Siete datos claves del mercado petrolero y las naftas en la Argentina

Siete datos claves del mercado petrolero y las naftas en la Argentina

La desregulación fue el mayor cambio de 2017. La devaluación de este año presionó fuerte sobre los precios.

 

Aumentos de las petroleras

Los combustibles subieron entre 65% (gasoil común) hasta 71% (gasoil premium), con un promedio del 68% en la "súper". Las petroleras esgrimen que tuvieron que realizar estas recomposiciones por el aumento en el precio del petróleo crudo (ahora el barril está a US$ 63, pero llegó a US$ 85) y por la devaluación del peso frente al dólar.

La cotización del barril

La cotización a nivel internacional es la principal variable a tener en cuenta en los precios de los combustibles. Durante el año el precio del petróleo escaló y parecía que no iba a alcanzar un techo. Sin embargo, desde hace un mes que el barril comenzó a caer y ya lleva un 14% de derrumbe. En Chile, un país netamente importador de petróleo, el presidente Sebastián Piñera se ufanaba ayer que los precios de los combustibles caían por quinta semana consecutiva y eso "aliviaba los bolsillos" de sus gobernados.

El mercado local viene de una década de distorsiones. El Gobierno anterior le impuso retenciones inusuales a las exportaciones de las petroleras y cambió la dinámica de la industria. Mientras los precios internacionales fueron altos, los domésticos fueron bajos. En el mismo período, se creó una referencia llamada "barril criollo" que desacoplaba los valores locales de los globales. Lo mismo que "protegió" a los consumidores de precios altos globales, luego los perjudicó cuando el barril comenzó a retroceder en el mundo, pero los valores no bajaban en Argentina. En 2014, los combustibles aumentaron 45% en un año y 60% en un período de 13 meses, mientras que afuera bajaban. Fue por el efecto de una devaluación ese año.

Por qué las petroleras se resisten a bajar la naftas

En principio, se resistían porque el precio del crudo estaba por arriba de 2017. Ahora, los valores internacionales están retrocediendo. Pero la devaluación hizo mella en un sector fuertemente dolarizado, como es el energético. Las refinadoras -las que convierten petróleo en combustibles- necesitan más del doble de pesos para pagar el petróleo que compran, que está valuado en dólares, que hace un año.

Según estimaciones de las petroleras, el 40% de un litro de nafta súper se destina a impuestos (el más importante es "transferencia a los combustibles, pero también hay IVA, Ingresos Brutos), mientras que en gasoil, esa proporción llega al 35%.

Mercado desregulado

El ex ministro de Energía Juan José Aranguren bregó para que las petroleras locales tuvieran una dinámica parecida a las del resto del mundo. De esa forma, el ciclo bajista internacional del petróleo también hubiera alcanzado estas costas. En septiembre de 2017, se decidió "liberar" el mercado. La decisión venía siendo conversada entre las petroleras y el ministerio de Energía desde fines de 2015 y se habían establecido etapas. Si durante 10 días la cotización del precio internacional del petróleo estaba por encima del precio local (variedades Escalante y Medanito), se caían una serie de obligaciones pactadas entre el Gobierno nacional, las provincias, las productoras de petróleo y las refinadoras. Eso sucedió a fines de septiembre y empezó a reflejarse en octubre.

Ranking global

El litro de nafta está en torno a US$ 1,10 en el país. Esto ubica en el país más arriba que otros mercados que suelen tener importes menores (y otra carga impositiva) como los Estados Unidos, donde se consigue a US$ 0,78 promedio. Todavía está entre los más baratos de la región, por abajo de Brasil, Chile y Uruguay. 

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