Separan a dos oficiales por el hundimiento del Santísima Trinidad

Separan a dos oficiales por el hundimiento del Santísima Trinidad
Puricelli dijo que es para “garantizar” la investigación sobre las causas del accidente.
El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, ordenó desplazar a dos jefes navales en el marco de la investigación por el hundimiento del destructor misilístico Santísima Trinidad en la base que la Armada posee en Puerto Belgrano.

Se trata del jefe de Mantenimiento y Arsenales de la Armada, contralmirante Alberto Francisco García Grigioni; y el titular del Grupo de Desafectación del buque Santísima Trinidad, capitán de navío Lorenzo Veccia, según se informó en la Casa Rosada.

En una nota dirigida al jefe de la Armada, almirante Daniel Martin, Puricelli pidió desplazar a estos dos oficiales “con el objetivo de favorecer el curso de la investigación que se encuentra en desarrollo, y garantizar la transparencia y objetividad de lo actuado” en el caso del hundimiento de la embarcación.

La separación es una figura diferente a la del pase a disponibilidad, ya que supone que estos dos oficiales son apartados de sus funciones, pero continúan siendo miembros activos de la fuerza. El pase a disponibilidad, en cambio, es un inicio en el camino al retiro.

El ministro reclamó al jefe naval que se garantice “la absoluta restricción de tránsito y acceso al sector donde se encuentra el buque” tanto al personal civil como el militar ajeno a la investigación.

El destructor misilístico Santísima Trinidad, que fue la nave insignia en el desembarco para recuperar a las Islas Malvinas en 1982, sufrió el 20 de enero la rotura de una válvula de seis pulgadas, lo que provocó su hundimiento.

El ministro había expresado el miércoles que “es raro que, estando amarrado a puerto, se pueda hundir en cuestión de horas sin ninguna razón aparente” y advirtió que se pueden aplicar sanciones.

También apuntó que “nadie planteó ‘acá hay un problema en este buque que puede tener una avería y nos falta algún elemento’. No es un problema presupuestario. Este es un problema de negligencia o es un sabotaje”.

Desde 2004, cuando se lo radió del servicio activo, se encontraba amarrado en uno de los muelles del asentamiento militar, en una zona de bajo calado, con apenas cinco metros de profundidad. Después de sufrir una avería en una de las tuberías del sector de máquinas, la nave se hundió sobre uno de sus lados y quedó recostada sobre el fondo del mar.

El buque cobró notoriedad el 2 de abril de 1982, a tres meses de su incorporación a la Armada, cuando transportó en carácter de nave insignia al primer grupo de militares que desembarcó en las proximidades de Puerto Argentino para tomar la casa del gobernador y otros puntos estratégicos.

El destructor realizó su último viaje en junio de 1989, cuando por el embargo británico posterior a la Guerra de Malvinas, muchas de sus piezas fueron desmontadas y usadas como repuesto para su mellizo, el destructor Hércules.

La Armada había previsto destinar la nave a un museo flotante sobre la Guerra de Malvinas.

El hundimiento del Santísima Trinidad es el segundo episodio ocurrido en menos de cuatro meses que pone al ministro Puricelli en el ojo de la tormenta. El primero había sido la retención de la Fragata Libertad en Ghana. Sobre el hundimiento de la otra nave, el funcionario tuvo que reconocer este último miércoles que se le “caía la cara de vergüenza” de tener que explicárselo a Cristina Kirchner.

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