Se suicidó el represor "Chaleco" Giménez

Se suicidó el represor

El expolicía pampeano se quitó la vida en su vivienda este domingo al mediodía y poco después del fallecimiento de su esposa, según confirmaron a El Diario fuentes de la Seccional Segunda. Cumplía prisión domiciliaria en el marco de la causa Subzona 14 II.

 

Rubén "Chaleco" Giménez, un expolicía pampeano que estaba detenido por delitos de lesa humanidad, se quitó la vida ayer al mediodía en su vivienda de la calle Malvinas Argentinas al 300, según confirmaron autoridades de la Seccional Segunda.

Giménez, de 74 años, dejó una carta dirigida a su familia donde explicó que el motivo de su decisión fue la muerte de su esposa, fallecida apenas minutos antes. La mujer murió alrededor de las 11 de la mañana y el expolicía se ahorcó entre las 11.20 y las 12.50 horas. "Aparentemente explicó que era una promesa que le había hecho a su mujer...", señaló una fuente policial vinculada a la Segunda.

El delicado estado de salud de su esposa era uno de los motivos por los cuales Giménez cumplía prisión domiciliaria, luego de que fuera detenido en julio de 2012 en el marco de la causa "Subzona 14 II".

En mayo del año pasado había sido confirmado su procesamiento junto a otros 20 represores pampeanos por los delitos de secuestro, torturas y genocidio.

Además, había declarado como testigo durante el juicio de 2010. Allí contó que fue él quien detuvo al profesor Guillermo Quartucci en Jacinto Aráuz. " Me dijeron que era peligroso", relató.

Giménez comenzó sus servicios en la policía en 1960 y se retiró en el año 1983. En 1976 prestó servicios en Infantería. "A fines de 1976 se me ordenó que debía ir a prestar servicios en la Unidad Regional I, para hacerme cargo del manejo del Comando Radioeléctrico", dijo. El jefe de Guardia Infantería era el comisario Roberto Constantino. Allí estuvo hasta el año 1980. Y lo trasladaron al Departamento Logística.

Relató además que en la planta alta de la Seccional Primera "había personas vendadas" pero que ese hecho no le extrañó. "Era para salvar la ronda de reconocimiento", dijo y negó escuchar gritos durante las noches: "Había una radio encendida fuerte. Sólo escuché que hablaban en voz alta".

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