"A mi suegra no la quiero, no la careteo, pero tampoco es necesario este papelón"

La vedette habló en el programa de Mirtha Legrand sobre las peleas que tuvo con Analía, su suegra, mamá de Matías Defederico. Sus declaraciones

La guerra desatada por Analía, suegra de Cinthia Fernández, sigue viento en popa. La vedette estuvo anoche en el programa de Mirtha Legrand y se refirió a este escándalo, luego de que la mujer acusara a la bailarina de no dejarla ver a sus nietas y que la atendía muy mal cuando iba de visita a su casa.

"Esta semana me recibo de santa, me van a hacer un monumento, capaz se la mando al Papa", comenzó diciendo Fernández. Y luego agregó: "Por sobre todo no se respetó a mis hijas. No hay que hacer la vida íntima pública. Mi suegra, es un amor de persona. Es un hecho lamentable, tengo un marido, tres hijas, quiero aclarar que hay una niñera, no tres, porque yo cuido a mis hijas y soy muy buena madre".

Según sus declaraciones, el problema es por un tema de dinero: "Es normal que los futbolistas ayuden a su familia, por una discusión a pedido de ella él dejó de pasarle plata y hubo amenazas, diciendo que iba a ir a la tele a contar cosas, dijo que yo le había pegado a mi mamá, gracias a Dios tengo un hombre con todas las letras y desmintió todo".

Además, Cinthia explicó cómo fue el episodio de los ravioles, ya que su suegra había dicho que en un almuerzo, su nuera le dio "tres ravioles de m...": "Ese día llovía, no se podía hacer asado, Maty me dijo si compraba sorrentinos, yo no sé calcular, con tres nenas es imposible cocinar. No sé cuántos compré, le pregunté al vendedor de la casa de pastas y me dijo que cinco sorrentinos por persona estaban bien, yo le dije que entonces me de seis por persona y compre dos cajas de ravioles para mí para la semana, cuando llegué a casa cocinó Maty, te juro por la vida de mis hijas que sobraron ravioles".

"Es muy bizarro, quedó en evidencia que la madre tiene un problema por la plata y que la hermana se calzó el mejor traje para ir a la televisión, estoy tranquila por lo que le voy a tener que decirle a mis hijas y a mi sobrina, pero tendría mil cosas para decir", indicó.

"Mi marido salió como hombre a defender a su familia, a nosotras, de mí que diga lo que quiera, yo me río y veremos en Tribunales. Lo que pasa es que se les va la gallina de los huevos de oro y sienten que se los sacás", señaló.

Por último, contó cuáles son sus actividades para que no digan que es “una mala madre”: "Mi vida es muy simple, hago todos los días lo mismo, me voy a las siete, entreno, vuelvo y les doy el desayuno, estoy cuando se despiertan, jugamos, almorzamos, hay una sola niñera, les doy de comer y me voy de mi casa cuando las tres duermen, porque son educadas y tienen horarios y vuelvo a las ocho. A mi suegra no la quiero, no la careteo, pero tampoco es necesario este papelón", finalizó.

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