Sepultaron los restos de Mariano Rosas en Leuvucó

Sepultaron los restos de Mariano Rosas en Leuvucó

En el 137° aniversario de su muerte, Mariano Rosas volvió a la tierra. Su cráneo, que había sido profanado y luego usado como pieza en el museo de La Plata, fue enterrado debajo del enterratorio, en Leuvucó.

 

Con el sonar del kultrún, y la pifilka, comunidades aborígenes y descendientes de Mariano Rosas sepultaron el cráneo, en una ceremonia que quedará en historia.

La decisión de traer los restos a la tierra fue del Consejo de Lonkos y los descendientes de Mariano Rosas dieron su aprobación. 

Mariano Rosas nació en el actual territorio pampeano, cerca de 1819. Su nombre era Paguitruz o Panguitruz Gnerr, de la dinastía de los Zorros, y era hijo de Painé.

En la década del '30 fue capturado y llevado a los dominios de Juan Manuel de Rosas, quien lo hizo bautizar y le dio su apellido. Regresó a Leuvucó -importante centro ranquel cercano a la actual Victorica- cuando logró fugarse a los 22 años.

Allí sucedió a su hermano Calvaiñ en el cacicazgo en 1858. Lucio V. Mansilla le dedica muchas de las páginas de "Una excursión a los indios ranqueles", donde escribió que "nadie bolea, ni piala, ni sujeta un potro del cabestro como él. Una negra cabellera larga y lacia, nevada ya, cae sobre sus hombros y hermosea su frente despejada, surcada de arrugas horizontales".

Lanzó malones contra las provincias de Mendoza, San Luis y Córdoba. Cuando murió de viruela en Leuvucó el 18 de agosto de 1877, lo sucedió su hermano Epumer y fue enterrado con tres de sus mejores caballos y una yegua.

Su cráneo fue robado un año después por disposición del coronel Eduardo Racedo. Pasó luego al Museo de La Plata, de donde fue devuelto a sus antiguos dominios en 2001 tras la movilización de la comunidad ranquel.

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