En el Senado nunca quisieron a Zannini y ya incomoda su posible llegada

En el Senado nunca quisieron a Zannini y ya incomoda su posible llegada

Nunca le perdonaron que les marque la agenda y eligiera a Zamora de vice primero.

Los senadores del Frente para la Victoria nunca tuvieron buena llegada a Carlos Zannini y la posibilidad de su llegada ya empezó a incomodarlos.

Sobre todo porque sólo 5 de los 32 senadores plenos del FpV abandonarán su cargo, mientras que el resto deberá lidiar con Zannini, con quien nunca tuvieron un trato amigable. 

 

 

 

Hasta 2011 el nexo de la Cámara alta con la Casa Rosada era Carlos “El Chueco” Mazzón, histórico operador del PJ, que Cristina echó de la Casa Rosada en marzo, molesta por el armado de listas de Mendoza.

 

 

 

El Chueco llegó a forjar una estrecha relación con Miguel Pichetto, jefe del bloque K, y se ocupaba de contener a los representantes de las provincias, no siempre felices con el trato presidencial.

 

 

 

Pero en su segundo Gobierno Cristina prefirió acudir lo menos posible a Mazzón y Zannini también debió ocuparse del Senado y no supo mantener la armonía.

 

 

 

En 2012 Pichetto le llevó los reclamos de su bloque por el desprolijo tratamiento de la reforma judicial, que Diputados devolvió al Senado con cambios nada menos que el manejo de los fondos.

 

 

 

El rionegrino debió soportar los reclamos de sus pares por los proyectos atrasados. “Avancemos”, los invitó. Pero Zannini lo frenó.

 

 

 

Pichetto perdió con Zannini cada vez que quiso tirar una pared con Scioli. Cuando quiso impulsar un pedido de la oposición para correr a Boudou, debió conseguir quórum y escuchar a diez de sus pares apoyar al vice. Tampoco prosperó la idea de frenar el pliego de Alejandro Vanoli para la presidencia del Banco Central.

 

 

 

Pero el punto de mayor conflicto entre los senadores y Zannini fue el nombramiento de Gerardo Zamora como presidente provisional, en reemplazo de la tucumana Beatriz Rokjés de Alperovich.

 

 

 

“Si queres los votos, juntalos vos”, lo desafió Pichetto, ya sin chances de contener a sus pares que exigían una autoridad “del PJ”. Una forma de recordar que Zannini no es de origen peronista.

 

 

 

Jorge Capitanich debió ponerse a juntar los votos para consagrar a Zamora, un protegido del secretario Legal y Técnico. 

 

 

 

Muestra de su poder en las decisiones presidenciales, fue Zannini quien llamó a Zamora en noviembre de 2013 y le dijo que asumiera su banca porque sería presidente provisional. No le interesó decirles a los senadores peronistas, para quienes, claro está, nunca fue un par.   

Cristina le dio una oportunidad de acercarse más a ellos, cuando se le ocurrió sacarlo del ostracismo y enviarlo a Zannini a explicar los proyectos. Debutó con un llanto por los ex empleados de YPF. Nadie se conmovió. 

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