La semana que frenó el envión político de Mauricio Macri

La semana que frenó el envión político de Mauricio Macri

La crisis por la angustiosa desaparición del submarino amenaza con diluir la supremacía del Presidente tras el apabullante triunfo electoral

Después de arrasar en la ciudad de Buenos Aires, de derrotar a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires y de arrebatarle el triunfo a varios gobernadores peronistas hace poco más de un mes, el poderío político y mediático de Mauricio Macri fue en ascenso.Hace diez días, el Presidente acordó con las provincias un paquete de medidas fiscales que el Gobierno calificó de "histórico".

Más allá de la exageración del anuncio en boca de Marcos Peña, Macri aglutinó a casi todos los gobernadores -con excepción de Alberto Rodríguez Saá y Alicia Kirchner- detrás de un pacto que lo volvió a empoderar en el centro del poder. Un día antes, había logrado alinear a gran parte de la cúpula sindical detrás del proyecto de reforma laboral. Un día después, el viernes 17, el Consejo de la Magistratura aprobó la destitución del camarista Eduardo Freiler por no poder justificar su incremento patrimonial. Un mensaje fulminante a la corporación judicial.

La angustiosa desaparición del submarino ARA San Juan que ya lleva once días, una inesperada crisis para la Casa Rosada, corrió a Macri del eje político, justo cuando él y sus principales dirigentes tenían la libido puesta en el Parlamento con el paquete de reformas que el Poder Ejecutivo todavía quiere convertir en ley antes de fin de año. En momentos en que las encuestas daban cuenta de un importantísimo nivel de adhesión. El freno del peronismo en el Senado al proyecto de reforma laboral a la espera de la unificación de criterios de la cúpula de la CGT, que volvía de un encuentro en el Vaticano por estas horas, trastocó los planes del Gobierno.

La relación entre la Casa Rosada y el sindicalismo atraviesa momentos de tensa calma. En especial con el moyanismo, en momentos en que afloran informaciones inquietantes de la Justicia alrededor de la figura de Pablo Moyano, que, desafiante, activó una protesta para mediados de semana junto a las dos CTA en contra de las reformas laboral y previsional.

Hay preguntas que carecen de sentido a medida que crece la angustia de los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan, desolados ante la falta de precisiones en torno al paradero del submarino, pero que sin embargo resonaron con fuerza durante toda la semana. ¿Por qué el Gobierno dejó que se diseminen durante casi dos días versiones sobre una fuerte disputa entre el Ministerio de Defensa y la Armada? ¿Quién hizo correr la voz de que el Presidente ya tenía decidida la remoción de la cúpula de la fuerza, una noticia que para colmo quebró la grieta periodística y se desparramó en todos los medios? Sin certezas aún sobre el resultado por la búsqueda del submarino, y más allá de lo que arroje la investigación "profunda" que pidió el viernes, Macri deberá decidir qué impronta pretende darles a las Fuerzas Armadas. La muerte de un integrante de la comunidad mapuche, conocida ayer tras un operativo de las fuerzas de seguridad federales en Río Negro, revive los fantasmas que inquietaron en torno a la desaparición de Santiago Maldonado.

Como con el Correo Argentino o en la desaparición del joven tatuador, la Casa Rosada volvió a mostrar además que la comunicación puede fallar cuando se encuentra frente a una crisis institucional. En el caso del correo y el fallido arreglo con el Grupo Macri, el funcionario a cargo del área fue Oscar Aguad, en ese momento al frente del Ministerio de Comunicaciones. Es el mismo que ahora afronta la búsqueda del ARA San Juan como ministro de Defensa. Si está capacitado o no para el rubro también es un problema para el Presidente, que le tiene especial estima: lo resalta más allá de sus aptitudes por haber sido uno de los primeros radicales que confió en su proyecto presidencial.

Comentá la nota