Seychelles: ex piloto presidencial asegura que la escala no era necesaria

El sindicalista Jorge Pérez Tamayo indicó que “no es normal” que se realicen escalas tan extensas en un viaje como el que realizó Cristina Kirchner. Otro especialista afirmó que “jamás se hace esperar a un pasajero trece horas y media. Y menos aún si se trata de un presidente”.
El ex titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Jorge Pérez Tamayo, se refirió a la polémica por la escala de Cristina Kirchner en el paraíso fiscal Islas Seychelles, donde según el Gobierno nacional estuvieron 13 horas para “el descanso de la tripulación”.

Pérez Tamayo es actualmente opositor al Gobierno y aliado a Hugo Moyano, pero en el pasado supo ser uno de los gremialistas más cercanos a Néstor Kirchner y piloteó durante mucho tiempo el avión presidencial, por lo que pudo dar detalles de cómo son los viajes de la mandataria.

En diálogo con radio El Mundo, el actual titular de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) explicó que "el avión que se utilizó es un avión de alto rendimiento que tiene una autonomía de 12 horas de vuelo, es decir que puede hacer tramos muy largos". "Con esas características, no hacía falta que hiciera esa escala" en Seychelles, afirmó.

"En un vuelo presidencial, una escala de 13 horas no es normal", detalló Pérez Tamayo, que indicó que "en esos tipos de vuelos, se trata de hacer la menor cantidad de escalas posibles para evitar perder tiempo". "La idea es que la persona que hace ese vuelo vaya durmiendo, porque cuando llega a destino, tiene una agenda muy completa con actividades pesadas. Generalmente se llevan 3 pilotos para que vayan descansando", continuó.

En una entrevista con la emisora Rock and Pop, el sindicalista explicó que el avión utilizado "podría haber ido desde Vietnam hasta Sudáfrica", donde también realizó una parada para cambiar a su tripulación.

Más cuestionamientos

El diario La Nación consultó a varias fuentes especializadas en este tipo de viajes, quienes coincidieron en que no era necesaria la escala para que la tripulación descanse ya que no existe ninguna legislación que obligue a parar tras siete horas y media de vuelo.

"Si efectivamente los pilotos hubieran tenido que descansar, cosa que dudo realmente, la compañía debería haber mandado una tripulación a Seychelles. Cuando el avión baja, cambia la tripulación y se carga combustible. En 50 minutos está de vuelta en el aire. Pero jamás se hace esperar a un pasajero trece horas y media. Y menos aún si se trata de un presidente que, además, pagó 730.000 dólares por el traslado", señaló un comandante de una aerolínea.

Un especialista en vuelos chárteres dijo que "la empresa programa las tripulaciones en función de la solicitud del que contrata. Se despliegan todas las tripulaciones que sean necesarias con anticipación en los destinos que correspondan, sin necesidad de realizar pernoctes por vencimiento. Desde el despegue de Ezeiza, deberían haber estado coordinadas las escalas, los servicios de apoyo y los permisos de todo el recorrido. Si se efectuó un aterrizaje por vencimiento de tripulación y no estaba previsto, el vuelo estuvo mal planificado. No hay manera de justificar que un vuelo presidencial aterrice en un aeropuerto sin estar previsto, con las medidas de seguridad correspondientes, aunque no sea de carácter oficial".

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