Hubo pocos detalles pulidos, pero una certeza: el frente Cambiemos seguirá, con los matices provinciales de cada distrito. En Mendoza, Cornejo y Macri mantendrán su alianza y la estrategia electoral será conjunta, aunque el Gobernador no cede en lo político.

Eso quedó claro anoche en el asado de "camaradería" que el presidente ofreció a los líderes radicales. El otro acuerdo tuvo que ver con la necesidad de "mostrar gestión" para ganar las elecciones, con los reclamos tácitos que ello implica. 

Cornejo se sentó a la derecha de Macri. Del otro lado estuvo el gobernador de Jujuy Gerardo Morales y un poco más alejado, en diagonal, Ernesto Sanz, convertido en "operador" del oficialismo sin cargo formal. En la mesa estuvieron los principales referentes políticos de la UCR y el Pro, incluida María Eugenia Vidal, gobernadora de Buenos Aires y principal figura del macrismo.

El asado había sido anunciado como un encuentro político pero como lo que reina es el dinero, antes hubo otra reunión. Cornejo y el resto de los funcionarios estuvieron con el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y con Luis Caputo, ministro de Finanzas, con quienes acordaron una serie de pautas sobre las cuentas públicas y la deuda. De hecho hoy Cornejo firmará un convenio que le permitirá prorratear el pago de 700 millones de pesos que habían sido adelantados el año pasado y que la provincia adeudaba aún.

Luego vino el plato fuerte. Asado político, regado con vino Rutini y con un tema excluyente sobre la mesa: las elecciones legislativas de este año, donde Macri y Cornejo ponen bajo examen sus gestiones. En cuanto a necesidad de resultados, el Presidente es el más apremiado. Requiere ganar escaños en el Congreso y para ello creen indispensable mantener una estructura federal. Sin embargo la provincia de Buenos Aires es el gran objetivo y por eso estuvo Vidal. Cornejo tiene la misma ambición, aunque con una posición política mucho más cómoda en lo local.

Según explicaron, se hizo un repaso de todos los distritos electorales, es decir todas las provincias y la Ciudad de Buenos Aires. "Fue muy general, nada específico", dijeron. Pero también confirmaron que la alianza se mantiene, más allá de los matices que en cada lugar pueda haber. Lo único "puntual" que se mencionó es la necesidad de "mostrar gestión". "Las elecciones se ganan con gestión, eso es lo único que se remarcó", dijo uno de los voceros. Si hay que desmenuzar esa frase, aparecen reclamos tácitos hacia el Gobierno del propio Macri: más obra pública, más eficiencia en los servicios y "menos pálidas" para los ciudadanos. "El sector más castigado ha sido el votante de Macri. Hay que ver qué pasa este año", explica un allegado al Pro.

Ese "pacto" de mantener la alianza tiene algunos problemas operativos y el principal es el armado de las listas. En Mendoza, la UCR respeta al Presidente, pero no quieren ceder liderazgo político regional. Cornejo menos aún. El Pro, por su parte, tiene más problemas a saldar por las disputas internas.