La ONU sigue sin poner fecha para las nuevas negociaciones de paz siria

La ONU sigue sin poner fecha para las nuevas negociaciones de paz siria

Las perspectivas de paz en Siria pasan por un "momento difícil" debido a la reciente escalada de combates y al todavía insuficiente acceso de la ayuda humanitaria, advirtió la ONU, que aún no puso fecha a la reanudación de negociaciones entre el gobierno y la oposición.

"Las conversaciones políticas no pueden celebrarse de forma efectiva mientras las hostilidades están escalando y los civiles muriendo de hambre", dijo el mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, en una comparecencia por videoconferencia ante la Asamblea General de Naciones Unidas.

De Mistura dijo que por ahora es "prematuro" pensar en convocar una nueva ronda de negociaciones de paz para Siria y adelantó que considerará la cuestión a lo largo del próximo mes de julio, informó la agencia de noticias EFE.

El funcionario de Naciones Unidas confió en que el mes próximo puedan producirse esas nuevas conversaciones y que las partes sirias aborden "pasos concretos" para una transición política en el país que permita poner fin a la guerra civil, que comenzó hace más de cinco años.

Entre febrero y abril pasados se efectuaron dos rondas negociadoras en Ginebra, cada una de las cuales tuvo que ser suspendida en su momento por una intensificación de las hostilidades en Siria y las acusaciones que se cruzaban entre las partes en conflicto.

A juicio del mediador de la ONU, desde entonces la situación sobre el terreno no experimentó los avances suficientes para retomar el diálogo y alcanzar un acuerdo de paz.

En el ámbito militar, De Mistura apuntó que recientemente se ha visto "un preocupante aumento de los combates", aunque el nivel de violencia sigue siendo menor que antes del cese de hostilidades iniciado en febrero pasado.

Pese a las repetidas violaciones, subrayó que el alto el fuego no está muerto, pues se sigue respetando en muchas áreas de Siria, sumida en un sangriento conflicto desde marzo de 2011 que causó unos 250.000 muertos y obligó a más de 4 millones de personas a refugiarse en países vecinos y Europa, y a desplazarse a otras partes del país a otros 8 millones.

En cuanto al aspecto humanitario, el mediador de la ONU destacó que en los últimos meses mejoró mucho el acceso a las ciudades sitiadas y otras áreas de difícil acceso, pero dejó claro que este sigue siendo insuficiente.

Además, llamó la atención sobre la "tendencia" registrada en las últimas semanas, con bombardeos de localidades antes y después de la entrada de convoyes humanitarios.

En la misma videoconferencia, el jefe humanitario de la ONU, Stephen O'Brien, detalló los progresos en la entrega de asistencia a las poblaciones sitiadas, pero denunció que el acceso sigue sufriendo restricciones y limitaciones.

Como ejemplo, De Mistura señaló que fuerzas gubernamentales vetan regularmente ciertos productos de los convoyes humanitarios, incluidos material médico y hasta leche en polvo.

El gobierno del presidente sirio, Bashar Al Assad, negó repetidamente que se estén poniendo trabas al acceso humanitario.

Estados Unidos y Rusia, que fueron los grandes impulsores del cese de hostilidades, mantienen ahora posturas divergentes sobre la vuelta a la mesa de negociaciones.

Mientras Washington insiste en que antes deben verse mejoras sobre el terreno, Moscú cree que es fundamental retomar el diálogo cuanto antes.

De Mistura alentó este martes a las dos potencias a buscar terreno común para dar un nuevo impulso al proceso diplomático en Siria.

En ese sentido, el diplomático dijo que hay que mantener la vista puesta en el próximo 1 de agosto, la fecha límite establecida por el Consejo de Seguridad para alcanzar un acuerdo sobre el futuro político de Siria.

"El calendario de agosto está muy presente para nosotros", dijo en este sentido, subrayando que la "ventana de oportunidad se cerrará rápidamente" a menos que se consiga mantener vivo el cese de hostilidades, se aumente la entrega de ayuda humanitaria y se logre algún tipo de entendimiento sobre la transición política en el país.

El secretario general adjunto de la ONU para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic, participó también en el encuentro y repasó los horrores que se han vivido y se están viviendo en la guerra siria, con ataques indiscriminados, bloqueos para matar de hambre a la población y torturas. 

El conflicto comenzó durante la llamada Primavera Árabe, cuando un movimiento masivo de protesta contra el gobierno de Al Assad salió a las calles pacíficamente para pedir reformas y una apertura política en un país gobernado por la familia del mandatario desde hace más de cuatro décadas.

Las protestas fueron duramente reprimidas y el conflicto se agravó casi de inmediato con la aparición de una insurgencia armada, que con el tiempo recibió el apoyo político, militar y financiero de las principales potencias occidentales y de muchos de los vecinos, como Turquía y Arabia Saudita.

Esto profundizó el conflicto armado, que se fue volviendo más complejo, especialmente cuando surgieron milicias islamistas radicales, algunas locales y otras extranjeras, entre ellas el EI, que había nacido en el vecino Irak como un movimiento de resistencia nacional contra la ocupación militar estadounidense.

Los milicianos del EI luchan actualmente contra el Ejército sirio, pero también contra el resto del heterogéneo frente de milicias opositoras, algunas de las cuales son identificadas por Estados Unidos y Europa como de "oposición moderada" y como los sectores que podrían asumir el poder si Al Assad fuera derrocado.

El EI también se declaró en guerra contra Estados Unidos, las potencias europeas y Rusia. El primero lleva más de un año bombardeando desde el aire posiciones del grupo islamista, mientras que Moscú se sumó con una ofensiva propia y coordinada con Al Assad.

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