La pregunta que se formulan muchos dirigentes del interior de la provincia de Buenos Aires es que pensará hacer la gobernadora, María Eugenia Vidal con la Sociedad Anónima AGUAS BONAERENSES. La prestación de servicios por parte de la misma es paupérrimo.

En este mismo sitio se publican noticias sobre los problemas de derrames cloacales que se producen en la ciudad de General Villegas, como así también un requerimiento del intendente de Pehuajó para que se informe sobre las obras del nuevo acueducto. Días pasados, uno de los intendentes peronistas más contemporizadores y de resultados exitosos en su gestión, el casarense Walter Torchio hizo conocer también su profundo desagrado por el destrato a que se somete a su distrito desde esa área del gobierno bonaerense.ABSA no ha sido un ejemplo de prestación de sus responsabilidades, desde su misma creación. Se constituyó en un ente burocrático y en un lugar donde recalan algunos que necesitan tener abrigo político.

El presidente de la empresa durante la gestión de Scioli siempre fue observado con lupa por el manejo discrecional de los recursos y hasta se han iniciado acciones judiciales tendientes a investigar el manejo que realizó.

La sensación que prima en muchos dirigentes y ciudadanos consultados el miércoles por Infoecos, es que Vidal dejará que el tiempo pase. Mientras tanto se tomarán medidas que solo constituirán parches. La pésima acción de ABSA nunca ha sido presentada como preocupación prioritaria de las actuales autoridades bonaerenses.