El sector petrolero entre el hoy y el recuerdo de la crisis de 1998

El sector petrolero entre el hoy y el recuerdo de la crisis de 1998

Si bien por ahora se está lejos de los niveles que paralizaron por completo la producción de crudo en Santa Cruz y Chubut, la preocupación por un escenario negativo como el que se dio en aquella crisis de 1998 está presente. Aunque la realidad tiene aristas bastante diferentes.

En 1998 Chubut y Santa Cruz vivieron su última gran crisis petrolera, al caer de 29 a 11 dólares el barril de crudo, es decir a niveles similares a los de 1973, que fue la primera gran debacle. Hoy son varios los especialistas que anticipan que en el escenario internacional y con la vuelta al mercado de Irán, el barril podría volver a orillar ese precio. 

Pese a que el viernes pegó un salto cualitativo por el menor crecimiento de reservas de Estados Unidos, permitiendo que el WTI cerrara a 30,19 dólares, nada hace pensar que pueda mantenerse en esa franja y se estima que el piso es bastante más abajo.

En 1998, con YPF ya privatizada, la decisión de las petroleras fue disminuir la actividad a su máxima expresión, en consonancia con lo que se hacía en el resto del mundo, provocando que miles de trabajadores dejaran de laborar en los yacimientos, a punto tal que en acuerdo entre los gobiernos de Chubut y Santa Cruz (en aquel momento gobernada por Néstor Kirchner) y el Gobierno del presidente Carlos Menem, de los 40 equipos de perforación que estaban en actividad en 1997, con 150 empleados, sólo uno estaba previsto utilizar en enero de 1999.

En la actualidad, el crudo ha caído más del 60% en el último año y en un llamado “plan vacacional”, en el último año la industria petrolera argentina resignó 37 equipos de perforación, lo que refleja como la crisis internacional del crudo afectó directamente al mercado interno, aún cuando el Gobierno anterior y el actual pusieron en marcha medidas contracíclicas para intentar morigerar la caída.

Según el relevamiento, de diciembre de 2014 a diciembre de 2015, Argentina pasó de disponer de 128 unidades de drilling operativas a 91, es decir, 37 menos que hace un año exacto, el equivalente a una pérdida del 30%. En parte, a tono con el crítico contexto mundial, con el precio del crudo perforando los US$ 30, la merma fue justificada en la anticipación desde el mes de diciembre de las vacaciones a sus empleados y dejaron en stand by muchos equipos torre, cuya gran mayoría debería volverse operativa en febrero, pero no existe, por el momento, confirmación alguna de ello.

En la distribución por empresas: YPF, principal operadora del mercado, contaba en diciembre de 2014 con 78 equipos de perforación en actividad. Un año después son 65 los que se encuentran funcionando. Pan American Energy (PAE), la segunda operadora nacional, se mantenía entre 20 y 22 equipos durante todo el año, pero en el último mes de 2015 la reducción fue contundente: sólo quedan seis activos.

En ese período, la cotización internacional del barril WTI de petróleo pasó de ubicarse en torno de los US$ 45 en enero, tocando como techo los US$ 60 en junio y retrocediendo hasta los US$ 33 en diciembre, precio que en enero llegó a tocar un piso de 26,7 dólares, para cerrar el viernes a US$ 30,19.

Medidas contracíclicas

A diferencia de la crisis de 1998, tanto el Gobierno nacional anterior como el actual mantuvieron la política contracíclica de desdoblamiento del precio del mercado, manteniendo durante todo este tiempo un precio interno en el mercado local mucho más alto que el internacional.

Así hasta el 1 de enero, debido a los subsidios del Gobierno nacional, el valor del crudo Medanito de Neuquén era de US$ 77 y el del Escalante, de Chubut, en US$ 63, siendo de US$ 62 el de Cañadón Seco de Santa Cruz. El Gobierno de Macri redujo los precios a partir del 1 de enero, llevando el Medanito a US$ 67,50 y el Escalante y el Cañadón Seco a US$ 54,90, aunque en ambos casos prácticamente se duplican los valores internacionales.

Empleo o parálisis

Los gremios petroleros, con el apoyo de los gobiernos provinciales, advierten duras acciones si no se logra certidumbre para el mantenimiento de los puestos de trabajo. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, planteó luego del encuentro del jueves que la solución es posible si todos están dispuestos a ceder algo, lo que incluía también a los trabajadores. 

Pero el secretario de Petroleros Privados de Chubut, Jorge Avila, advirtió que no están dispuestos a ceder horas extra ni que la provincia pierda regalías, algo que al menos se torna polémico cuando la discusión hoy es por los puestos de trabajo. Sin empleo no habría horas extra que defender y sin producción por yacimientos paralizados, tampoco se generarían regalías.

Más allá de la incertidumbre que envuelve al propio trabajador petrolero, que es quien la vive a flor de piel, las comunidades petroleras viven hoy horas aciagas. Muchos recuerdan la debacle que dejó para el sector comercial y de servicios aquella parálisis de 1998 y que recién por marzo de 1999 comenzó a ver un principio de solución, cuando se logró, merced a gestiones de los gobernadores Carlos Maestro y Néstor Kirchner, el decreto del gobierno nacional 262/99, por el cual se establecía que la actividad petrolera proveía más del 85% de los puestos de trabajo de la ciudad y establecía un régimen de incentivo fiscal para las empresas de la industria en la cuenca del golfo San Jorge.

De esta forma, se autorizó “a las empresas petroleras a deducir del impuesto a las ganancias o del impuesto a la ganancia mínima presunta, alternativamente, una suma en concepto de incentivo fiscal con el fin de generar un efecto económico de corto plazo que permitiera mejorar la ecuación económico financiera de las explotaciones y la toma de decisiones tendientes a incrementar la inversión y utilización de mano de obra”.

Como contrapartida, los concesionarios de explotación tuvieron que comprometerse a realizar nuevos pozos, afectando un número determinado de equipos de perforación, con inversión mínima que no estuvo beneficiada por ninguna medida adicional. La propuesta de incentivo tuvo un plazo de un año, siendo prorrogable a dos. Sin embargo, a fines de 1999 comenzó a mejorar el precio del barril y con ello la estabilidad laboral, que duraría hasta la crisis de 2001 para luego retomar su estabilidad recién a partir de mediados de 2002.

Reunión clave

El Gobierno nacional se reunirá en el inicio de esta semana con representantes chubutenses del sector petrolero, operarias y el gobernador Mario Das Neves, para intentar avanzar en la búsqueda de una solución a la compleja situación por la caída del precio internacional del crudo.

Cabe recordar que el escenario de Chubut es, pese a la cercanía con nuestra provincia, circunstancialmente distinto al de Santa Cruz.

Si bien la crisis de 1998 afectó a las dos provincias por igual, en aquel momento no había medidas contracíclicas diferenciando el mercado interno del externo. Esa es la diferencia que separa la realidad santacruceña de la chubutense. Es que en la hermana provincia se exporta el 90% de su producción y al haberse eliminado los incentivos a la exportación, el valor que se obtiene por la producción en Chubut es el que dictan los mercados internacionales.

Por el contrario, Santa Cruz comercializa mayoritariamente su producción en el mercado interno y el valor de la misma está fijado por las políticas contracíclicas que colocan al barril santacruceño en los US$ 54,90, un 81% por encima de lo que se obtiene en la hermana provincia.

Es por ello que los chubutenses reclaman que se subsidie “el barril de exportación”, ante el temor de que la no vuelta de los equipos de perforación provoque la pérdida de unos 5 mil puestos de trabajo en el sector. 

Así el gobernador Mario Das Neves alertó que “en un momento de crisis, las petroleras tienen que colaborar con esfuerzo y plata”, al recordar que meses atrás las compañías contaron con una “monumental” rentabilidad.

En el último encuentro entre las partes, además, se pautó extender la conciliación obligatoria en el conflicto entre la petrolera Tecpetrol y sus empleados por el recorte de actividad. Se espera que en la reunión de hoy participen las tres empresas petroleras de Chubut: Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Pan American Energy (PAE) y Tecpetrol SA.

Para Das Neves, es necesario “buscar la responsabilidad en las operadoras para que sostengan un momento difícil y muy complicado”. En tanto, los gremios endurecieron su postura con un trasfondo en el que la política no está ajena y amenazaron con dejar al país “sin gas y sin petróleo”, si el Gobierno nacional y las empresas “no arreglan el conflicto”.

Solidariamente, pese a que la realidad no es la misma, el plenario de delegados del Sindicato Petrolero de Santa Cruz el jueves decidió paralizar la producción de los yacimientos en esta provincia, con las serias consecuencias que esto traería aparejado para la alicaída economía provincial.

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