Siguen las confesiones de Brancatelli: "Vivo intensamente, no puedo de otra manera"

Siguen las confesiones de Brancatelli:

El periodista ultraK es el hombre al que todos aman odiar.

Su abuelo prestaba su fábrica para las reuniones en la clandestinidad durante la última dictadura y su papá también le transmitió las historias del peronismo y la militancia. Ya desde chiquito a Diego Brancatelli (38) le gustó la política. A los 14, empezó a ir con sus amigos a una Unidad Básica de Ituzaingó: "Para nosotros era un lugar de encuentro y de contención". Así, el más "intratable" del panel del programa de América, empezó a repartir su tiempo entre el fútbol y la militancia.

Brancatelli se levanta a las 4.45, trabaja en Pop Radio enMañanas Campestres junto aSantiago del Moro, con quien también comparte sus noches en Intratables. Da clases una vez por semana en la Universidad de Lomas de Zamora y los fines de semana se los dedica al fútbol. Comenta los partidos desde el campo de juego para Fútbol para Todos y los domingos a la noche forma parte del panel de Fútbol Permitido en la TV Pública. 

- Perfil.com: ¿Creés que el fanatismo es parte de tu personalidad? 

- Diego Brancatelli: Sí, soy muy pasional. En todo. Soy fanático de Maradona y soy fanático al 100%, no tengo grises. Soy fanático de un proyecto político y lo defiendo a muerte. Eso pasa en otros niveles de la vida. Soy hincha de Ituzaingó, socio, quiero ser presidente, voy a todos lados, partidos de día, de noche, llueva, truene, local, visitante . Vivo todo intensamente, no puedo hacerlo de otra manera. 

-  ¿Te sentís cómodo con tu lugar en Intratables?

- Es relativo. Me siento cómodo porque tenemos un muy buen equipo de trabajo, todos son buenas personas y me gusta porque puedo ser yo mismo. A veces no me siento cómodo porque hay tres o cuatro invitados que no piensan como yo, más el resto de mis compañeros que la mayoría no piensa como yo y se hace bastante desparejo, no me dejan hablar, las frases quedan inconclusas o me malinterpretan. En las redes hay mucho insulto, mucha amenaza, en esos momentos uno tiene que hacerse fuerte y seguir. 

- ¿Cómo viven esas críticas tu familia y tus amigos?

- No lo hablamos mucho. Las críticas están en las redes sociales, mi familia no las consumen y mis amigos tampoco le dan bola. En la calle no está esa agresividad, por lo menos hasta ahora y espero que no pase. Mi viejo es mi relacionista público número uno, a todos les habla bien de mí y, si a alguno no le gusta, se lo dicen pero desde la buena onda. A mis amigos les llama la atención el reconocimiento, si vamos a un boliche o a donde sea la gente se acerca y se saca fotos. Soy un pibe común que lo único que hago es trabajar en medios que son muy masivos, pero en realidad yo andaba en bici, jugaba con mis amigos en el barrio, fui a la escuela secundaria del Estado, nunca tuve mucha plata, siempre la remé muchísimo, entonces mis amigos no están acostumbrados a esto. 

- ¿Que te quedó del pibe de barrio y qué cambiaste?

- Me quedó todo, me vine a vivir a Capital por una cuestión de tiempo, de comodidad, pero no tengo costumbres de Capital. Voy a ituzaingó dos veces por semana, mi familia y mis amigos siguen siendo los mismos. Por ahí uno tiene la facilidad de irse de vacaciones a un lugar más lindo o tener un mejor auto, pero sigo yendo a comer a la misma parrilla, a jugar al fútbol al mismo lugar, a los mismos boliches. La idea es ser uno mismo y mantener eso. 

- ¿Cómo llevan las diferencias políticas con tu mujer, Cecilia Insinga, periodista empleada por el Grupo Clarín?

- Nos llevamos muy bien, en dos laburantes como nosotros no hay esas diferencias. Tal vez no pensamos igual políticamente, aunque muchas cosas tenemos en común. Con el laburo de ella no me meto y ella a mí me ayuda mucho más que yo a ella, me aconseja, me hace bajar un cambio, muchas veces me hace tomar conciencia de mis actitudes. Obviamente que hay debate, pero cuando no nos entendemos en algo, la cortamos. Nos respetamos y admiramos mutuamente. Para mí es la mejor cronista de la televisión argentina. Es abogada, periodista, es inteligente, pregunta todo lo que tiene que preguntar, puede estar media hora hablando sin sarasear, es muy completa. La admiro y aprendo mucho de ella. Somos sencillos y humildes. 

- ¿Trabajarías con ella?

- Sí, trabajaríamos. De hecho estamos proyectando hacer cosas juntos. No se dónde, en algún lugar neutral. Yo no trabajaría en Canal 13, por lo menos en la situación actual.

- ¿Cómo manejan los tiempos de la pareja?

- Una de nuestras salidas preferidas es ir a comer afuera, ir al cine, a recitales, pero no tenemos días puntuales. Nos prometimos que los siete días de la semana tienen que ser iguales. Por ahí salimos a comer un lunes al mediodía, un jueves a la noche, cuando los tiempos nos lo permiten. No tenemos mucho tiempo juntos, pero el que tenemos lo disfrutamos a pleno.

- Vos dijiste que antes de casarte eras muy mujeriego, ¿hay celos en la pareja?

- Ella no es celosa, por suerte, y yo tampoco. Sino no podría estar con alguien que por trabajo viaja sola con hombres y está todo el día en un móvil con siete hombres. Jamás se me cruzaría por la cabeza ser celoso, nunca lo sufrí. Ella lo mismo, yo viajo mucho por el fútbol, salgo con mis amigos y no me hace ningún planteo. 

- ¿Quieren tener hijos?

Estamos proyectando, por más que lo veníamos pateando para adelante, yo ya estoy más cerca de los 40 y sabemos que el año que viene va a ser un punto de inflexión. Calculo que el año que viene puede llegar a haber noticias. 

- ¿Te preocupas por la estética?

- Me cuido a medias, no puedo dejar de comer, no puedo ir al gimnasio, no tengo tiempo y no me dan ganas. Sí me cuido el pelo, el cutis, me pongo un poco de crema, me cuido la barba. Me encantaría ir al gimnasio y tener los abdominales de Christian Sancho pero no puedo, mi ritmo de vida no me lo permite. Cuando llego a casa me gusta disfrutar de una buena picada.

- ¿Cuál de todos tus trabajos disfrutás más?

- Hacer el campo de juego de Fútbol para Todos. Es hermoso, porque me gusta el fútbol y me permite vivirlo de adentro, me sale muy fácilmente y voy relajado, descansado. Me gusta todo lo que hago y soy muy agradecido, pero a veces en la semana llego muy cansado y eso influye en el humor.

- ¿Qué significó Santiago del Moro en tu carrera?

-  Hay muchas personas importantes en mi carrera, Santiago es una de ellas. No me quiero olvidar de los otros, pero Santiago es muy importante, sobre todo en esta última etapa. En un principio cuando entré a Pop fue gracias a Analia Franchín. Como teníamos muchas discusiones por cuestiones políticas, Santiago un día me dijo: “Quiero que seas eso que sos fuera del aire pero en un programa que vamos a hacer en América”. Yo le dije que estaba loco, que me iban a matar y me dijo: “Tenés que hacerlo y la rompés”. 

- ¿Cómo fuiste desarrollando tu vínculo con Maradona?

- Se fue dando de a poco. Yo siempre fui enfermo, fanático de Maradona, desde que era chiquitito y tenía el póster en la pieza, lloraba y sufría con las cosas malas que le han pasado. Cuando me empecé a hacer conocido, empecé a tener llegada a él, a Claudia, a las hijas, le hablaron de mí, un día me llamó y se empezó a dar. Nunca salí con él, ni a cenar, ni a jugar al fútbol, no busco eso. En el único momento en el que lloré en mi casamiento fue cuando me pusieron un video con un saludo de él. Para mi cumpleaños también me saludó y para el Mundial me dio una nota. A mí, con eso me alcanza y me sobra.

Comentá la nota