Hace un año, en el Foro Económico Mundial de Davos, el Gobierno argentino contó una historia: la de un país que había vivido una década de populismo, aislado del mundo y que anunciaba el final de ese recorrido. Doce meses después, en ese mismo escenario, el Gobierno afronta el desafío de mantener el entusiasmo que despertó el año pasado.

Las caras del relato Davos 2016 fueron, básicamente, las del Presidente Mauricio Macri y su entonces ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. Ambos brindaron la conferencia de prensa que la delegación argentina ofreció a la prensa internacional y, por separado, se reunieron con sus pares de Estados Unidos para poner en marcha la salida del default que se concretaría tres meses más tarde en Nueva York. En Suiza, Macri se juntó con Joe Biden, vicepresidente de EE.UU., y Prat-Gay con el secretario del Tesoro.

Las caras del relato argentino Davos 2017 mostrarán un rostro mástécnico. En ese modo viajan los ministros Nicolás Dujovne (Hacienda), Francisco Cabrera (Producción), Esteban Bullrich (Educación) y Susana Malcorra (Exterior). Ellos mantendrán, entre el martes y el viernes próximo, reuniones específicas de sus áreas. Dujovne verá a sus pares del mundo como por ejemplo el ministro de Economía de Alemania, Wolfgang Schauble, además de la titular del FMI, Christine Lagarde. Cabrera a directivos de Coca Cola, Mitsubishi, Facebook y Dow. Y Malcorra al titular de la OMC, Roberto Azevedo. Hasta Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, que el año pasado explicaba en Davos cómo el país había abandonado el control de cambios y qué pasaría con las reserves, focalizará esta vez la agenda con empresas de tecnología sobre medios de pago.

Sin embargo, en el mundo hay interrogantes sobre la marcha de la economía argentina. Y muchos de ellos saldrán a flote la semana próxima, no sólo en Davos. Por ejemplo, en las presentaciones con fondos que en EE.UU. y Europa encararán los ministerios de Hacienda y Finanzas desde el lunes para reunir US$ 5.000 millones. “La semana próxima saldremos al mundo a contar la macroeconomía argentina”, resume un alto funcionario del Ministerio de Hacienda. Dujovne, en Suiza, desayunará casi todos los días con banqueros además de las bilaterales que mantendrá con los CEO de JP Morgan (Daniel Pinto), UBS (Axel Weber) y Santander (Ana Botín).

En 2016, en los pasillos de Davos, era sencillo dilucidar que la principal duda de los CEO’s del mundo sobre la figura de Macri, era la gobernabilidad de su gestión para fijar un rumbo distinto al del kirchnerismo. Para responder a ese interrogante, allí estaban el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y uno de los principales líderes de la oposición, Sergio Massa.

Este año no irá ninguno de los dos. Es que el Gobierno cree que es prioritario explicar cuestiones más operativas, por ejemplo, cómo hará para llegar a las metas fiscales o garantizar la provisión de gas a las firmas. Y avanzar hacia ese equilibrio para abaratar el costo del capital. Bajo ese esquema de pensamiento, la delegación de este año es menos política y más técnica. Sólo repiten la alineación Malcorra y Sturzenegger.

Por último. Davos servirá de preparación para dos eventos de peso en la economía y política global, y que Argentina albergará: la reunión ministerial de la OMC (2017) y el encuentro del G-20 (2018). En Suiza, el viernes que viene, arrancará a debatirse la agenda del encuentro de la OMC.