La soledad del vocero

La soledad del vocero
Mientras en las fuerzas aseguran que ningún efectivo incumplió órdenes en los últimos días, Luis Maza, pasado a disponibilidad, amenaza con futuros paros.
Según voceros de la Gendarmería y la Prefectura, los trabajos de seguridad, patrullajes y las actividades de ambas fuerzas se cumplen en un cien por ciento y por todos los efectivos. El movimiento de protesta fue levantado el miércoles cuando ya no existía: frente a los edificios Centinela y Guardacostas ya no había efectivos, sólo el gendarme Luis Maza, vocero de los amotinados, haciendo declaraciones para algunos medios que cerraban el ángulo de sus cámaras para que no se viera que sólo quedaba personal limpiando. Ayer, Maza –que ha sido puesto en disponibilidad– sostuvo que quienes lo siguen van a participar del paro, sin fecha establecida, de la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli.

Durante los últimos días, los nuevos jefes de Gendarmería y Prefectura, Enrique Zach y Luis Heiler, no tuvieron que atender ningún caso de insubordinación o de personal que no aceptara tomar tareas. El jueves sólo quedaba un grupo de menos de diez mujeres de gendarmes frente al Centinela, se les pidió que se retiraran y así lo hicieron, sin ningún tipo de problemas. Zach y Heiler, junto con el Ministerio de Seguridad y el de Economía, están trabajando en los sueldos a liquidar a principios de noviembre. Como esa Dirección fue intervenida, el Ministerio de Seguridad será el encargado de las liquidaciones, pero ayudado por Economía.

- Parece bastante claro que ningún sueldo inferior a 15.000 pesos será rebajado. Si se le quitaron suplementos adicionales o hay una reducción de otro tipo, se compensará.

- La idea de que un gendarme o un prefecto gana como mínimo 2700 pesos es falsa. Ese es el básico, pero todos tienen suplementos –algunos de ellos remunerativos– que llevan a que la cifra menor, para cualquiera que realiza tareas de seguridad, esté por encima de los 5000 pesos. En las liquidaciones hay casos de mozos de la Gendarmería que ganan 20.000.

La orden que hoy existe es que se estudie caso por caso y que no haya errores como los que llevaron al conflicto. Es decir que en ningún caso se reduzcan sueldos y, como lo preveía el decreto 1307, que hubiera un aumento para los que menos ganan.

En el programa Café Las Palabras, que conduce Eduardo Valdez, rompió el silencio Raúl Garré, hermano de la ministra de Seguridad, que renunció como jefe de Gabinete de ese ministerio. El ex funcionario dijo que de ninguna manera el decreto 1307 tuvo como finalidad bajar sueldos: “Después de 40 años de militancia justicialista, pareciera que yo fui el creador de un decreto cuyo fin fuera dejar sin una parte del sueldo al personal más postergado. Las quitas no eran, casualmente, para los más postergados. Se creó una situación de zozobra en que se rompía la cadena de mandos”.

Justamente por ello, las sanciones adoptadas se mantendrán. Los pasados a disponibilidad seguirán en esa situación mientras se estudia cada sumario en particular. El criterio general es que no hay sanción para la protesta inicial, pero que una vez que se decidió reintegrarle los sueldos a todos los efectivos de acuerdo con lo que habían cobrado el mes anterior, el movimiento pasó a ser una ruptura de la disciplina. Incluso con algunos casos de violencia que motivaron dos sumarios en Prefectura. Por lo tanto, los protagonistas del amotinamiento posterior –algunos que arriaron banderas en señal de protesta, no aceptaron despejar los edificios, hicieron declaraciones ofensivas– siguen en disponibilidad. Y la misma decisión se tomará con cualquiera que rompa la disciplina.

El otro tema en el que se está trabajando es en mejorar los alojamientos de prefectos y gendarmes que participan de operativos lejos de sus destinos originales. Existe la convicción de que ése es uno de los puntos clave que tanto Zach como Heiler, en combinación con el ministerio, tendrán que resolver.

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