"Señor Presidente, con hambre y paco no hay revolución de la alegría"

Vecinos con familiares y vecinos víctimas del flagelo de la droga de La Costanera tomaron en forma pacífica el Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla), que había comenzado a construirse en julio de 2015, dado que los trabajos se paralizaron sin que se concluya la obra.

Señor Presidente, con hambre y paco no hay revolución de la alegría". El cartel sintetizaba el malestar y la preocupación de medio centenar de vecinos de La Costanera, que protestaron este jueves dentro del centro de adictos que se construye en el barrio, para exigir a la Nación el envío de fondos para reactivar las obras, paralizada desde enero.

El Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) había comenzado a construirse en julio de 2015, a cargo de la empresa ByM. Integrantes del grupo de abordaje territorial de adicciones Ganas de Vivir (que depende de la Secretaría de Adicciones de la Provincia) y Madres del Pañuelo Negro resolvieron tomar de manera pacífica el centro, hasta tanto se culmine la construcción.

A fines de 2013, durante la presidencia de Cristina Fernández, se había anunciado la edificación de dos Cepla y una Casa Educativa Terapéutica (CET) en nuestra provincia: uno en La Costanera, otro en el barrio El Sifón (bajo la órbita de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán) y el restante en Tafí Viejo. Los centros estaban incluidos dentro de los 210 anunciados para todo el país. Sin embargo, sólo se proyectaron 91 y se inauguraron 10, según informó a este diario el actual titular de la Sedronar, Roberto Moro. Los equipos de los tres centros trabajan sin edificio propio, instalados en centros comunitarios o en casas de vecinos, como es el caso del Cepla Costanera, que trabaja desde mediados de 2014.

"Tanto que hemos peleado para que se haga y se termine ese centro... Nos lo prometió el cura (Carlos) Molina -ex titular de la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico- cuando vino al barrio en 2013. Queremos que alguien haga algo porque cada vez son niños más chiquitos los que se drogan?, bramó Blanca Ledesma, referente de las Madres del Pañuelo Negro.

"Estamos tomando pacíficamente en el lugar porque llevamos demasiado tiempo esperando que se construya. Ahora las obras estan paralizadas por el parate en el envío de fondos nacionales. La promesa era construirlo en seis meses. Un chico adicto no puede esperar más. Acá vamos a tomar mate cocido con los chicos y luego funcionará aquí el comedor de noche para adictos que lleva adelante el grupo Ganas de Vivir. Nos iremos por la noche, y volveremos mañana, y pasado y así hasta que tengamos este centro terminado", explicó Ángel Villagrán, referente barrial.

Apenas ingresaron, el sereno del lugar -que solicitó no se divulgara su identidad- habló al arquitecto a cargo de la obra, para ponerlo en contacto con los vecinos. Villagrán fue el que se comunicó con Ángel Caputo, arquitecto de la constructora ByM a cargo de la obra, bajo la órbita de la Dirección de Arquitectura y Urbanismo (DAU). "Nos comprometemos a no dañar nada ni a nadie, sabemos que usted ni la empresa tienen la culpa porque no les giran los fondos, queremos exigir que se terminen las obras y evitar que algunos aprovechen y saqueen por las noches", fue la conversación que Villagrán tuvo con el encargado de la obra, en presencia de LA GACETA.

César, uno de los jóvenes que se recuperó de una situación de consumo, avivaba el fuego para comenzar a cocinar para esta noche. "Me da bronca ver tanta plata que está acá y esto no se termina. Queremos que se termine porque si bien ya me recuperé hay que pelear porque pueden caer mis vecinos, o mis hijos en el futuro. Es fundamental que en el barrio haya un centro para trabajar, y también hace falta que los jóvenes tengamos trabajo para poder tener un proyecto de vida", sintetizó el joven. "Que traigan para acá la plata que le encontraron a José López", agregó tras un rezongo.

"Esta es una conquista del barrio. Son chicos normales, que pasan por una situación problemática que también es culpa del Estado, si en un sector el narcotráfico hace lo que quiere no es culpa de la sociedad, es culpa del Estado. Nos tienen que dar garantías, seguridad, educación, trabajo y salud. Nosotros estamos dispuestos a ayudar al gobierno, pero que venga y asista a las familias, o sino la situación se agravará. Sino saldremos a cortar la autopista hasta que alguien de respuestas", reclamó Villagrán.

Ledesma recordó que en diciembre se cumplirán ocho años desde el asesinato de Walter Santana, crimen por el que se conformaron las Madres del Pañuelo Negro. "Seguimos pidiendo lo mismo, vemos todo peor. A lo mejor un hijo de una compañera se pone mejor, pero otro recae. Hay que andar luchando. La situación esta muy mal. Los chicos que estan bien no tienen posibiliaddes porque no consiguen trabajo, no pueden formarse y no tienen oportunidad", dijo Ledesma.

"Es urgente que se destraben los fondos y se termine el centro, no hay otro espacio en el barrio para trabajar esta problemática. Trabajamos en casas de vecinos del barrio que nos prestan un sitio. En sólo una vivienda hay una habitación en la que podemos estar, sino tenemos que trabajar al aire libre. Es fundamental que el Cepla sea inaugurado con su edificio porque esto ha sido estratégicamente pensado para las necesidades del barrio. Han aumentado enormemente la cantidad de chicos que consumen", explicó la directora del centro, Marcela Sánchez.

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