Sonora derrota de Rajoy en el Parlamento español

Sonora derrota de Rajoy en el Parlamento español

El nuevo gobierno en España. El gobierno del Partido Popular debió replegarse en el Congreso. Un tema clave fue la ley de Educación.

Dos temas cruciales para Mariano Rajoy se convirtieron en otras tantas derrotas en el Parlamento donde el presidente del gobierno español no tiene mayoría absoluta: está en minoría.

La ley de educación es la controversia más enconada entre conservadores y socialistas que se han sucedido en los diversos gobiernos de la transición. Nunca se llegó a un pacto, que en algunos países europeos es constitucional, porque en el trasfondo estaba la lucha ideológica, el laicismo y la influencia todopoderosa de la Iglesia que siempre ha separado a izquierda y derecha.

La actual Ley fue aprobada por mayoría absoluta, el rodillo, en el gobierno de Rajoy. Las reválidas, los exámenes para pasar los niveles en la escuela secundaria y, sobre todo, el final de bachillerato y la admisión a la universidad, han producido una vasta movilización contraria que la califican, con éxito publicitario, de “franquista”.

Ahora, la posición minoritaria de Rajoy en el Parlamento tiene a todos los otros partidos en contra. Terminó porque antes que perder en una votación formal, el gobierno decidió postergar el polémico tema. La prueba de Bachillerato queda solo para el acceso a la universidad y otras en la secundaria, como “evaluación de diagnóstico hasta que se pueda pactar una ley de educación.

Pero hace dos días se formalizó otro enfrentamiento mucho más grave con el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, supernumerario del Opus Dei, y vastamente impopular como uno de los más reaccionarios dirigentes de primer nivel de ejecutivo conservador.

Para peor un gran escándalo estalló cuando se publicó una larga grabación clandestina realizada en el despacho de Fernández Díaz, con el jefe judicial Anticorrupción de Cataluña, que se definió como “un soldado de España”.

En la conversación, Fernández Díaz, recibía toda clase de detalles, ilegalmente, sobre varios dirigentes separatistas catalanes. Después daba toda clase de indicaciones al alto funcionario judicial para crear procedimientos injustificados y aseguraba que todo se iba a arreglar con los juzgados con los convenientes acomodos.

Las acusaciones iban a ser falsas pero se trataba de desprestigiar todo lo posible a los separatistas. Los medios de comunicación emitieron horas y horas de la grabación, destacaron los diálogos más comprometedores y hasta grotescos.

Fernández Díaz titular del “monasterio” del Interior, por los homenajes, condecoraciones, reconocimientos a distintas Virgenes, y otras medidas, aprobadas por el gobierno de Rajoy, que no tenían en cuenta el laicismo del estado español que consagra la Consitución.

Cualquier intento de la oposición por oponerse al “monasterio” fue arrasada por la mayoría absoluta. Hubo dilaciones para que la justicia no fulminara a los culpables pero el parlamento, cuando ya Rajoy estaba en funciones y no contaba con el “rodillo”, condenó a Fernández Díaz en una declaración contundente.

El ministro fue apartado cuando Rajoy logró encabezar el presente ejecutivo en minoría gracias a la abstención del PSOE. Rajoy, como en otros casos resonantes en los que siempre terminó perdiendo, se empeñó en otorgar cargos destacados para favorecer a su íntimo amigo.

“¡Es una provocación!”, tronó el diario El País, cuando Rajoy intentó colar a Fernández Díaz como presidente de la relevante comisión de Relaciones Exteriores, una actividad que desconoce.

Los socialistas, cuya abstención era otra vez necesaria arguyeron que no podían cerrar el paso a Fernández Díaz porque había un pacto con Rajoy que les otorgaba la titularidad de otras comisiones.

Pero, era demasiado. Podemos arremetió recordando que el Parlamento había condenado a Fernández Diaz, el PSOE cedió y anunció hace dos días que el ex ministro no sería presidente de Relaciones Exteriores ni ninguna otra Comisión. El PP aceptó proponer otro candidato. Otra derrota de primera magnitud.

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