“Nos sentimos totalmente desprotegidos y defraudados”

“Nos sentimos totalmente desprotegidos y defraudados”
Durante 2013, en 20 kilómetros a la redonda de Gardey, faenaron 100 animales. Los productores analizan cambiar sus formas de producción. Tienen miedo. Piden que se instale la prometida sub-jefatura rural y que se corten las cadenas de comercialización de carne en el partido.
Este Portal de Noticias accedió durante el fin de semana a la casa de uno de los productores afectados, al igual que otra veintena, y dialogó con varios de ellos, para conocer la problemática que ya fue planteada a las autoridades políticas y policiales del distrito.

Concretamente, estuvimos dialogando con los productores Fernando García Prieto y su esposa María Lastra, y Carlos Cademartori quienes fueron acompañados del productor y dirigente Santiago Parodi.

Fernando García Prieto, quien tiene su campo sobre Ruta Nacional 226, poco antes del acceso a Gardey, aseguró que “el último episodio fue hace diez días, un viernes, cortaron alambres desde la ruta hacia el interior del campo. Fueron tres alambrados, dejando libre el acceso de animales a la ruta, que es lo más peligroso. Nos carnearon 7 terneros y balearon a un octavo. Que no alcanzaron a carnear. Los cargaron y se fueron”.

Siguió contando que “el sábado a la mañana fui al GOPAR, me tomaron la denuncia, es el tercer robo en el año, y fui a ver al fiscal de turno, el Dr. Piotti, le explique que no podemos seguir viviendo así”, y remarcando que “a los que me atendieron en la Patrulla Rural les pregunte que pasa que nunca agarran a nadie, y me dicen que tienen pocos medios, realmente nos genera una impotencia muy grande. Además el campo está en pleno acceso, y tiene mucho movimiento. Se manejan siempre cerca de la medianoche y con buena luna”.

También dijo que “es una gran amargura, uno no es dueño de nada. Sería bueno que tengan más personal. El tema es suficientemente grave. Que un animal llegue a la ruta es muy peligroso, es peor que el daño y el robo puntual”.

Sobre la reunión con autoridades, resaltó que “hable con el concejal Matías Meli, vecino mío, le pedí una reunión. Estuve el lunes en una reunión con Nicolini (Marcos), los cuatro productores que fuimos en representación del resto le planteamos todos los problemas, son muchos los campos con problemas. No solo abigeato, sino otro tipo de robos. Por lo menos en esta zona, a 20 km a la redonda de Gardey se robaron este año unos 100 animales”, y dijo que “en un momento llegó la policía, el jefe departamental, y quiero destacar la actitud de Quintela, se comprometió a ocuparse, y desde ese momento tuvimos una visita en el campo con un patrullero. Les dije que la carne en algún lado se vende, y que hay que cortar la cadena. Alguien compra, todo el mundo sabe que la venta es a un tercio de lo que sale en carnicerías”.

García Prieto indicó que “le pedí a los concejales que se avance en los controles. Con alternativas nuevas, no soy técnico en la materia, pero supongo que algo se debe poder hacer. Así no se puede producir, no conviene criar el animal”.

Por último, dijo que “un día entraron a mi casa y dos veces en el campo, en total son 14 animales, los que me faenaron. En la casa se llevaron cosas de valor afectivo, más que lo monetario. Además que me violaron la casa, eso genera una impotencia total.

Por eso pedimos más seguridad. Sé que es como una frazada corta, pero vemos que estamos desamparados”.

Por su parte, el productor Carlos Cademartori, quien posee su campo a 3 km del pueblo, sobre lo que se llamó el camino alternativo, cuando estaba roto el puente del Chapaleofu, quien señaló que “vinieron tres veces, con un total de 8 cabezas, la última hace unos 15 a 20 días, todas este año. Antes no tuvimos problemas. Hay que tener en cuenta que robos de esa magnitud no son para comer. Entraron la primera vez y ni siquiera cortaron un alambre, lo hicieron por un cañadón, la segunda vez lo mismo, y la tercera cortaron un tranquerón que da a la calle, llegaron a un bajo donde estaban los animales. Trabajan con total impunidad. Como no hay casas cerca. Hacen inteligencia previa con mucha comodidad porque es imposible saber quién anda por los caminos rurales”.

Marcando su preocupación, informó que “realizamos las denuncias en el GOPAR, eso es algo que particularmente nos llamó la atención y nos molesta bastante, roban un kiosco en Tandil y sale en todos los medios, acá nos roban alevosamente y nadie dice nada”.

Más adelante, marcó que “como damnificados, creemos que si no hay un compromiso decidido de parte de las autoridades políticas del municipio no va a haber una solución. Necesitamos ese compromiso para encontrar una solución al tema. Algunos entes existentes no llegan a soluciones concretas. La policía si bien tiene la responsabilidad directa, dependen de organismos políticos a nivel municipal, provincial o nacional”.

Insistió en que “si no hay una presión de arriba hacia abajo, no vamos a tener una solución, hace un año en diciembre del año pasado estaba concedida la Sub-jefatura de Patrulla Rural, así fue anunciado, algo que mucha gente brego, se pidió la jefatura, nos ofrecieron la sub-jefatura algo mejor que nada, lo administrativo se hizo y no paso más nada”, y expresó que “son dos caras de la misma manera, con una sub-jefatura permitiría una acción más directa y un contralor más directo, incluso de los vecinos que somos los que pagamos el sueldo a la policía y a los políticos con nuestros impuestos”.

Añadió que “la jefatura actual que reside en Olavarría no tiene compromiso con este tema en el partido de Tandil. Es una cosa realmente alarmante, descorazonante, muchas veces nos planteamos alternativas que después en la tranquilidad del hogar no tomamos, porque no podemos llegar a extremos de resolverlo por mano propia, y seguir viviendo en una sociedad civilizada”.

Terminó marcando que “el tema de la sub-jefatura es clave, hace falta una decisión, por el ámbito físico que tiene que proveer el municipio, y después lo que corresponde a la policía con el personal necesario para funcionar como corresponde y controlar”.

Por su parte, la esposa de García Prieto, María Lastra manifestó que “nos sentimos que no pertenecemos a Tandil, porque no nos escuchan, no llegan las denuncias, nadie nos atiende y si lo hacen solo nos dan promesas, nos dan charlas, pero todo queda ahí, hace tiempo que estamos luchando con esto y no tenemos respuestas”.

Se despidió asegurando que “nos sentimos totalmente desprotegidos y con mucho miedo, y también defraudados, de la política. De la seguridad, de todos, se ve que no están organizados. Cada uno se tira la pelota al otro, es como que intentan lavarse las manos y ahí es donde nos damos cuenta que estamos desamparados”

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