconvenientes y con las dos hinchadas. Hoy, otro de los temas de discusión de la campaña nacional.  

Sin embargo, en el fútbol doméstico, la Policía muestra serios inconvenientes y entra en el marco de las detenciones arbitrarias como las que hizo en Instituto. 

Por último, y volviendo al River -Boca, todo puede traducirse en un duelo especial entre Mauricio Macri y el propio De la Sota. Eel club de La Ribera mantiene vínculos con el hombre del PRO, quien también es cercano a la dirigencia de segunda línea del club de Núñez, con lo cual, la interna aquí entre el macrismo y el delasotismo es clave.