Sedentarismo: el 44% de las estatales tiene obesidad

Es el resultado de un relevamiento realizado por UPCN. La misma encuesta revela además que el 52% no realiza actividad física. Por aún, para la mayoría no resulta una prioridad rutina diaria.

“…lo que sucedió en los años 90 es exactamente lo contrario: desde aquella década la jornada laboral se volvió prácticamente ilimitada. Una intensa campaña ideológica y una presión psicológica competitiva obligaron al trabajo cognitivo a identificarse con la función de empresa. La distinción entre tiempo de trabajo y tiempo de ocio ha sido progresivamente cancelada. El teléfono celular tomó el lugar de la cadena de montaje en la organización del trabajo cognitivo: el info-trabajador debe ser ubicado ininterrumpidamente y su condición es constantemente precaria”, postula Franco Berardi en Generación Post-Alfa: patologías e imaginarios en el semiocapitalismo (2007).

El tiempo de ocio, ese mínimo margen fuera de la jornada laboral, ya no se piensa para realizar actividades que signifiquen un escape de la rutina diaria. Dejar atrás las obligaciones, poner la mente en blanco y dedicar esas horas del día al cuidado de la propia salud, del estado emocional, ya no se consideran como prioridades.

En ese contexto, la actividad física está quedando relegada en función de otros menesteres. Salir a caminar, a correr, jugar un partido de vóley, o simplemente ir a nadar, puede resultar un hábito saludable solamente para pocas personas. Contrariamente a lo que se piensa, sobre todo en espacios laborales ligados a la actividad pública y en menor medida al sector privado, es creciente el porcentaje de la población -que por diferentes motivos- no dedica parte de su tiempo libre a poner el cuerpo en movimiento. Según datos de la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, efectuada en 2009 por el Ministerio de Salud de la Nación (es el último sondeo disponible), el 54,9% de la población adulta de nuestro país realiza un nivel bajo o nulo de actividad física, mientras que el 53,4% presenta exceso de peso (35,4% de sobrepeso y 18% de obesidad).

Una encuesta realizada por la secretaría de Igualdad de Oportunidades y Trato de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), seccional Entre Ríos, sacó a la luz índices preocupantes respecto del desconocimiento que las mujeres tienen del cuidado de su propia salud: el 44% de las consultadas en toda la provincia presenta obesidad. En el cuestionario, una de las preguntas está orientada a conocer el nivel de la actividad física que realizan las mujeres. Ellas respondieron que casi no le dedican tiempo: el 52% se declaró sedentaria. “Es producto de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente urbanización”, dice a modo de reflexión el portal del Ministerio de Salud de la Nación.

Los índices de sedentarismo que indefectiblemente conducen al sobrepeso reflejan valores que denotan un alarmante desinterés por mantener en armonía el cuerpo y la mente. En esa línea el muestreo encarado por el gremio entre trabajadoras estatales detectó un alto grado de obesidad, superando la media nacional, aunque también en la recolección de datos surgieron números que sorprenden: en el 5% de las encuestadas se detectó obesidad mórbida.

Los estilos de vida sedentarios constituyen una de las 10 causas de mortalidad, morbilidad y discapacidad, además de constituir el segundo factor de riesgo de una mala salud –después del tabaquismo–, ya que duplica el peligro de sufrir enfermedad cardiovascular, diabetes tipo II y obesidad. La falta de ejercicio físico, también aumenta el riesgo de sufrir hipertensión arterial, osteoporosis y cáncer de mama y colon, entre otras enfermedades.

“No cuidamos nuestra salud, o porque no nos da el tiempo, o porque hay compañeras que tienen horarios cortados y que llegan a su casa y tienen que atender a sus maridos e hijos. Es una vida bastante sedentaria la que tiene la empleada pública”, dijo en diálogo con UNO Teresa Figueroa, titular de la Secretaría de Igualdad de Oportunidades y Trato de UPCN.

Señal de alarma

Para clasificar la obesidad el equipo de trabajo del gremio se valió del Índice de Masa Corporal (IMC). Es un indicador simple de relación entre el peso y la talla, que se obtiene dividiendo el peso de la persona sobre su altura al cuadrado (en metros). “Hemos detectado casos de obesidad mórbida. Esto demuestra que las compañeras están toda la mañana sentadas en su oficina y eso sucede generalmente en la administración central. Se levantan solamente para ir al baño”, reconoció la dirigente de UPCN. De hecho, lo que demuestra el sondeo es que la mujer reparte la mayor parte de su tiempo entre el trabajo y el hogar.

En una alta proporción esta situación suele agravarse en determinadas áreas de la administración pública. Por su experiencia como trabajadora de la salud, la dirigente gremial lo puede contar con conocimiento de causa. “Ni hablemos del sector enfermería, que trabajan 8 horas y que los horarios son rotativos. Y que cuando les toca trabajar de noche, duermen a la mañana y a la tarde comparten poco tiempo con la familia. Entonces no quedan ganas ni tiempo. Son muchos los factores que hacen que la mujer no pueda dedicar un tiempo para hacer actividad física”, apuntó.

Al querer esbozar una evaluación del sondeo y los objetivos que se persiguen con el estudio indicó: “Cuando se conocieron los resultados comenzamos a hacer concientización, socialización de la problemática y hemos ofrecido actividades físicas desde nuestro sindicato”.

La misma muestra que comenzó en Paraná en mayo del año pasado y que ahora se hizo extensiva a todas las delegaciones de la provincia, recogió la opinión de 850 mujeres que trabajan en distintas reparticiones públicas: jardines maternales municipales (en su mayoría), en el Consejo General de Educación, en el Ministerio de Salud, en comedores y el resto en la administración. En la encuesta también se pudo conocer la opinión de las empleadas sobre diferentes temas: si saben lo que es un PAP, sus beneficios y si se lo habían hecho durante el último año.

Por lo general, en la administración pública entrerriana se trabajan entre 6 y 7 horas, aunque depende de la categoría del trabajador. Casi el 90% se desempeña en horario matutino. El 86% de las trabajadoras encuestadas se desempeña en un horario matutino, el 9% lo hace en un horario rotativo, mientras que el 5% trabaja durante la tarde.

El objetivo de esta actividad se propuso tratar de revertir algunas de las conductas mencionadas. Pese a que desde el sindicato se pusieron a disposición herramientas para cambiar este preocupante panorama –el más acabado ejemplo son los talleres gratuitos- no se ha notado un viraje en los hábitos de las mujeres. Al referirse a la alta incidencia de la obesidad en la mujer, Figueroa contó que la mayor cantidad de casos se detectaron en la administración central de la capital entrerriana. “Son los que padecen en mayor medida el sedentarismo. ¿Sabés cuándo la mujer realmente toma conciencia y se asusta? Cuando le pasa algo”, afirmó.

“Tenemos muchos casos de compañeras que sufren estrés. Nos comentan que la cabeza les va a explotar, que no dan más y tienen el colesterol por las nubes. Y no es por lo que comen, porque capaz que se trata de una persona delgada. Nuestro accionar apunta hacia la concientización, a través de nuestros delegados, muchos de los cuales muchos son enfermeros”, enfatizó en su alocución.

Hábitos difíciles de modificar

Una de las estrategias sugeridas por el Ministerio de la Salud de la Nación para evitar el sedentarismo es la denominada “pausa activa”. La misma consiste en un conjunto de ejercicios físicos, cada dos o tres horas, realizados en el puesto de trabajo que, desempeñados de forma preventiva y terapéutica, no producen desgaste físico y son de corta duración (de 15 a 20 minutos).

En el Ministerio de Salud de Entre Ríos funcionan varios programas dirigidos a mejorar la calidad de vida de las personas. La profesora de Educación Física, Alejandra Pérez, responsable del programa Entre Ríos Camina, admitió que la “pausa activa” no se está implementando en la provincia. Aclaró que se trata de una modalidad que “adoptan las empresas”.

“En Salud pública una de las profesoras del programa concurría tres veces por semana a la secretaría de Salud y hacía una pausa activa con los empleados del área. Lo hacía a modo de muestra”, informó.

Respecto de la misma cuestión, el kinesiólogo Javier Campana, integrante de la coordinación de Enfermedades Crónicas No Transmisibles del Ministerio de Salud opinó: “Ahora se bajó de Nación un programa de ‘pausa activa’ que viene en un CD. Se puede instalar en la computadora y uno puede programar el tiempo en que quiere realizar la actividad. Estando en el trabajo, en un determinado momento la computadora te marca que es la hora de tu ‘pausa activa’. En el caso de hacerla, el programa muestra un profesor que te va dando pautas de elongación muscular”. Los profesionales señalaron que convencer a los trabajadores de los beneficios que trae aparejado el movimiento no siempre resulta sencillo. “A veces llega un profesor a la 10 de la mañana y un empleado te dice: ‘Yo quiero terminar esto, háganlo ustedes’. Con el CD les proponemos la concientización de cada uno, empezar a hacerse responsable de su salud. Si vos posponés la pausa o no la hacés, pasa a ser un problema tuyo. El Estado te está dando la opción”, planteó Campana.

Enseguida agregó: “El CD se está implementado, repartirlo para que se vaya bajando el programa, es algo en que se está trabajando”.

Entorno Laboral Saludable

Con el propósito de mejorar la calidad de vida de la población desde el lugar de trabajo y prevenir las enfermedades crónicas no transmisibles, desde el gobierno entrerriano se propician diferentes acciones a través del Ministerio de Salud. Para avanzar en este objetivo se promueven lugares de trabajo saludables en la provincia. La iniciativa está basada en tres sencillas medidas: llevar una vida activa, comer saludablemente y no fumar, además de evitar el humo de tabaco en ambientes cerrados.

Cuando lo que se quiere abordar son los modos de alimentación que tienen los agentes públicos comienzan las irregularidades. “Por el tema del horario, en Entre Ríos no muchos comen en horas de trabajo”, dice Campana. En ese caso aconsejó incorporar “una vianda, o reemplazar el bizcocho de grasa por una fruta”. En el mismo sentido advirtió que deben enfrentar un problema todavía arraigado. “En los organismos públicos aún no se puede certificar el ambiente libre de humo. Se sigue fumando, entonces no se puede implementar la actividad física y la alimentación saludable”, acotó.

El programa Entre Ríos Camina, creado hace dos años, está integrado por seis Profesores de Educación Física pertenecientes al Ministerio de Salud. Funciona en 13 centros de salud municipales y en los hospitales San Martín, San Roque y el hospital Escuela de Salud Mental. Es una de las formas de promover una conciencia de vida más saludable entre la comunidad. Según explicó Pérez, “se brindan oportunidades de actividad física en los centros de salud. Está dirigida a la gente del barrio, tienen la voluntad de sumarse, pero no van todos los que debieran. Se trata de que el médico, que es un referente importante en la población, prescriba la actividad física como un remedio más”, sostuvo Pérez, al marcar algunas de las pautas que se pretenden instrumentar.

Se apunta a cambiar la forma de pensar, dejando de lado la pretensión de lograr cuerpos perfectos para darle paso a cuerpos en movimiento y más armónicos. “El cambio fundamental que se tiene que entender es que la actividad física es buena para la salud. Que no es únicamente para el verano y estar más flaco. Es buena para prevenir cardiopatías, hipertensión y obesidad. Cuando uno concientiza a la gente que salir a caminar es saludable, no es únicamente estético, sino para evitar los factores de riesgo: se llevan casi el 70% de las muertes”, advirtió Campana.

Un importante factor de riesgo

El Manual Director de Actividad Física y Salud de la República Argentina, una publicación del Ministerio de Salud de la Nacional, se refiere a la prevención y control de enfermedades crónicas no transmisibles. Sobre el sobrepeso y la obesidad el trabajo resalta que “es una epidemia que afecta a millones de personas en el mundo”. A la par de los problemas de salud, la obesidad desata “aspectos psicológicos relacionados como la pérdida de la autoestima, inseguridad, angustia que pueden generar un círculo vicioso y reforzar las conductas patológicas. A nivel social produce una minusvalía que conlleva a dejar de realizar actividades diarias, recreativas, deportivas. Aquí es donde aparecen con más fuerza las conductas sedentarias que sólo agravan aún más el problema”, destaca uno de los párrafos del Manual.

La nutricionista e integrante de la coordinación de Enfermedades Crónicas No Transmisibles, Laura Larrateguy, explicó cómo afectan en la salud estos dos factores. “Es uno de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles, sobre todo de enfermedades cardíacas y una de las principales causas de muerte”, precisó en diálogo con UNO. Entre los trastornos más frecuentes figuran “problemas en las articulaciones y los músculos, porque son los que sostienen el exceso de peso. Una obesidad prolongada genera cambios en el metabolismo, llevando con el tiempo a una diabetes tipo 2”.

Respecto de la incidencia de la obesidad mórbida sostuvo: “Provoca fallas multisistemáticas, la sangre no bombea con la misma fuerza y paulatinamente va fallando todo el organismo. Asimismo aumenta el riesgo de que falle el corazón”.

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