En un par de secuestros virtuales, 70 mil pesos

Las víctimas fueron dos jubiladas. Una planeba arreglar su casa, afectada por la inundación. La otra quería hacer un viaje 

Una buena manera de entender la peor cara de la delincuencia es tener en cuenta los proyectos que quedan truncos por un robo. En dos secuestros virtuales, a dos jubiladas les sacaron todos los ahorros: una se quedó sin la plata para remodelar la casa y otra, sin un peso para el viaje a El Calafate que planeaba desde hacía meses. La mecánica de estos delincuentes no tuvo nada de original: el factor sorpresa con el que contaron fue, una vez más, interrumpir el sueño de sus víctimas para que les terminaran creyendo que sus hijos, en vez de estar durmiendo como cualquier otra noche, corrían peligro en manos de captores. El episodio que más le redituó a los delincuentes sucedió en Tolosa. A Nora Nardachione (72) la despertaron a las 4 de la madrugada de ayer en su casa de 5 entre 528 bis y 529. Del otro lado del teléfono se intercalaban la voz de una mujer (similar a la de la hija de la jubilada) y la de un hombre, que hacía las veces de secuestrador. Adormilada y cada vez más nerviosa por lo que le decían, la mujer se creyó todo ese montaje. Nora vive en una de las zonas más afectadas por la inundación de abril del año pasado, y desde ese entonces no tiene celular. Por eso fue que no pudo llamar por otra línea a su hija para saber cómo estaba. Entonces, sin otro escape más que obedecer a los delincuentes, la jubilada reunió toda la plata que estuvo ahorrando desde hacía más de un año, para reparar algunas partes de la casa que quedaron afectadas por el agua negra del temporal. Eran 50 mil pesos, confirmó la propia Nora. Al igual que en otros hechos calcados a éste, los ladrones anunciaron que el cómplice que iría a buscar la plata iba a pasar en una moto. El dato fue falso a propósito, para despistarla, porque el delincuente que recogió la bolsa de dinero del cesto de basura andaba en un auto, del que la víctima no alcanzó a ver ni siquiera el color. “También me pidieron joyas y oro, algo que no tengo ni de casualidad. ¿Para qué voy a tener todo eso, para que me lo roben?”, se preguntó Nora. Tolosa es un barrio al que los secuestradores virtuales castigaron con especial insistencia. De allí lograron concretar varias estafas de este tipo, algunas en un radio de dos o tres cuadras, y en las que en un caso también llegaron a pagar casi 50 mil pesos. “Cuando fui a hacer la denuncia me dijeron que hubo otro intento más el jueves a la tarde en la zona de 4 y 524”, agregó Nora. sin vacaciones Otro engaño que frustró planes fue el que le hicieron a una jubilada de 69 entre 3 y 4, que optó por permanecer en el anonimato ante la consulta de EL DIA. Ella contó que también la sorprendieron a la madrugada con un llamado igual, y que con tal de que a su hijo no le hicieran nada entregó todos sus ahorros, que en este caso estaban destinados a un viaje a la Patagonia. Por instrucción de los ladrones al teléfono, la víctima entregó 700 euros, 500 dólares y dos mil pesos. Si no entregó alhajas y otras pertenencias, fue porque tampoco las tenía, dijo la mujer. Aún con la carga a cuestas de tener que renunciar a lo que tenían pensado para invertir ese dinero, las dos jubiladas hicieron hincapié en “el mal momento” que les tocó atravesar por culpa de los delincuentes que aterrorizan en mitad de una madrugada cualquiera.

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