De Paz como arquitecto, considera que ha llegado a esa membresía y como secretario de Obras, desafió La Ley de Gravedad. La más insignificante aplicación del sentido común, obligaría a esgrimir un acto de reflexión hasta en defensa propia. No hay razones ni arquitectónicas ni urbanísticas ni políticas que justifiquen este riesgo, que se asume sólo por razones económicas, no existe otra explicación.

El expediente, si es aprobado, no será por mayoría absoluta, sino que habrá deserciones, tal vez más de las previstas. Una fuente confiable deslizó a mdphoy.com aduciendo haber quedado enredados en una decisión que provino del Departamento Ejecutivo, como para ponerle nombre y apellido. No es menor la responsabilidad de la Comisión de Obras ni del novo kirchnerista pultista Héctor Rosso, que acompañó desde la Comisión de Legislación. Es decir que abundan las descalificaciones por golpes bajos, si habláramos de boxeo, pero este no es el caso, pero siempre desopilantes desde el lado que se lo observe.

El acompañamiento del bloque de Sergio Massa, (Frente Renovador) es poco serio, como la permanente sarasa de Lucas Fiorini, el concejal de lo obvio, con un perfil serpenteante como la huella de una cascabel, le encuentra explicación a todo, y mucho más si existen poderosas razones. ¡¡¡Carrancio no sabía los pisos que había votado en la Comisión!!!. Un enchastre, como decía De Angelis (Alfredo, el entrerriano).

Existen varias lecturas entrelíneas, que dejan conjeturas varias, pero todas hallan como punto de coincidencia las razones económicas, que no deberían descartarse, sólo deberíamos recorrer los emprendimientos de Mariani junto a Aldrey Iglesias, lo cual vuelve redundante cualquier ampliación al respecto. Todo cierra, por el lado que lo busquen.

¿Y Aicega? el concejal del PRO, tampoco aparece comprometido con el tema, aunque tal vez sea el que lo induzca desde la profundidad del poder, es algo que todos intentarán mantener en reserva, que sabemos no será eterna, como ocurrió con otros escándalos vinculados a la corrupción, Bristol Center, Torres de Pelli, Vieja Terminal, Manantiales, una historia plagada de antecedentes.

¿A quién se le ocurrirá levantar la mano para aprobar este desatino? Hay que leer todo el expediente para saber cómo fue elevando el precio porque no había resistencia de vecinos, y le metieron sobredosis, hasta parar alrededor de los 40 palos verdes. ¿Qué negocio tiene este margen de ganancia en Mar del Plata? ¿Tal vez la política?  Tal vez apelen al índice de desocupación por el lado de la UOCRA: 21 pisos es el equivalente a tres torres de siete pisos, así que el argumento se convierte en una excusa burda.