La "paz social" y el Estado peronista en La Pampa

La

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, encendió la alarma sobre fin de año al afirmar que "hay sectores políticos que quieren un diciembre de caos".

 El economista Nicolás Dujovne señala que la economía sigue inmersa en una recesión en la que el PBI se ha contraído cerca del 2,5% respecto de 2015 y donde los salarios reales y el consumo fueron las principales víctimas de la unificación cambiaria y la suba de tarifas.

Las provincias endeudadas con Nación sufren el ajuste que imponen desde el equipo económico del presidente Mauricio Macri para cerrar el año con menos déficit, poniendo en aprietos a jurisdicciones que gobierna Cambiemos como es el caso de Jujuy. Durante noviembre hubo un repunte de la conflictividad social en la Argentina, mes en el que se registraron 575 piquetes en todo el país, según la consultora Diagnóstico Político. Aunque los medios nacionales no lo reflejan, hay manifestaciones y paros en provincias como Santa Cruz o Chaco.

En este panorama, La Pampa ha sorteado durante el primer año del gobierno de Macri la conflictividad social. Las consecuencias de su plan económico no han impactado como en otras provincias, aunque hoy la administración pampeana esté "al día" con las cuentas, llegando solo a pagar los sueldos, como reconocen desde el Ministerio de Hacienda. Los fondos anticíclicos con los que se contaba, una de las joyas teóricas del ministro Ernesto Franco, se volatilizaron hace tiempo.

El gobernador Carlos Verna apostó en el contexto descripto a sostener la "paz social" en su primer año de gestión. Por un lado, mediante la negociación con los sindicatos estatales y de docentes. Una fuente de Casa de Gobierno explica los puntos de esta política con un informe que recibió en mano el mandatario. Durante el año hubo un 34% de aumento en la escala salarial (18% a partir de febrero, 10% en julio, 3% en septiembre y 3% a partir del mes de noviembre). Se pasaron ítems del sueldo como sumas bonificables lo que significa un aumento en el salario de bolsillo por el impacto de los adicionales.

La sumas fijas, durante el año completaron un total de 8.000 pesos, lo que representaron un incremento del 7,2% en el salario mínimo garantizado del mes de enero. De ese total, 5.000 pesos se cobrarán durante este mes, cuando en otras provincias todavía se está peleando por un monto menor para fin de año. También hubo avances en algunas mesas sectoriales. Y para 2017 se piensa encarar el año con un aumento de la pauta salarial que esté por encima de la inflación esperada, y que se estima en el 17%, para que no se pierda el poder adquisitivo del salario público.

Si en un análisis anterior el autor afirmó que en el "modelo vernista" las políticas para impulsar a las Pymes y generar empleo privado eran su "pata desarrollista", otra de sus patas es esta inyección de fondos vía empleo público a la economía provincial, uno de los efectos del Estado peronista pampeano en vigencia desde 1983, con un alto nivel de empleo público. Si bien esa misma característica tiene como consecuencias una burocracia que pesa sobre la economía provincial y el uso político de la estructura estatal.

Ese mismo modelo tiene al Estado provincial como el motor de la economía local con la generación de empleo vía obra pública. En ese sentido, el gobernador Verna anunció que en 2017 se pondrán en marcha proyectos que estaban frenados por falta de fondos y que se harán 2.000 viviendas, si bien con dineros del Fonavi, pero con fuerte apoyo de fondos provinciales. Y se espera además, promesas mediante, que lleguen obras de Nación.

La falta de obra pública durante este año no fue gratuita, muchos de esos fondos fueron derivados hacia las áreas sociales. Si el gobierno apostó a la "paz social" mediante la negociación con los gremios estatales, los que durante años mostraron su combatividad con la anterior gestión de Oscar Jorge y hoy están expectantes pero calmos, también hubo partidas para quienes reciben ayuda social por parte del Estado provincial. Y a esto se agrega que hubo medidas específicas para sectores afectados por la situación económica nacional como el de los frigoríficos.

No fue el año que pretendía el gobernador Verna durante su campaña el año pasado, pero la situación social en La Pampa, más allá de conflictos puntuales como el del gremio municipal de Santa Rosa con el intendente Leandro Altolaguirre o la protesta de algún sindicato como el de los trabajadores de los juegos de azar, está controlada. Diciembre, en este escenario, no será en territorio pampeano un mes tan caliente en lo social como ocurrirá en otras provincias.

Comentá la nota