Luis Segura le puso palabras a la crisis que vive la AFA. El dirigente, en  medio del anuncio del cuarto intermedio en el tratamiento de la Superliga, admitió que se mantiene en el cargo por una cuestión formal y cree que deben ocurrir cambios drásticos en el estado actual de la organización rectora del fútbol argentino.

Segura reconoció que la federación atraviesa una "situación límite" y enfatizó que una intervención del Gobierno Nacional "no sería lo mejor, aunque no hay soluciones a la vista".

"En este momento la situación me preocupa y mucho. La Justicia suspendió las elecciones del 30 de junio, después llegó la gente de FIFA para crear una comisión normalizadora, algo que inmediatamente no va a pasar, y tener el mandato de AFA es lo mismo que no tenerlo porque carecemos de los cargos clave, como tesorería, secretaría y demás", advirtió.

En este contexto, admitió que es "un presidente con un mandato recortado, casi inexistente" y deslizó que continúa en el cargo "por responsabilidad, aunque no tiene sentido".

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"La jueza (María Romilda Servini de Cubría) me pidió que siga; estoy por hablar con la gente de IGJ; espero la respuesta de un mail que le mandé a (el presidente de la FIFA, Gianni) Infantino; mañana hay una reunión del consejo de Combebol y vamos a ver que piensan. Mientras tanto, el Gobierno espera señales de que esto se ordene de una vez por todas", informó.

Segura resaltó que mira este partido "desde la tribuna" y que tan sólo puede llamar a conciliación, ya que son los demás dirigentes "los que se tienen que poner de acuerdo" para habilitar la Súperliga, que parece ser la única posibilidad teniendo en cuenta que los enviados de FIFA parecen "más confundidos que la primera vez".

"Los clubes tienen problemas económicos y no jugar, no competir, los agravan. El fútbol debería empezar en agosto. Espero que el miércoles se puedan fijar las fechas", concluyó.