“Sigo a Kicillof por la provincia y el efecto que genera es impresionante”

“Sigo a Kicillof por la provincia y el efecto que genera es impresionante”

La jefa de los senadores bonaerenses de Unidad Ciudadana ya tiene su favorito para pelearle la elección Vidal. Dice que “el gobierno de Macri está terminado” y cuenta cuál es la preocupación de CFK. 

Cuando en la elección de 2017 María Teresa García encabezó la lista de candidatos senadores de Unidad Ciudadana (UC) por la Primera sección electoral de la provincia de Buenos Aires estaba claro que su rol iba a ser preponderante en la Cámara alta bonaerense y que su principal tarea era marcar las falencias de la gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal para que la agenda provincial saliera del letargo. “No creo en esa idea de que lo pasa en la provincia es una campana de madera que no va sonar”, graficó en más de una oportunidad. Fue una decisión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner que fuera primerae la lista y que luego se convirtiera en la presidenta del bloque de UC. A casi dos años de su llegada al Senado, muestra entre sus logros ser una de las dirigentes de la oposición que llevó a la Justicia el resultado de la investigación periodística sobre los aportantes truchos de Cambiemos y haber ordenado un espacio legislativo que, luego de la derrota del peronismo en  2015, estaba desbandado.También se encargó de exponer al resto de la oposición en cada sesión ajustada al solicitar que la votación de un tema controversial, como los pedidos de endeudamiento que pretendía Vidal, fuera de forma nominal. Conocedora por demás de la lógica legislativa por su paso por el Congreso, es una piedra en el zapato para el vicegobernador Daniel Salvador y para el titular del bloque oficialista, Roberto Costa. Hoy, en tiempo de descuento para el cierre de listas, opta por su ex compañero de banca en la Cámara de Diputados de la Nación y último ministro de Economía de CFK, Axel Kicillof, para pelearle la gobernación a Vidal y, aunque no le cierra la puerta al resto de los postulantes, remarca que no vio “muchos ministros de Economía que, luego de terminar su gestión, sean aplaudidos por la calle”.

“Las cosas en el peronismo están bien y además los intendentes con legitimidad que desean ser candidatos a gobernador saben en qué situación estamos. Los proyectos personales o regionales tienen un solo límite y es que tenemos que ganar el gobierno de la provincia de Buenos Aires”, le dice a Letra P. No sabe qué hará Sergio Massa, pero sostiene que debería estar en el espacio que trabaja para vencer a Cambiemos. En esta charla, las conversaciones con la ex presidenta, la autocrítica de la gestión peronista en la provincia y el final de Macri.

 

BIO. Dos hijos (Juan y Jimena) y una nieta (Antonia). Actual presidenta del bloque de Unidad Ciudadana en el Senado bonaerense. Fue diputada nacional y ministra provincial durante la gobernación de Felipe Solá. También pasó por la Secretaría del Interior de la Nación durante el kirchnerismo, bajo la órbita de Aníbal Fernández, con quien mantiene una amistad. Hija política de Antonio Cafiero y soldada de Néstor y Cristina. Fuera de la política trabajó como empleada en una fábrica de pintura y también en una empresa de electrónica. Cuenta que se fundió con un emprendimiento de ropa para adolescentes entre los años 1979 y 1981. Tuvo una librería y también disquería. Por decisión de CFK, en 2017, volvió a la Legislatura bonaerense para ser la voz más crítica de la gestión de Vidal. 

-¿Vidal encontró una provincia quebrada por culpa del peronismo?

-Uno no se puede sacar el lazo con la pata en materia de gestión y de gobierno sobre todo porque el peronismo gobernó muchísimos años la provincia. Algunas veces con responsabilidad de quienes la gobernaron, pero a veces el contexto económico no colaboró. Recuerdo cuando asumió Solá: teníamos el Banco Provincia fundido, la provincia inundada y el patacón vigente. Era impensable tener una política muy activa, pero luego sí hubo responsabilidades. Yo creo que no se puede decir que el gobierno de la Provincia fue impecable y que hizo todo lo que tenía que hacer en los últimos años, hubo muchos defectos y ausencias. No hubo una mirada moderna sobre la gestión, se sustentó una estructura pesada porque la provincia tiene una estructura pesada y para hacerla funcionar hay que poner mucha energía y mucha responsabilidad.

"En la provincia de Buenos Aires hubo algunos resquemores con Axel cuando salió a caminar el territorio, pero nadie puede negar lo que produce."

-¿Alcanzan los anuncios que hicieron los gobiernos provincial y nacional en los últimos días para "aliviar" a la población?

-Como Vidal es la mejor alumna de Macri en todo sentido y sobre todo en la aplicación de estas políticas de ajustes, no sé si estos anuncios van a significar una mejora en el bolsillo de los trabajadores, quizá haya una sensación de mejora. Hace quince días que vienen anunciado los precios deseables o esenciales, pero lo que es verdad es que las empresas aumentaron los precios antes de los anuncios.

-¿El Gobierno abusa de la promesa de que ‘todo va a estar mejor’?

-Es como plantearle a alguien que está muy mal de salud, que tenga fe. Parecería como una práctica de los programas de medianoche que le dicen ‘usted va a dejar de sufrir’, pero todos los días pasa algo. Por ejemplo, aumentó el peaje en toda la provincia de Buenos Aires y a quienes tienen un flete o hacen distribución hoy les impacta en la tarifa que les tienen que cobrar a sus clientes. Y esta es la mejor imagen de lo que es Vidal.

"Nadie puede decir 'tenemos que ganar, tenemos que hacer la unidad, pero mi límite es Cristina', como dijo (Roberto) Lavagna."

-¿Qué diagnóstico hace de la gestión de gobierno?

-La primera es que esta política de endeudamiento que tuvieron la Nación y la Provincia, donde se votó un presupuesto de endeudamiento y ajuste,  dejó a la producción afuera y llevó a la especulación financiera. Anunciaron el levantamiento del acueducto de Bahía Blanca, no hay una sola política de reactivación en la política productiva. Están en crisis la pequeña industria láctea y el sector porcino y ¿cómo puede ser que el Banco Provincia en el mes de diciembre haya aprobado un crédito para el diario La Nación con tres líneas dentro de los cuales uno era a tasa fija al 20%? No hay una sola actividad productiva ni pyme industrial que tenga acceso a ese tipo de crédito. Si evaluaron hacerlo para un salvataje de ese medio, en lugar de dárselo a alguna de las actividades que están en crisis, es más que ser parte de un modelo económico, es una decisión de gobierno. Desde la semana pasada no hay vacunas en la provincia y, si bien es cierto que el calendario de vacunación es una política del Gobierno nacional, no es menos cierto que la gobernadora debe reclamar ante el faltante.

-Si el peronismo ganara la elección, ¿qué sería lo primero que debería hacer?

-Poner plata en el bolsillo de la gente y sacarle presión impositiva a los frentistas de la provincia de Buenos Aires. Entre el año pasado y este año, el inmobiliario aumentó cerca del 70% más la carga impositiva que ya tenemos con el consumo diario con el IVA, más los impuestos nacionales, más los impuestos municipales. Todo eso es una pesada carga para una situación económica como la que estamos viviendo. Hay que poner la mirada en la actividad productiva, pero de verdad. Probablemente no tengamos que ordeñar la vaca a mano como hace 70 años, pero tenemos que pensar o reformular dónde le ponemos el valor agregado a la producción primaria. Los chinos no entienden cómo nosotros vendemos soja cruda para alimentar a los chanchos, que después importamos. La provincia tiene que tener una mirada puesta en la actividad productiva y en tres o cuatro recursos que están sin actividad, casi muertos.

-¿Cuáles?

-¿Cuál es la política de puertos, por ejemplo? Tenemos puertos con salida al mundo y no ha habido una sola iniciativa. La mejora de los caminos rurales tan mentada y trillada es otra. Hoy los intendentes, con esa pequeña parte de coparticipación que les corresponde, están atendiendo comedores y medicamentos. No pueden darse el gusto de tener una política de recuperación de su trazabilidad urbana y rural, no lo pueden hacer. Para algunos productores del interior, el costo que tiene el traslado de la producción es enorme, hay que mirar el problema y fundamentalmente el problema del interior de la provincia, que, con la caída de la producción, está devastado. No puede ser que haya gente con hambre. Hay que aplicar una política de emergencia alimentaria en los primeros diez días de gobierno. La política de salud es otro tema que atender, hay una administración equivocada en estas áreas. Hay 13 áreas de gestión en la provincia y ninguna coincide con la otra. Hay que cambiar la mirada sobre la orgánica de la provincia, tiene que haber mucha más eficiencia en la llegada del Estado. Pero principalmente hay que poner plata en el bolsillo de la gente. Si no, no se resuelve.

"Esto va de mal en peor y el peronismo es el único partido que puede gobernar"

-Ponerle plata en el bolsillo a la gente es una idea que ha usado mucho el diputado Axel Kicillof en sus últimos discursos. ¿Es uno de los candidatos más fuertes que tiene el kirchnerismo para pelear la gobernación?

-Sí. Nadie puede decir, tenemos que ganar, tenemos que hacer la unidad pero mi límite es Cristina, como dijo (Roberto) Lavagna. Si tengo un candidato que tiene un promedio de 35% en las provincias pero digo a ese no lo quiero, la verdad es que no quiero ganar. En la provincia de Buenos Aires hubo algunos resquemores con Axel cuando salió a caminarla, pero nadie puede negar lo que produce en el territorio. Lo he visto en Villa Gesell, en Los Toldos, en Capitán Sarmiento…produce un efecto que es doblemente valioso porque es el ex ministro de Economía nacional. No he visto muchos ministros de Economía que, luego de terminar su gestión, sean aplaudidos por la calle. Quiere decir que hay otra parte de él que le resulta creíble a la sociedad. Hacía rato que no veía esto. Tiene claro, por su perfil, lo que es la estructura económica de la provincia y tiene algunas ideas para poder salir adelante.

-Algunos dirigentes sostienen que Kicillof solo le habla al núcleo duro K.

-El acto de Avellaneda fue una experiencia porque estaban todos quienes desean ser gobernadores en la provincia. Había representación del poder territorial, en una foto que mostró convivencia. Las cosas en el peronismo de la provincia están bien y además los intendentes con legitimidad que desean ser candidatos a gobernador saben en qué situación estamos. Los proyectos personales o regionales tienen un solo límite y es que tenemos que ganar el gobierno de la provincia de Buenos Aires: esto va de mal en peor y el peronismo es el único partido que puede gobernar para sacar de esta crisis donde -no quiero ser exagerada y fuera de la crisis de violencia- la sociedad está peor que en 2001.

-¿Y con Massa deberían compartir espacio?

-No debería estar afuera del planteo de que hay que ganarle a este gobierno porque es la única manera de salir de esta crisis.

-¿Pese a haber apoyado algunas leyes del Gobierno?

-Yo fui parte de la Cámara de Diputados de la Nación cuando Massa votaba algunas leyes del Gobierno que para mí fueron claves para entrar en esta debacle. Como el tema de fondos buitres, la reparación histórica, el blanqueo de capitales, que fueron leyes que le dieron a Macri la posibilidad de hacer lo que quisiera. Pero también tengo que ser piadosa y decir que todos nos equivocamos en la vida, puede ser que él se haya equivocado, que esté reflexionando y que piense que ese ciclo terminó, entonces bienvenido a lo que hagamos.

-¿Habló con Cristina últimamente?

-Sí, hace unos días.

-¿De qué hablaron?

-Ella está muy preocupada por la situación económica y eso que todavía no se había disparado el riesgo país. El gobierno de Macri definitivamente ha terminado. Pero hay fondos de inversión que quieren cobrar lo que han depositado.

-¿La candidatura presidencial de Cristina es algo deseable, posible o imposible?

-Para mí es deseable. Obviamente que a mí me gustaría que fuera. Este país a partir del 11 de diciembre va a necesitar una cabeza pensante que tenga una visión integral de lo que está pasando y de cómo van a quedar las cosas.

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