El viernes por la tarde-noche se conoció de forma repentina que Cristina Fernández de Kirchner mandó al secretario de Legal y Técnica, el poderoso Carlos Zannini a pedirle la renuncia a Juan Carlos Mazzón, quien ocupaba el cargo formal de coordinador General de Asuntos Políticos Institucionales de la Unidad Presidente.

Rápidamente los enfoques y los análisis se concentraron en deducir que el hecho fue una jugada de Cristina en contra de Daniel Scioli, teniendo en cuenta que Mazzón trabaja y muestra sus simpatías con la candidatura presidencial del Gobernador bonaerense. Además, está el dato de que Zannini es el padrino de la candidatura presidencial del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Todas estas cuestiones hicieron pensar que el despido del “Chueco” era un mensaje de Olivos hacia Scioli y una muestra de que “no habría apoyo a su candidatura”.

Con el pasar de las horas, trascendió que el detonante de la salida de Mazzón de la Casa Rosada fue el cierre de listas en Mendoza, cuya interna será el 19 de abril y donde este armador político hizo acuerdos en esa provincia que no fueron vistas con buenos ojos por Cristina.

Sobre ese escenario, INFOCIELO pudo saber que desde las altas esferas de Calle 6 descartan que el despido de Mazzón haya sido un “mensaje” Scioli. “Es algo puntual de Mendoza y el cierre de listas”, afirman. En estricto off de record reconocen que el “Chueco” trabaja con el sciolismo, pero sostienen que “ese no es el motivo porque lo echaron”.

En la marea de ese fin de semana, también surgió la versión de una posible obstrucción la candidatura de Scioli dentro del FpV-PJ. Y en ese sentido, el papel de Eduardo Duhalde y la formación de un “PJ paralelo” serían clave para refugiar al Gobernador ante ese hipotético hecho. Pero desde la Gobernación bonaerense en La Plata también descartan esa posibilidad: “Son cosas de Duhalde”, aseguran en los principales despachos” y agregan: “Nosotros somos oficialistas”.