Después de una tregua de siete meses otorgada a los miles de usuarios del servicio, la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat) volvió a la carga para lograr un nuevo aumento en el precio del boleto urbano de pasajeros.

El jueves 3 de abril pasado, la mayoría de los concejales de la capital votó por el aumento de un 30% en el costo del pasaje. A partir de entonces, la tarifa urbana pasó de $ 3 a costar los $ 3,90 que aún se mantienen en vigencia. En septiembre, los empresarios habían intentado instalar el debate de la suba, pero el planteo fue frenado por los concejales capitalinos y por el intendente, Domingo Amaya. Este llegó a decir que “ni loco” avalaría que el precio del boleto urbano pasase a costar más de $ 6, como pretendía un sector de los propietarios de ómnibus. 

Durante el mes de la primavera, los concejales decidieron “patear” para fin de año la discusión. Y como 2014 está ingresando en su cenit, Aetat insistió con el pedido, blandiendo los argumentos de siempre: que el aumento de la inflación les hace imposible poder sostener los costos que demanda la prestación del servicio.

Así, el presidente de Aetat, Cristóbal Cazorla; y el secretario de la institución, Ángel Pascual Sáez, ingresaron el pedido formal de incremento del boleto a cuerpo legisferante capitalino. En el expediente, los empresarios le solicitan al titular del Concejo, Ramón Santiago Cano, una “reunión urgente” y le expresan que la situación por la que atraviesa el sector es “insostenible”. 

“A esta altura la situación se ha tornado insostenible, pues los incrementos en todos los componentes del costo de operación de los servicios no se detienen y las empresas no resisten el sostenimiento de los acostumbrados períodos intertarifarios anuales, probablemente único caso con un período tan largo en el cual se ignora, por parte del poder político, el ritmo del proceso inflacionario”, fundamentaron los directivos de Aetat. 

Sobre el estudio de costos que realizaron, los empresarios llegaron a la conclusión que $ 6,78 es el precio en que debería ser fijado el boleto para poder solventar, sin sobresaltos, la actividad. No obstante, por lo bajo, los propietarios de ómnibus son conscientes de que es muy difícil que esa cifra pueda prosperar, a juzgar por las últimas declaraciones vertidas por el intendente capitalino. “Primero tiene que pasar (el pedido de aumento) por el Concejo Deliberante y después lo analizaremos. Porque también tenemos que ponernos en el lugar de la gente y tenemos que ver qué es lo que ellos (Aetat) están necesitando”, sostuvo Amaya hace dos semanas.

Según se pudo conocer extraoficialmente, el nuevo precio del boleto sería establecido en un monto inferior a los $ 5, de manera tal que la suba conforme en parte a los dueños de colectivos, por un lado, y que el golpe en el bolsillo del usuario no sea muy fuerte, según precisaron desde el edificio de San Martín y Monteagudo. 

En la misma nota enviada al Concejo, Cazorla y Sáez avizoran que la nueva tarifa podría surgir a través del consenso. “Solicitamos una urgente reunión con el presidente de la comisión de Transporte (Esteban Dumit) a efectos de buscar una solución consensuada, compartiendo esfuerzos y fijando un precio de equilibrio”, plantearon los empresarios, quienes serán recibidos hoy al mediodía por el intendente de la capital.