Entre julio y septiembre, la cifra de negocio total de Shell llegó hasta los 101.548 millones de dólares (89.229 millones de euros), lo que equivale a un incremento del 30,6% con respecto al mismo periodo del ejercicio precedente, en gran medida debido al alza de los precios del petróleo en el último año.

De la misma forma, los costes aumentaron al mismo ritmo, hasta llegar a los 91.811 millones de dólares (80.674 millones de euros), un 27,3% más. Casi todo el incremento se debe al mayor gasto en compras de crudo, que Shell emplea para realizar sus labores de refino. Así, el gasto en compras avanzó un 38,6% en comparación con el tercer trimestre de 2017, hasta los 76.070 millones de dólares (66.842 millones de euros).

Por segmentos de negocio, la división de 'downstream' se mantuvo como la principal por volumen de ingresos, tras contabilizar una facturación de 87.518 millones de dólares (76.901 millones de euros), un 32,9% más que en el tercer trimestre de 2017. En segundo lugar se situó la división de gas integrado, cuya cifra de negocio se elevó hasta los 10.848 millones de dólares (9.532 millones de euros), un 30,4% más. Por último, la división de 'upstream' obtuvo un 6,9% más de ingresos, hasta los 1.769 millones de dólares (1.554 millones de euros).

Así, entre enero y septiembre, la multinacional petrolera contabilizó un beneficio neto atribuido de 17.762 millones de dólares (15.607 millones de euros), un 93,7% más que un año antes, tras haber incrementado su facturación un 30,4%, hasta los 291.930 millones de dólares (256.519 millones de euros).