Se ven signos de distensión en el conflicto de la Justicia federal

Se ven signos de distensión en el conflicto de la Justicia federal
Hace unos días, una decisión del Tribunal Oral originó un paro y movilización de los judiciales nacionales que hicieron una protesta frente a la Cámara Federal. La gota que rebasó el vaso fue una solicitud inconsulta, realizada por un agente de apellido Peralta, que -en primera instancia- tuvo acogida, aunque luego hubo una marcha atrás del Tribunal oral, posibilitando que otra empleada de apellido Esquivel no quede cesante.
Ayer, al no formalizarse la designación de Peralta y concluir a la vez su contrato, asomaron signos de distensión, disipándose una asamblea y un piquete que se había impulsado -desde los propios empleados- para resistir una decisión de la Superioridad que no se concretó, aunque el conflicto, en esencia, se mantiene latente.

Luego de la presentación realizada por las autoridades del gremio judicial días atrás, con el explícito respaldo del secretario general a nivel nacional, Julio Piumato, quedó de manifiesto la formal oposición de los empleados a la eventual designación de un agente de apellido Peralta que había sido propuesto para la Secretaría Penal 1 del Juzgado federal local, Secretaría que -en los últimos cinco años- tuvo, sucesivamente, a nueve funcionarios a cargo, ninguno de los cuales perduró en el tiempo.

El reproche a Peralta, un agente que, en su momento, renunció al gremio por parte de sus propios compañeros, empleados del Juzgado, se debió a que mediante una presentación realizada a la Superioridad, obviando las instancias naturales y a la propia titular del Juzgado, logró que el Tribunal Oral acoja su pedido, perjudicando con ello la disponibilidad de un cargo cuya privación afectó a otra agente del mismo Juzgado.

En orden a esta circunstancia, y luego de formalizar el repudio a lo actuado, el gremio solicitó se deje sin efecto la propuesta de Peralta para cubrir la Secretaría vacante.

Por ello, ayer, ante la posibilidad de una decisión superior en sentido contrario, parecería inevitable una agudización del conflicto a partir de la posibilidad de que una asamblea pueda activar los mecanismos de un piquete cuyo objetivo no sería otro que el de impedir la puesta en posesión de Peralta como nuevo secretario.

Finalmente, la tensión pareció decrecer con el transcurso de la jornada, fundamentalmente porque el propio Peralta prefirió no poner al secretario subrogante, Juan Carlos Silberstein, en el difícil trance de no permitir su continuidad, en función del vencimiento del contrato que lo vinculaba con el Poder Judicial hasta el 31 de mayo.

Lo cierto es que con un paro, una movilización de alcance inédito y la posibilidad de una asamblea, de la cual podría surgir un piquete, lo concreto es que, bajo la atenta mirada y seguimiento del secretario general del gremio, Julio Piumato, la Justicia federal correntina quedó expuesta -quizás de manera innecesaria-, lo cual obliga a que las distintas instancias con responsabilidad adviertan la necesidad de contribuir al mejor servicio de justicia, tanto más en el ámbito de un Juzgado, cuya titularidad es precaria al estar en trámite un concurso que está en su instancia definitoria con el dictamen que -en días más- elevará la vocalía del doctor Oscar Aguad al Comité de Selección con las conclusiones finales que, luego de aprobado por éste, pasará al plenario de donde surgirá la terna que se elevará al Poder Ejecutivo.

Ayer los abogados del foro se mostraban preocupados por la conflictiva situación. Juan Carlos Coulleri realizó declaraciones a distintos medios. En el ámbito del Colegio no descartaban el acompañamiento a los reclamos de los judiciales.

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