Sileoni admitió que el mal desempeño educativo del país es su responsabilidad

Sileoni admitió que el mal desempeño educativo del país es su responsabilidad
“Esperábamos otros resultados”, se sinceró en un giro imprevisto.

Después de relativizar los pobres resultados que obtuvo la Argentina en la prueba PISA, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, cambió de estrategia. “Me siento responsable y siento que tenemos todavía mucho por hacer”, admitió en una entrevista que publicó ayer el diario El Tribuno de Salta. Y, sin vueltas, se sinceró: “Esperábamos otros resultados”.

Las conclusiones de la evaluación internacional que mide la calidad del sistema educativo de cada país se conocieron el martes pasado. Argentina quedó en el puesto 59 sobre un total de 65 participantes, un escalón más abajo que en la medición de 2009. El mayor déficit entre los alumnos de 15 años a los que se evaluó se dio en la comprensión lectora y en matemática.

El martes, Sileoni había intentado el camino de la justificación. “No les fue bien a todos los países de la región”, había dicho en una conferencia en la que dudó de la exactitud del diagnóstico. Por eso, recibió críticas por no aceptar el dato como una señal de alerta.

“Siento que la sociedad argentina con todo derecho no está satisfecha con estos resultados”, señaló, en cambio, ayer. Y reconoció que “la primera responsabilidad es del Estado nacional y los 24 estados provinciales”. También admitió que “respecto de los aprendizajes, evidentemente Chile es un país que está a la vanguardia de los países americanos”. Y aunque cuestionó inequidades en su sistema, dijo que “probablemente esté tomando un camino más correcto que el nuestro en algunas políticas”.

Tras destacar que se invierte un 6,40% del PBI en educación, Sileoni aseguró que sería un error pensar que la “importante inversión que Argentina tuvo en el último tiempo ha sido en vano”.

La relación de Sileoni con la prueba PISA siempre fue conflictiva. En 2010, cuando se conocieron los resultados de la prueba que se había tomado en 2009, su reacción fue la de criticar la metodología de la evaluación. Con eso, intentaba justificar el bajo rendimiento de los alumnos.

En aquellos años también comenzó a barajar la posibilidad de armar una prueba paralela para los países de la región, iniciativa que hasta ahora no se plasmó.

La semana pasada, la reacción de los ministros de otros países latonoamericanos que tampoco rindieron bien fue opuesta a la de Sileoni: se hicieron cargo. Finalmente, ayer llegó el mea culpa del ministro argentino.

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