Tal como lo anticipó EL LIBERTADOR días atrás, a los principales presidenciables no les cierra el tema Corrientes. En declaraciones posteriores, Galmarini, que es además suegro de Sergio Massa admitió que Canteros, comprometido ya con Scioli se había negado al convite con lo que terminó siendo un paso en falso inaceptable para cualquier operador político del nivel de un precandidato presidencial.

Sergio Massa envió a Corrientes a su suegro y coequiper del Frente Renovador, Fernando Galmarini. El motivo fue el de hallar un referente de la política correntina que represente un refuerzo para las filas instaladas en la geografía provincial de cara a las elecciones de 2015, con la premisa de que éste sirva de nexo entre algunos sectores del peronismo ortodoxo no afines al modelo kirchnerista. De esta manera fue que el nombre de Gustavo Canteros apareció de inmediato en la agenda de su equipo de campaña.

El ex funcionario menemista reconoció ante radio Sudamericana el objetivo intrínseco de su aparición en la Capital de Corrientes: "Vine a ofrecerle a Canteros el apoyo a Massa, pero dijo que no".

Más allá de la contundente frase de Galmarini, que sazonó al remarcar que están "buscando todo el apoyo necesario para federalizar el Frente Renovador", el hecho marcó con claridad que el ex Intendente de Tigre quiere reforzar su estrategia en tierra del Taragüí, la cual desde el principio tuvo a Encuentro Liberal de Cassani y demás dirigentes ex PL como los primeros exponentes del massismo.

Quedó claro que no se conformará con los de ELI e intentará expandir su cartel con la colocación de otras fuerzas locales representativas de sectores que hasta el momento, quizás, no se ven reflejados en la oferta del ahora Diputado nacional y principal referente de la oposición al kirchnerismo.

Respecto a lo que se viene el año próximo, el suegro de Massa confió que el trabajo que vienen desarrollando permitirá que en 2015, el Frente Renovador se convierta en el espacio que contenga a los sectores que acompañen al futuro Presidente de la Nación. "Llegó el momento de cambiar la historia de la política argentina", expresó Galmarini.