Sigue la tensión comercial entre Brasil y Argentina pese a los gestos políticos

Sigue la tensión comercial entre Brasil y Argentina pese a los gestos políticos
Empresarios, políticos, diplomáticos, economistas, encuestadores y hasta artistas visitaron el Palacio Pereda. Fuerte malestar por controles al comercio
El discurso que ofreció anoche el embajador de Brasil en la Argentina, Everton Vargas, durante un cocktail realizado en su residencia para festejar el Día de la Independencia disimuló, como suele ocurrir por parte de diplomáticos, el fuerte malestar de su país con el gobierno de Cristina Fernández. El interés por la integración, económica y cultural, primó por sobre cualquier rispidez comercial que, sin embargo, fue el centro de los comentarios entre los cientos de invitados al ágape.

“No hubo avances más allá del gesto político de las Presidentas. Todo luego se traba cuando los temas bajan a las esferas técnicas”, dijo un fuente cercana al embajador, que aún es considerado un recién llegado a la Argentina. Empresarios brasileños murmuraban por lo bajo que los controles a las importaciones aplicados por el país se endurecieron en los últimos meses y que no hay parámetros racionales que establezcan criterios de aprobación de los permisos. Hoy, reclamo que comparten con industriales locales, que por las exhaustivas trabas ven amenazada su producción ante la falta de insumos.

Pasaron por el cocktail, que comenzó a las 18 y se extendió por dos horas, los hombres de negocios nucleados en el Grupo Brasil, que agrupa a las firmas brasileñas en la Argentina, empresarios nacionales, muchos dirigentes de la UIA, economistas, diplomáticos y hasta personajes del espectáculo, como la conductora Mirtha Legrand. También asistió al evento la co-fundadora de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y defensora de los Derechos Humanos, Nora Cortiñas.

Entre los empresarios y dirigentes argentinos, estuvieron en el Palacio Pereda el titular de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Jaime Campos; los vicepresidentes de la UIA, José Urtubey, Daniel Funes de Rioja (a su vez, presidente de Copal) y Cristiano Rattazzi (titular de FIAT); el gerente de la Cámara de Importadores (CIRA), Miguel Ponce; el presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña (Cambras), Jorge Rodríguez Aparicio, entre otros. No faltó el gran promotor de la integración entre ambos países, hoy candidato a diputado por el Frente Renovador, José Ignacio de Mendiguren. El “vasco” aprovechó para hacer política y continuar impulsando el vínculo bilateral. También se lo vio al ex canciller Jorge Taiana, al ex jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman, al diputado Ricardo Gil Lavedra; al economista Jorge Todesca; Felix Peña y los analistas políticos Graciela Römer y Sergio Berensztein (Poliarquía).

La representación oficial estuvo ausente. Ni siquiera asistió el embajador de la Argentina en Brasil, Luis María Kreckler, quien suele participar de estos eventos.

Cambios de gabinete

La salida de Antonio Patriota de la cancillería de Brasil y su reemplazo por Luis Alberto Figueiredo, sumado al reciente recambio de la secretaria de Comercio Exterior, Tatiana Prazeres, por Daniel Godihno, ralentizaron cualquier intento de acercamiento que pudiera haber tenido la mandataria del país, Dilma Rousseff. Se trata de un momento de transición en el mayor socio del Mercosur que, una vez atravesado, disparará nuevos encuentros con sus pares argentinos para retomar la agenda económica y política.

De todas maneras, diversas fuentes brasileñas y argentinas consultadas ayer coincidieron en que Rousseff no moverá fichas antes de los comicios de octubre y que, más allá de este impasse electoral y de cambios de gabinete brasileños, no avizoran avances por este año en la relación bilateral. Algunos, incluso, se animan a pronosticar una relación tensa hasta el 2015, año de recambio presidencial.

Está previsto que visite la Argentina el ministro de Defensa del vecino país, Celso Amorim, en algunas semanas, pero no habrá nuevos encuentros de los funcionarios vinculados con el comercio exterior. “Dilma envío a Pimentel para reunirse con Cristina y no pasó nada”, se quejó una fuente de la embajada brasileña, al justificar el impasse que existe actualmente.

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