Una solución a los anegamientos sigue a la espera de su ejecución

Una solución a los anegamientos sigue a la espera de su ejecución

El ex director de Hidráulica municipal, Hugo Orsolini, ya había proyectado desagües pluviales mayores para el centro rosarino.

Los fenómenos de lluvias intensas de corto plazo que saturan los sumideros se repiten en el verano rosarino. Sus consecuencias están a la vista y las sufren los vecinos. En este contexto, el ingeniero Hugo Orsolini, ex funcionario de las áreas de Hidráulica de la provincia y el municipio, recordó en diálogo con La Capital su propuesta para ponerle fin a los anegamientos: la construcción de enormes depósitos de agua subterráneos que almacenen la descarga pluvial y eviten los desbordes de los desagües. Pero el plan no se ejecutó.

 

Los fenómenos meteorológicos de alta intensidad se replican en el cielo rosarino. La descarga de muchos milímetros de agua en poco tiempo producen desbordes en las calles y ponen de manifiesto un tema que agrupa tres problemas: la antigüedad de la red pluvial, la intensidad de la descarga y la obstrucción de los sumideros por acumulación de basura.

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"En la Municipalidad dejamos planteados distintas soluciones. Una de ellas fueron los desagües pluviales mayores, que son recintos que recogen el agua como una cisterna bajo tierra y luego la dejan salir lentamente hacia el río", recordó Orsolini.

El ex director de Hidráulica municipal explicó que este tipo de obras funcionan en diversas partes del mundo. Se trata de grandes conductos tapados en ambos extremos, a los que se les aplica un bombeo para desagotar el agua almacenada.

"A medida que llega el agua se va evacuando en cantidades no perjudiciales. Y este proceso se puede monitorear. El desagüe pluvial mayor requiere bastante mano de obra, se planificaron los trazos gruesos para que se apliquen en varios lugares del centro de la ciudad. Estas cisternas enterradas permitirían que los sumideros no colapsen y dejen entrar el agua en poco tiempo", subrayó Orsolini, quien aclaró que se propuso como planificación "a grandes rasgos". Según estimaciones, estos grandes receptáculos subterráneos podrían servir para 100 años de recurrencia.

Entre los diagnósticos que explican los actuales anegamientos de calles y paseos de la ciudad, el también ex secretario de Aguas de la provincia recordó que los desagües pluviales otorgan un nivel de protección de cinco años de recurrencia. "En estas épocas donde el cambio climático se muestra en toda su intensidad, comienzan a observarse problemas. Algunas de las obras pluviales que se hicieron en la última década podrían quedar cortas porque las lluvias son muy intensas en poco tiempo. Y en el centro de la ciudad los desagües son antiguos y están muy lejos de tener cinco años de nivel de protección. Luego hay aspectos complementarios que tapan los sumideros, como la basura; por eso existe la confluencia de responsabilidades: de los ciudadanos en no arrojar residuos y del Estado en tener un plan de mantenimiento permanente. La higiene de los sumideros no pudo lograrse ni antes ni ahora", finalizó Orsolini.

Refuerzo

El lunes pasado, la intendenta Mónica Fein se reunió con autoridades de Aguas Santafesinas SA (Assa). En el encuentro se acordó reforzar la inspección y el aseo de bocas de tormenta. A su vez, el municipio se comprometió a sumar diez cuadrillas para cumplir con esta tarea a los cuatro equipos que posee Assa.

Ante los pronósticos de alerta meteorológico para la región, Assa reforzará la inspección de las bocas de tormenta con el objetivo de optimizar su funcionamiento cuando se registran lluvias para aprovechar al máximo la capacidad de drenaje hidráulico.

Las cuadrillas retirarán los residuos tanto en las rejas como en las cajas interiores de las bocas de tormenta y, en caso de detectarse taponamientos, se realizará la desobstrucción. Ayer, en Génova al 2600 había unos 30 centímetros de agua a raíz de las obstrucciones, según los vecinos.

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