“Sólo les queda fusilarla en una plaza”

“Sólo les queda fusilarla en una plaza”

El defensor de la dirigente social explicó el peligro que implica que siga en la cárcel y contó que la misma Sala dice que necesita internarse. Anoche el juez Isidoro Cruz rechazó el hábeas corpus y se negó a autorizar su traslado a la clínica Los Lapachos.

Milagro Sala está convencida de que volvió a la cárcel por la difusión de un video en el que aparece el juez Pablo Pullen Llermanos hostigándola como patrón de estancia para que firme una acusación. Imágenes en las que Milagro aparece sola, sin sus abogados, sin derecho a defensa, tapándose los oídos con las manos engrilladas como única defensa, reveladas por Horacio Verbitsky en el libro La Libertad no es un Milagro y que fueron circulando en las redes en los últimas días. La sospecha de un odio de clase irracional que arremete para secuestrarla y devolverla al infierno del penal de Alto Comedero está sostenida por otros datos. El fiscal Mariano Miranda –uno de los principales perseguidores de Milagro Sala– no estaba al tanto de la detención. El Ministerio Público de la Acusación a cargo de Sergio Lello Sánchez, otra espada de Gerardo Morales, envió al penal a funcionarios y a dos médicos para “invitar” a Milagro a denunciar los golpes durante el operativo. En esta entrevista, el abogado Luis Paz, del equipo de la defensa, repasa lo que sucedió con ella durante los últimos días. “Milagro está mal”, dice. La guardia del Servicio Penitenciario tuvo que llamar a su esposo Raúl Noro el martes a la tarde para contener una crisis nerviosa que los médicos no lograban detener. Paz llora por primera vez en dos años de peleas. “Lo del sábado fue la crisis total del sistema penal en la provincia”, dice. “La están aniquilando. Saben que la van a matar. Lo saben. Ahora sólo les queda fusilarla en Plaza Belgrano”.

–¿Cómo está Milagro?

–Desde el sábado pasado cuando fue trasladada compulsiva y violentamente por orden del juez Pullen , Milagro atraviesa una tremenda crisis en términos psicológicos y físicos. Es lo que había advertido el presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y lo que quedó reflejado en la medida cautelar. Esta situación se agravó muy fuertemente desde sábado. Ese día logramos verla después de esperar casi tres horas con Paula Álvarez Carreras. A pesar de la insistencia, no nos dejaban verla porque no había médicos para recibirla. El médico llegó una hora después de su ingreso. Y cuando salió, cerca de las 9, el médico nos dijo que había constatado golpes en Milagro. Golpes que evidentemente no tenía antes del traslado.

–¿Qué tipo de golpes?

–Golpes en los brazos. En el antebrazo. En los hombros. Golpes en la espalda. Moretones y contusiones. Después, Milagro nos contó que fueron golpes del momento del traslado y de la detención en la casa.

–¿Golpes de la policía pegándole a ella?

–Sí. Golpes del cuerpo especial de operaciones. Luego vimos los informes, las cámaras, las fotos sobre cómo se organizó el secuestro. Eso, el sábado. El domingo a la mañana volví al penal. Milagro ya estaba con signos de una depresión profunda. El lunes estuve a la mañana y estuve a la tarde. Milagro estaba pendiente de que recibiéramos la notificación oficial del traslado. ¡Recién el miércoles nos notificó el juez! Usó los mismos argumentos que se conocieron ese día y dice expresamente “diferir la notificación a los abogados defensores”. El martes a las cuatro de la tarde estuve con ella para contarle sobre el objeto del habeas corpus que presentamos. Una medida urgente para que la saquen del penal. Y también para contarle del recurso ante la Corte. Mientras estaba con ella, llegaron funcionarios del Ministerio Público de la Acusación y de la fiscalía. Habían tomado nota de unas declaraciones que Milagro había hecho sobre los golpes en el traslado. Y se presentaron a tomarle una denuncia. Milagro empezó a hablar. Contó lo que vivió el sábado a las siete de la mañana y cuando dijo que la policía se llevó puesto al marido violentamente, que lo hicieron trastabillar. Se quebró en llanto. No hubo posibilidades de recuperarla. El personal de la fiscalía pidió que entraran de nuevo los médicos. Entraron a la audiencia. Eran Guillermo Robles Avalos y Nilda Vallejos. Constaron que Milagro no podía absolutamente llevar adelante así un acto procesal.

–En una crisis profunda.

–Tremenda. Con mucho llanto. Gritos. Desesperación. No podía ni siquiera levantar un vaso de agua. Se suspendió el acto. Los integrantes del Ministerio Público de la Acusación salieron casi escapados, como sobrepasados por la situación. Milagro estaba muy mal. No podían contenerla. No estaban preparados. Los mismos médicos dijeron que era una barbaridad lo que estaba pasando y pidieron suspender la audiencia. Eran casi las 17.30. A las 18, la doctora Mabel Sánchez –directora del Departamento Médico del Poder Judicial– mandó a dos peritos psiquiatras. Intentaron contenerla. E hicieron un informe que yo vi en la audiencia de habeas corpus. El informe refleja en términos técnicos lo que se vivió el martes. Pero la situación era tan grave que después, la guardia del Servicio Penitenciario tuvo que llamar a Raúl Noro para que vaya a ayudarla. Raúl estuvo hasta pasadas las 22 en el Penal. Fui a buscarlo para llevarlo a su casa.

–¿Y qué pide?

–Me encontré con una Milagro devastada. Y a mí me trae a la cabeza las descripciones que hizo la CIDH cuando habló de lo que representa la peligrosidad de ese lugar para ella. Ella dice que necesita internarse. Que no se siente bien. Que entre el martes y miércoles estuvieron toda la madrugada tocándole la puerta, pateándole la puerta. La ventana de la celda. Tiene la cara demacrada. En menos de 48 horas, perdió lo poco que había recuperado en El Carmen. Tiene un franco deterioro psicofísico.

–¿Cómo interpretan ustedes la presencia del Ministerio Público de la Acusación?

–Me parece que fue un intento de lavarse un poco la cara porque los atropellos que sufrió Milagro este año y medio y lo que sucedió el fin de semana con el traslado y la expresa notificación del juez Pullen de no notificar a las partes, hace que todo se trasforme. Lo que era violatorio a los derechos procesales y de defensa, el sábado se trasformó en la crisis total del sistema penal en la provincia de Jujuy. Yo vi a varios colegas estos días. Les mostré fotos de la resolución de Pullen que circulaba en la prensa. Los más viejos me decían que no habían visto algo así ni en dictadura. Es el colapso. No sé ni qué nombre ponerle. Lo que yo tengo delante mío es un precipicio. Esa es la situación.

–¿Creen que Pullen actuó solo? 

–Acá están los medios que son de propaganda del gobierno. Desde el sábado nadie dijo nada. Me parece que se dieron cuenta de que la torpeza es supina. Milagro me lo dijo el sábado a la mañana. Ella seguía en pijama y chancletas y me dijo: “Este tipo se mando solo porque le molestó el video”.

–¿El de Santiago Maldonado?

–No. El de audiencia en la que ella le dice: “¿Que sos? ¿Patrón de estancia?” Milagro cree que se mandó solo y el video es la causa del reencarcelamiento. Y acá, en la prensa local, nadie bancó esto. La están aniquilando... Creo que saben que la van a matar. Lo saben. Ya condenaron a Shakira a tres años de prisión por la denuncia de Lanata. Y saben que la van a matar con eso. Después, ¿qué queda?, ¿que la lleven a la Plaza Belgrano para fusilarla? Solo falta eso.

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